La Bestia Con Flores [RyomenSukuna×Lector]

#07

«...OBSERVADO...»

_Desde que tiene uso de la razón siempre a notado que en las noches algo se cuela en su pequeño cuarto.
No mentiría,al principio estubo aterrado, esa vez no durmió en toda la noche y al día siguiente cuando le contó a sus nanas con lágrima en los ojos lo que había pasado, ninguna le creyó e incluso bromearon con una posible pesadilla.

_Las siguientes noches fueron las mismas, solía taparse hasta la cabeza cada vez que escuchaba como la ventana se abría y su pequeño cuarto se sumía en un pesado,y asfixiante ambiente,que con algun movimiento brusco o su sola respiración podria alertar al invitado no deseado.
Y ya en la madrugada caía rendido en los brazos del morfeo al escuchar como la ventana era nuevamente abierta y aquel pesado ambiente desaparecía.

_Con el pasar del tiempo se acostumbro a aquella extraña presencia que noche tras noche solía visitarlo,incluso luego se animó a hablar con aquel extraño ser.
Terminó llorando por la escalofriante voz, alertando a sus nanas y corriendo al invitado.
El cual no apareció luego de unos días.

_Pero ahora algo había cambiado,su amigo con el tiempo había dejado de visitarlo seguido.
Al principio solo era un día y luego dos,tres, cuatro.
Ahora y si lo veía una o dos veces a la semana o incluso algunas horas.

_Lo más probable es que sus nanas tenían razón y aquel ser solo era un producto de su imaginación.
Después de todo ya era un niño de casi siete años,por lo que pronto tendría que empezar a dejar los juguetes en el pasado.

_Nuevamente había sido el mismo escenario, la gente se alejaba a cada paso que daba.
A pesar de haberlo aguantado todos esos años,aún no entendía el por qué de la situación.

_No recuerda haber ofendido a alguien o haber echo algo realmente malo como para soportar tal trato,tanto como el de la gente como el de su familia.

_Su sola presencia causaba los peores insultos jamás oídos,los niños debes en cuando lo ignoraban y si esa no era la situación solían lanzarle algunas frutas o verduras podridas.
Las mujeres solían darles golpes disimuladamente y otras veces le escupían mientras susurraban que era su culpa.