Sin aliento ™️ [Daryl Dixon]

→ 19. Kiss

«0.19 Beso»

La inseguridad se refleja en sus ojos pero al final acepta.

Abre las sábanas mientras yo me muevo hacia el lado de la pared y se mete dentro tampandome y tampandose con estas mismas.

Nos miramos quedándonos cara a cara.

Pero sin decir nada.

Involuntariamente nuestros cuerpos se empiezan a ajuantar poco a poco hasta que nos quedamos pegados.

- Quería hacer esto hace mucho - dice con su voz ronca, haciendo que trage duro.

- ¿Hace tiempo? - le pregunto en un susurro.

Él asiente.

- Hace tiempo… - dice mientras se inclina y me besa.

Empieza con cuidado y con delicadeza, pero al ver que lo acepto el beso se vuelve más salvaje y sobretodo más apasionado.

Nos separamos un poco para buscar aire y cuando lo recuperamos nos volvemos a lanzar entrelazando nuestros labios nuevamente.

Su mano se cuela por mi blusa de pijama, haciendo que arquease la espalda y pegando nos más todavía.

Se posiciona encima mio, mientras que le quito la camiseta.

Sin querer tocó su espalda notando relieve en ella, haciendo que Daryl se tensase.

- Tranquilo - le susurro encima de sus labios.

Inseguro se vuelve a lanzar a mis labios, pero al poco tiempo se relaja y sigue con lo que estaba.

Esta vez es él el que me quita la blusa quedando en sostén, dejando al descubierto mis cicatrices que aunque no fuesen muchas eran notorias.

Se separa un poco de mí y con sus dedos ásperos los pasa por mis cicatrices poco a poco haciendo el mismo recorrido un par de veces.

Con desespero y al ver que me mira le cojo de la cabeza y junto nuestros labios.

Se quita su cinturón y yo me quedo en ropa interior.

Cuándo Daryl se queda en calzoncillos cae en algo que no nos habíamos dado cuenta antes.

- No tenemos condón - anuncia separándose un milímetro de mí pero sin quitarme su vista de mis ojos.

- Mierda - susurro cayendo en cuenta de eso.

- Le pediré mañana a Glenn - me dice volviendo al ataque.

Yo asiento mientras hacemos una lucha de lenguas.

Cuándo vemos que la situación va subiendo de tono nos paramos.

Él se tira a mi lado.

Me pasa su brazo por debajo y de un tirón me ajunta a él.

Recuesto mi cabeza en su pecho y con los latidos de su corazón me duermo.

Sin embargo todavía noto como el sigue despierto mientras juega con mi pelo.

Cuándo sus latidos se relajan, sé que ya se ha dormido.

El resto de la noche ya no me viene ninguna pesadilla.

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