Corría de un lado a otro, era el único día en donde las dejaban usar el teléfono, y para su suerte, no recordaba el número de su hermana y tampoco sabia en donde había dejado el papelito donde estába escrito.
Creía fallecer. Necesitaba saber que había pasado, su mente era un completo laberinto, su tío, su fortuna, su hermana.
Pero no sólo eso llenaba su mente, cada que pasaba por los cuartos de los becarios, no podía sacarse la imagen de HoSeok la noche anterior.
Vaya que le había gustado, le había encantado hacerlo suyo, porque aunque lo admita o no, HoSeok en el fondo le encantaba.
Le parecía tan fascinante la forma en la que trataba a los demás, hermosa la forma en la se refería a los pedegrinos y extraordinaria su forma de gemir, ¿¡espera que?!.
Eso no debía de pensarlo, porque sino su miembro empezaría a despertar, y eso sería una tragedia tomando en cuenta el largo de la falda.
Cuando por fin encontró el número se dispuso a hacer la fila para tomar su antiguo teléfono celular y marcar el número de su hermana.
— Hola, Min? —dijo desde el otro lado de la línea la voz suave y apacible de una muchacha.
— Si Min, soy yo. —debían solo decir sus apellidos para evitar problemas.
— Oh, ¿ Cómo has estado? —preguntó de manera interesada su hermana
— Bueno, no sabría como decirte. — Claro que no le diría que se había acostado con la mitad de los jóvenes beatos del convento. Nunca!— ¿Y a ti? ¿Que tal va? ¿Cómo va ese asunto?
— Ha progresado bastante, más, aún no puedo hacer mucho, recuerda que me faltan unos meses para cumplir 18. —dijo de manera exhausta.
Y esa era la verdad, aun faltaban aproximadamente 3 meses para que su hermana cumpliera los 18.
—Tranquila, estaré esperando. Recuerda que haría cualquier cosa por ti. —repitió YoonGi de manera retumbante ante las palabras dichas a su hermana, era una promesa más que una simple oración. Y esa los uniría de por vida.
Cuando ya terminó la hora con los teléfonos, les llamaron a todos al comedor principal, no sabían por qué rayos estaban ahí.
Solo conocían que, tanto sacerdotes, como estudiantes, monjas y becarios estarían ahí.
De la nada, entrando de manera tranquila y apacible, el padre NamJoon se abrió paso por los presentes, llevando de tras de sí, una camandula de color marrón, como la que les ponen a todos los becarios y futuros sacerdotes.
—Hermanas, pacientes pupilos —dijo el padre Nam mirándolos a todos_ Este día, nuestra iglesia se pone de fiesta, pues un nuevo hermano a llegado a ella. Saludemos con amabilidad a Kim Taehyung.
Entró un chico de cabellos castaños, realmente bello, de altura magna y piel semi-morena con una mirada penetrante, como su te quisiese explorar el interior en una de ellas.
Una completa delicia visual, presentía que ya tenía su próxima presa. Más al avanzar este aún más, llevó su mirada a HoSeok y le guiño un ojo, dejando a HoSeok con un rostro rojo encandecente que le devolvía la mirada.
¿Que mierdas estaba pasando?.
Se preguntó a sí misma de forma estúpida.
Y su pregunta fue respondida cuando se volteo el nuevo beato con su cruz recién colocada, mirando de forma caníbal a su HoSeok.
Temía por el. Pues aunque le doliera, HoSeok le pertenecía. Y ni dejaría que nadie lo mirará o lo tocara.
Nadie.
[🦋]
Espero que les haya gustado esté capítulo, por hoy creo que subiste hasta aquí. Faltan unos 4 o 5 capítulos para el final así que estén atent@s
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El Convento - Yoonseok
De TodoMin YoonGi haría cualquier cosa por su hermana, cualquier cosa. Pero. ¿Que tan lejos podría llegar esto?. Respuesta: a un convento. YoonGi se hará pasar por su hermana mayor. YoonJi, para que esta no tenga que entrar a esta especie de reformatorio...