Mi padre nos mostró todo que era nuestro, y que no debemos hacer, Maxi y yo solo asentimos.
Todo iba de maravilla, pero lago llamo mi atención y fue el enorme y magnífico laboratorio, nunca había visto algo no ello y me ilucionaba tanto.
Tal vez esto sería lo que me mantuviera ocupada.
Mis padres así como llegaron volvieron, era increíble tal lugar.
Mi padre contrato a un militar que aún estaba en combate, para que me enseñará todo lo que deverias saber en cuanto a defensa.
Y para ser sincera ese era mis grande ilusión, o a menos por el momento.
Dos meses ya habían pasado desde que llegamos a Colombia y para ver sinceros, ya había entrado en combate dos veces, la primera fue donde aquella primera entrega que dimos, uno de ellos se quiso pasar de listo y la segunda fue cuando no estuvieron de acuerdo con las nuevas rutas.
¿Hubo balas? Si
¿Hubo muertos? También
Pero ni Maxi ni yo salimos heridos.
Yo cuidaba su espalda como el cuidaba la mía, siempre juntos e inseparables.
El como casi no es fan de las armas, se comenzó a encargar del dinero que nos daban por cada cargamento de droga y era el quien le rendía cuántas a mi padre por cada peso que nos daban.
El era inteligente con las cuentas pues en estos meses no tubo ningún faltante.
Hasta hoy.
Veía a mi hermano estresado desde hace dos días, llevaba rato observando lo desde atrás vez del vidrio y solo movía cosas en su computadora y negaba.
Algo le estaba ocurriendo y no me lo quería decir.
- ¿Que ases?- el no noto mi presencia hasta que hable, eso lo iso sobre saltar y yo reí aún que también, supe con más certeza que algo le pasaba, pues desde pequeños siempre nos dimos cuenta cuando uno de nosotros llegaba.
- nada- su respuesta seca me iso, mirarlo con asombro jamas me había respondido así.
- aver Maximiliano Vélez, a mi no me hables así, primero yo no te hice nada, segunda llevas días así ¿Que ocurre contigo?- su silencio me molestaba en cierto punto, pero me calme en cuanto un suspiro salió de sus labios y cerro la computadora.
- me hace falta casi dos millones- lo mire confundida, y tome su computadora revise los registros y decía - 2 millones.
- ¿Pero como? Tu siempre has llevado las cuentas en orden - me pase la tarde con Maxi, revisando todos y cada unas de las nóminas de entrada y salida.
Revisamos todo y nada.
- Joder ¿Cómo pudo desaparecer tanto.....- mis palabras no terminaron de salir cuando escuché esa voz.
- ¿Que despareció? - Maxi y yo volteeamos a dónde estaba mi padre parado - estoy esperando.
- nada papá, solo era un decir - ni padre nos miro y posó su mirada en todos los documentos, tomo uno que decía "Nóminas de entradas"- ¿Cuánto?.
-¿Cuánto que?- mi padre sonrió y miro a Maxi luego a mi y entendimos que ya sabía.
- dos millones papá- los dos estábamos esperando el regaño del porque perdimos tanto dinero, pero no dijo nada solo río.
- Hay niños, los dos millones desparecieron por una conquista de Maxi - Maxi me miro y luego a mi padre.
- yo no tengo conquista- mi hermano parecía de verdad no entender, hasta que mi padre poso su teléfono ante nuestros ojos y dejo ver la imagen de mi hermano con una chica rubia en uno de los casinos de la familia.
- ¿Y ella quien es?- sentencie a mi hermano.
- se llama Filia es francesa o algo así, solo estuvimos juntos esa noche y no le e vuelto a ver - mi padre asintió antes de hablar.
- lo se, se perfectamente quien es, y también donde está, y déjame decirte que tengas cuidado, ella es hija de una agente en la DEA y lo que menos quiero es que a tan corta edad uno de mis hijo tenga que pisar la cárcel, estamos claros.
- si papá - respondimos ambos.
Sabía perfectamente que Maxi, pensaba algo fuera de lugar, así como también que aquella chica marco su corazón.
Pues vi la decepción en sus ojos cuando mi padre dijo quien era.
Así como también sentí su corazón romperce.
Después de ese día, maxi solo se concentraba en entregar lo mejor posible las cuentas, cada que entraba dinero lo reportaba al igual el que salía, el negocio iba mejor cada día y nos sentíamos orgullosos cada que nuestros padres decían que teníamos que aumentar la producción.
Pues así también eran las demandas por más mercancía, el territorio colombiano estaba más que lleno, con nuestra sustancias al igual que , el apellido Vélez y más al saber que no solo el apellido si no también el imperio.
Mis días iban mejorando y ya casi no me acordaba de Alan, solo del como beneficiar a mi padre en todo el negocio, un negocio que cada vez me gustaba más.
Pues con mis apenas casi 19 años, ya tenía más de 12 muertes en mi lista y más de 10 en castigo por traición a la familia, aprendi a torturar, a matar a sangre fría y lo más importante, aprendí a que apesar de todo jamás hay que traicionar a la familia mi familia.
Los días corrían y mis habilidades para matar y torturar eran cada vez peor, tanto que Maxi se asustaba cuando veía al alguien sin partes de su cuerpo.
Los casinos y discotecas eran una maravilla y más sabiendo que esas eran fuentes de venta, las autoridades no podían obtener nada, pues nosotros parecíamos invitados, cuando en realidad enramos dueños, de todo eso.
En algún lugar del mundo
- ¿entonces señor, cuál es el próximo paso? .
- el próximo paso es ella - murmure dándole la foto de ella, la mayor de los Vélez.
- no se ofenda señor, pero nos estamos metiendo en problemas- respondió Ofelia mi mano derecha.
- no lo es, la chica está despechada y dolida después de que la utilizaron, su ex novio está en las islas del caribe y ella pues se mudó a Colombia intentado borrar los estragos del pasado.
ESTÁS LEYENDO
IMPERIO VÉLEZ (Enemigos Íntimos) 2 libro ||C.V||
FanficLeonardo sepultó a sus enemigos asé años, o eso pensó pues dentro de muy poco su hija mayor sufriaria los estragos del amor, y peor aún la decepción asía el hombre que ocupaba su corazón. un corazón que rompieron y tras el despecho y el rencor. en l...