Epílogo

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—¿Que mierda quieres Taehyung? No es ya suficiente, Hoseok se irá conmigo. No te lo dejaré, no se lo dejaré a su Dios. Hoseok es mi anhelo y me pertenece.

—Hobi hyung, vamos. No te larges con este tipo, ¿Acaso no ves la clase de mierda que es? —habló taehyung ignorando las palabras de yoongi.

—No...

—¿Que dijiste?.

—No lo haré taehyung! No me quedaré. Iré a donde yoongi vaya, no me quedaré en este horrible convento, en donde todos son unos profanos hipócritas. Las hermanas son buenas pero tampoco viven como quisieran. Hay amor aquí, pero también es un putrido agujero de ratas —Hoseok sacó toda su ira, esa que había guardado por tanto tiempo, esa que le había causado tanto dolor.

Los recuerdos de los golpes y los castigos que le daban cuando intentaba expresarse, cuando alguien le parecía atractivo, cuando alguien despertaba sus deseos carnales, pasaron por su mente.


— Estoy cansado de este lugar, es un infierno para mi. Me han hecho tanto daño que odio este lugar con todas mis fuerzas! _dijo casi al borde de las lágrimas_ Ya no quiero más golpes o castigos por expresar lo que siento realmente. Me iré con Yoongi. Me iré tan lejos, donde pueda amarlo noche tras noche, y nadie me diga si está bien o mal.  Donde pueda besarlo y me pueda valer un comino si Dios se ofende o no.

Lo tomó de la mano, sujetándolo firme y comenzaron a correr de nuevo, dejando a Taehyung con los ojos llorosos.

Corrieron hasta el final del pasillo, y llegaron a la puerta de aquel viejo convento.

— Hobi, espera.... —se detuvo Yoon_ Si pones un pie fuera de este lugar, te convertirás en el ser más importante de mi vida, tu serás mi Dios.

— Lo sé, y tu serás mi ángel caído, lleno del pecado que deseo consumir.


Sonrieron juntos y salieron, ya no había marcha atrás.



[🦋]



Una semana más tarde se encontraba en las noticias de todo el país : los hermanos Min han recuperado su fortuna, ahora su tío está en la cárcel.

Yoongi entró al jardín de su bella casa, en donde estaban demoliendo la estatua de la trinidad que había construido su tío.

Mirando ello estaba Hoseok, muy pensativo.


— Jamás te devolveré a es lugar, lo sabes, ¿no es así? —dijo Yoon.

— Mi destino era esto, y es pecaminoso, pero perfecto.


Desde ese instante, todo lo que hicieran, ante los ojos del Dios, planteado por los católicos, sería pecado.

Pero ellos vivirían así, escapando de ello, y viviendo sumidos en unas tinieblas bastante luminosas.

Por fin lejos de el convento.


Fin ★




Espero que les haya gustado este libro, gracias por las vistas a todas y todos que hayan leído esta obra. L@s amo ♥️

El Convento - YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora