Kagami miró cómo todos los presentes chocaban entre sí para salir por la pequeña puerta, sin entender por qué, él se sentía muy familiarizado con la situación, no sabía si sus memorias no habían sido borradas correctamente, pero no estaba tan asustado como debería estarlo.
—¡¡Kagami-kun... mi padre!!— Tenisha gritaba, con lágrimas en los ojos mientras corría a resguardarse detrás del pelirrojo, quien inmediatamente la abrazó para calmarla.
—¡Kagami sal de aquí, lleva a la niña contigo!— Aomine sacó un par de armas sin perder más tiempo.
—¡No me iré sin ti!— Respondió en un grito, mirando cómo el padre peliverde de Tenisha acorralaba a su esposo, dispuesto a hacerle daño, mientras éste miraba a su hija y con una seña le pedía que no se acercara.
—¡¡Shin-chan, detente!!—Gritaba el pelinegro, incapaz de poder hacer algo, a sabiendas de que su esposo había perdido la razón.
El peliverde se abalanzó hacia el híbrido, tomándolo del cuello con solo una mano y azotándolo en la pared, para luego levantarlo por lo menos un metro del suelo.
Aomine jamás había dudado en un momento así, pero esta vez no estaba solo, Kagami y la pequeña niña estaban allí. Si no lograba detener al pretender peliverde, éste podría matarlos sin contemplación. Fallar no era una opción, y menos cuando su novio pelirrojo no quería irse de ese lugar.
—¡Bakagami, lárgate de aquí!— Fue lo último que gritó antes de tomar un pequeño artefacto que se convirtió en una especie de espada filosa, y usando su agilidad y rapidez llegó hasta donde el peliverde y sin contemplación cortó el brazo que sujetaba al híbrido pelinegro.
Por supuesto que el pretender había sentido dolor al saber que el cazador le había amputado el brazo, sin embargo su sistema no lo haría detenerse, al contrario, quería ver muerto al cazador, quería despedazarlo y sentir su sangre en sus manos.
El pelinegro aprovechó el momento de distracción para huir y correr hacia su pequeña hija, cuando llegó hasta ella, sintió cómo su cuerpo se paralizaba de terror, pero tampoco quería irse de ese lugar, no quería dejar a su esposo incluso cuando este se había vuelto loco.
Los ojos del pretender de lentes irradiaban furia descomunal, y usando la típica velocidad de los androides, se dirigió hacia Aomine, golpeándolo fuerte en el rostro con su otra mano buena y aventándolo unos cuantos metros lejos.
Ante ese ataque Aomine, pesadamente pudo incorporarse, pero sus intentos de ponerse de pie fueron frustrados por el pretender, quien lo había tomado del cuello y lo apretaba con fuerza. Sin pensarlo dos veces usó su brazo robótico para contrarrestar la fuerza del peliverde, con lo que no contaba era que éste último usaría toda su fuerza y lo arrojaría muy lejos, golpeándolo contra algunas mesas que yacían en el lugar.
El cazador pesadamente pudo enfocar su vista, pues el golpe que había recibido había sido demasiado fuerte para él, no recordaba que los pretenders tuvieran tanta fuerza y demasiada velocidad.
Cuando giró el cuerpo para encarar al peliverde, su sorpresa fue grande al ver cómo Kagami estaba frente a él, protegiéndolo del otro androide, quien permanecía a escasos metros de ellos.

ESTÁS LEYENDO
Just love me, pretender
FanfictionEs el año 3021. Los humanos no sólo comparten el mundo con los de su misma especie, sino que también existen los híbridos: seres que habían sido originados por experimentos que habían salido mal; y con robots: seres que no sólo cumplían los mandatos...