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— Vamos YoonJi. Quiero saber todo de ti. Muéstrame tu verdad. —dijo el castaño tomándola por la cintura.

Oh, rayos!, todo su plan había funcionado.

Se convertiría en uno de sus pasatiempos seducir beatos en ese convento.

Y esa era una idea que le encantaba.

— Kook, dime, ¿qué quieres saber? —dijo besando su cuello de forma lenta. Insegura en sus pasos, porque, en el fondo, aunque el deseo la consumiera, temía el ser descubierta.

—Sé que no todo lo que dices es la verdad, sé que tienes un secreto. Creeme, reconozco el temor a kilómetros. —resuena una nalgada proporcionada por su persona en el cuerpo de YoonJi.

—No seas tan soberbio Kookie. —dijo coqueta— te podría salir muy caro burlarte de mi miedo falso.

— Estaría dispuesto gustoso a pagar el precio. —hizo una pausa y le miró, sin poder evitar querér comerle los labios.

— Bien dicho. —dijo Yoon, ocultando su temor con esa sonrisa coqueta y decidida.

No sabía cómo, no sabía cuándo, pero, en un abrir y cerrar de ojos ya estaban desnudos, con el cuello lleno de marcas, marcas que no desaparecerían en días. Con la respiración agitada, con los brazos en el cuerpo del otro, buscando refugio, buscando pasión. Buscando la protección que solo podían darse el uno al otro.

Eres arte~

Murmuraba Kook entre cada beso.

—Eres tan bello, tan natural~

Decía mientras sentía como el contrario preparaba su rosada entrada haciéndole gemir entre cada entrada y salida de los dedos de Min.

— Adoro esta parte de ti~

Miraba como "la" muchacha metía su miembro sin dejar de verla tan impaciente y deslumbrado.

— Adoro todo de ti.~

Min dio la primera estocada.

— Te adoro de modo real~

Sus estocadas se volvían cada vez más necesitadas, más hambrientas.

— Eres mi flor~

Decía mientras Min tocaba sus sensibles pezones logrando que este gimiera al cielo.

— Este será nuestro santuario~

Perdió el aire en la siguiente estocada, sintiendo como llegaba a lo profundo en su interior.

— Eres la flor más bella de mi jardín~

Murmuró mientras veía el lindo rostro de Min sonrojado.

— Te regaré cada día~

Liberó su esencia encima de su vientre.

— Y sería capaz de encerrarte en una caja de cristal para protegerte~

Terminó, sentenciando esto.

— No digas eso, no te pertenezco. —recalcó YoonJi.— no soy una flor, soy una mariposa, a la cual le gustan muchas flores.

— Entonces dejame ser tu única Margarita. —sentencio con firmeza, pasándole la falda a la "chica".

— Vamos Kook, este lugar es muy grande. ¿Sabes?, te lo explicaré a tu manera. —se abrochaba la camisa— Este convento es un jardín. Yo soy una mariposa. Y tu eres mi Margarita, te adoro, recibí tu polen y te ayudaré en tu paso por este lugar, más debes tomar muy en cuenta, que hay más flores en este jardín. Y que, como una mariposa, no puedo ser egoísta con las demás plantas.

Y se fue, se largo, dejando a JungKook perplejo y algo irritado.

— Digas lo que digas, eres mi flor YoonJi, y vaya que tienes unas  lastimosas y dolorosas espinas, me encantas.

Sonrió a la nada.

Pero, después de todo. YoonJi tenía razón, habían muchas flores que no había probado aun en ese jardín. Y una de ellas era su lindo girasol.

Jung HoSeok~

[🦋]

Espero que les haya gustado, besos ♥️

El Convento - YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora