La noche ya había llegado y fue cuando todos nos dispusimos a entrar, cada uno se fue a su habitación, me di una ducha y me puse mi pijama para después ir a cenar.
Pero antes revise mi computadora, dejandome ver más de doce correos todos de los compradores, agradeciendo por el cargamento que llago completo, mi sonrisa era enorme pero se borró, cuando habrí en último.
Dejandome ver una foto de Dante y una chica de cabello, negro y un vestido pegado naranja.
Ambos se estaban besando, ella lo tenía del cuello y el de la cintura.
No pude evitar que mis lágrimas, salieran, y dejando escuchar el sonido de corazón rompiéndose.
Cerré la computadora y me acosté dejando que mis lágrimas salieran, en cantidades.
La puerta fue tocada por una de las chicas de servicio diciendo que, la cena estaba lista.
Le agradeci pero le dije que no tenia hambre.
Me pare aún en llanto, cerré la puerta con llave y apague la luz, esa noche no dormí por aquella imagen que estaba en mi mente, dejando ver todas las mentiras de Dante.
Y en mi mente aún resonaban aquellas palabras.
Te amo
Su maldita mentira, eran la una de la mañana y la puerta fue tocada, no la habri pues sabía de sobra que era el.
Y lo pude confirmar, cuando hablo.
— Miranda, habré por favor....nena no has comido — el muy hijo de puta se preocupaba por mi, si como no.
Los toques seguían pero después de un rato estos desoarecieron.
No me di cuenta en qué momento me dormí, pero sabía que ese despertar sería un complemento infierno para mí corazón.
Tenía que mandar una mercancía a Brazil y solo por eso me levanté, no quería decepcionar a mi padre.
Me aliste como cada mañana, y al estar lista salí de la habitación, con mi vestimenta negra esa que quite de mi vida hace unos años y que volvería a usar.
Al intentar bajar las escaleras me encontré con el, hablando por teléfono y en cuanto me vio dijo que estaba todo arreglado y colgó.
Yo intenté bajarlas peor el me tomó de la mano, no pude soltarme por más que lo intente quitar, me llevo hasta unas de las habitaciones hasta el fondo y me hizo entrar a la fuerza.
Le puso llave y me miro.
— ¿Se puede saber que mierda te pasa Miranda? — el está molesto, el precisamente el.
— enserio, me estás preguntando que me pasa, cuando ya deberías saberlo — el funcio el ceño y me miro.
— ¿de que hablas?— su cara parecía no entender, y pude creerle pero no lo ize por el simple hecho de que el era muy bueno actuando.
— ¿De que habló? ......estoy hablando de las putas fotos, donde te estás besando con una vieja de eso hablo — su molestia se fue cuándo dije eso y se puso a reír, quería golpearlo hasta que no caminara más— de que mierda te ríes pendejo.
— Joder, perdón es que estás celosa de mi ex, se llama Karla y está en un hospital de enfermos mentales desde hace cuatro años.
El seguía riendo y yo me tiré de espalda a la cama, y a mi mente llago una pregunta.
¿Cómo sabía el de esas fotos?
— ¿tu cómo sabes? — el me miro y acintio.
— es está — me mostró su móvil y efectivamente era esa, el precio entenderlo y se acostó a mi lado — eres una ternura, pero no tienes que creer todo eso, siempre pregúntame a mi, por qué esto pudo haber sido peor.
Yo lo mire y acenti, me sentía estúpida y tonta.
— nesesito palabras Miranda— genial ahora el me daba órdenes.
— si — el sonrió y dejo un beso en mis labios, se acostó en mi pecho y levantó mi blusa.
Desabotono mi pantalón y adentro su mano en tres mis bragas, su dedos hicieron precio en mi clítoris, haciendo que soltara un sonoro gemido.
Cerré mis ojos disfrutando, de aquel placer brindado por el hombre del que estaba comenzando a amar, sus dedos me hicieron viajar al paraíso y no me di cuenta en qué momento, se levantó de mi pecho y se determinó a mirar mis gestos de placer que el mismo me estaba dando.
Su otra mano bajo mi blusa dejado al descubierto mis pechos, su lengua comenzó a lamer uno y luego el otro.
Mis piernas se precionaron aún con su manos en medio de estás y su boca estampo con la mía.
El orgasmo estalló en mi cuerpo dejándome exausta.
— ¿más relajada mi amor?— habrí mis ojos y me encontré con el chupando sus dedos donde me había corrido, al finalizar me izo habrir mi boca para proseguir a chuparlos.
Nos quedamos acostados en la cama dándonos leves caricias que no daban a más.
Y fue entonces cuando la puerta fue abierta dejando ver a mi tía Roxela y mi tío Paulo.
Lo bueno es que ambos ya nos habíamos acomodado la ropa, y era como si nada hubiera ocurrido.
— ¿Se puede saber, que hacen ustedes dos aquí? — Dante se levantó y sonrió.
— nos estábamos dando amor — mi tío fruncio sus cejas y mi tía río.
— amor déjalos — dijo mi tía dándole un beso en la mejilla, el se tranquilizó y la abrazo por la cintura.
— ¿Y ustedes que hacen aquí?— hablo Dante.
— vine por unos papeles que, en guardados aquí— mi tío Paulo se acerco al cajón y saco unos documentos, tomo de la mano amo tía Roxela y salieron.
Dante y yo no tardamos demaciado y también salimos con todo cuidado de que nadie nos viera.
Me quedé más tranquila con lo que Dante me dijo, solo que me mortificaba el por qué del encierro de su ex.
Es raro que habrá hecho, o mejor me quedo con las dudas y no pregunto.
Todo estaba listo, para mandar la carga a Brazil, el jet despego dando rumbo a una de las pistas de los Cazares tardarían un poco en llegar pero no demaciado, Mauro estaba al tanto del cargamento que llegaría a su tierra por ende, tenía más que controlados a los policías de su lado.
ESTÁS LEYENDO
IMPERIO VÉLEZ (Enemigos Íntimos) 2 libro ||C.V||
FanfictionLeonardo sepultó a sus enemigos asé años, o eso pensó pues dentro de muy poco su hija mayor sufriaria los estragos del amor, y peor aún la decepción asía el hombre que ocupaba su corazón. un corazón que rompieron y tras el despecho y el rencor. en l...