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La vida es un constante cambio, el inicio y el avance sin fin de mil y un epifanías, no sabemos que pasará en el futuro, no sabemos de qué somos capaces, muchas veces no conocemos a la perfección cosas básicas, y sentimos que la sencillez se escapa de nuestras manos.

En su cabeza rondaban muchas cosas, su Dios, su padre, su iglesia, sus hermanas, su amor.

Sacudió su cabeza con fastidio, ¿como podía pensar en ella?, ¿como podía pensar de esa forma?

HoSeok, siempre había sido alguien de pocas palabras, enfocado en sus creencias, en servirle bien a su señor Jesucristo, en aprender lo que más pudiese, en ser el mejor en su clase, en ser una estrella.

Claro, nunca había dejado su humildad de lado, porque, aunque quisiese brillar, sabía que los demás también lo merecían.

Pero, desde que había llegado esa chica, había quedado completamente cegado, sus recuerdos profanos lo invadían, de cosas que había hecho en el pasado, de cómo se masturbaba viendo fotos de chicos y de chicas, y después se arrepentía, y era castigado.

Porque, a su madre no le agradaba nada esa idea, porque pretendía que este estuviese siempre puro, sin esa clase de pensamientos.

—HoSeok! —recibió una bofetada— Eres un impuro!, Dios te castigará, por ser un sodomita, un inútil, un perverso —su madre tomó su cabello con fuerza, y le sumergió la cabeza en agua bendita, casi ahogandolo aprende de una vez!, eso es malo, es malo!.

Esa clase de ideas no le dejaban conciliar el sueño, y hace unos días, después de meses, había vuelto a tener esa erotica imagen en su cabeza.

YoonJi simplemente le encantaba, y desde que había visto, que está no era lo que parecía, le encantaba aún más, porque soñaba con tener sus manos encima, porque soñaba con gemir su nombre, por rogar por más, por pedirle que se undiese en su cuerpo.

Sabia que lo que había hecho estaba mal, le vigilaba a donde fuera, desde que tuviese tiempo claro, y esto era una de las razones por las cuales conocía su secreto, le había visto cuando se agachaba a recoger algo, y lo hacía mal, de manera que lograba ver su braga, y lo había corroborado ese día en el que esta intento seducirlo, sintió como esta, de alguna manera, no era más que un chico, y eso le encantaba.

En medio de su pensar, sintió como la puerta de su cuarto se abría, asustado, se levantó, más al notar quien era, sus pelos se pusieron de punta y su miembro empezó a erectarse.

—Seok Seok, vamos, juega conmigo ~



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Espero que les haya gustado mucho, besos ♥️

El Convento - YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora