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Pov Poché

Abrí la puerta y miré la sala, esperando un golpe de recuerdos que jamás llegó solté el aire y sentí una mano entrelazandose a la mía

Juana sonrió de lado - pasará, solo date tiempo

Fruncí el ceño - no sé de qué hablas - sonreí

- claro - me soltó la mano y entró

Las voces comenzaron a escucharse y volteé hacia el pasillo viendo Mario junto con Leo cargando cajas y a Henry cargando a Manu

- les dije que yo podía hacerlo - sentí mis mejillas calentarse

- y te dije que aún así te ayudariamos - miré a Manuela con reclamo - ¿Qué? Yo supervise que no tirarán ninguna de tus cajas

- ¿Dónde las dejamos? - preguntó Leo

- en mi cuarto, por favor, ya después las acomodo

Salí del departamento y bajé a mi auto para sacar la mochila y subir otra de las cajas

- Puedo subir yo la última, parece que va a llover y no me quiero mojar - miré a Antonio y asentí - ¿Cómo te sientes?

- extraña, creí que ver este lugar por primera vez haría que recordara algo pero no pasó nada - me miró y bajé la vista a sus brazos, parecía que la caja no le pesaba

- si lo sigues intentando así no vas a lograr nada, mejor relájate y deja de buscarlo, va a llegar a ti

Rodé los ojos y pedí el elevador, ni de chiste iba a poder subir por las escaleras cargando eso

- desde que cumpliste años te crees muy sabio

El soltó una risa y se escuchó como soltó un gallo. Ambos nos miramos sorprendidos y reímos

- ¡Al fin! - gritó ya dentro del elevador - sabes lo raro que es que me crezca hasta barba y tener una voz de silbato, al fin tendré voz de hombre - parecía emocionado de verdad

Negué con la cabeza. Aunque quería reglamente no podía prestarle atención a nada, estaba distraída y ni si quiera sabía con qué

Cuando entramos al departamento Juana y Manu estaban en el sillón hablando de algo que no entendí, busqué a los chicos con la mirada

- ¿Y Mario?

- fue con Leo y Henry a comprar comida, van por italiana así que van a tardar - respondió mi novia y asentí

Caminé por el pasillo y al llegar a la primera habitación estaba vacía

Antonio paso por mi lado - está es la tuya - indicó con la cabeza la puerta que estaba casi enfrente

Ambos pasamos y dejamos las cajas

- voy con las chicas - sin esperar a que respondiera el se fue

Sonreí, es lindo

Estar en esa habitación se sentía extraño, entré al armario y no había mucho, un poco de ropa, tenis y pinturas. No había más que pantalones, no había shorts, ni faldas, ni vestidos

Fruncí el ceño y miré la ropa que tenía puesta. Prefería mucho más mi vestido que esos pantalones. Negué con la cabeza y salí de la habitación para ir con mis amigas y mi hermano

Cuando los ví riéndose sentí paz, esa que perdía cuando pensaba en el accidente

- amor, ¿lasaña o pasta? - me preguntó Juana mirando su celular

- pasta - asintió escribiendo en su teléfono y lo apagó para después mirarme

Extendió los brazos y me acerqué a ella para sentarme en sus piernas

Esta vez noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora