Tocabas el piano, te oía practicar los domingos mientras colgaba la ropa. Tocabas bien, se te oía desde el balcón, practicar las piezas una y otra vez, muchas veces eras intenso y yo hacía como que no me daba cuenta para no pensar en eso.
A veces se te pasaba la tarde y yo me debatía entre alcanzarte algo para cenar aunque sea o hacer como si no supiera que no almorzaste. Porque era obvio que te escuchábamos, aunque vos te hicieras el desentendido
Yo que era re familiera me quedaba todos los domingos a limpiar y a tomar mate en el balcón, como si fuera el palco para tu concierto privado. Te habías convertido en parte de mi rutina.
Vos tocabas, yo cebaba, y cuando usabas las notas graves se me secaba la boca. Nunca te pude escuchar cantar, era una lástima, sabía que tu voz rasposa me hubiera matado si entonaba un buen blues.
A veces tocabas jazz, capaz que en tu buen humor descorchabas un vino, no sé, esas veces te rías tanto que parecía que había alguien más y yo no podía con la sensación agridulce trepandome por la garganta tan de golpe, así que me iba para adentro, a doblar la ropa antes que se arrugue.
Eras lindo Augusto, yo lo sabía, como sabía que tocabas el piano y que tus manos de pianista eran una maravilla. Qué sé yo, en parte lo averigüé por intuición y en parte lo confirmé por chusma.
Vos eras lindo. Lindo, encantador e intenso, no había forma de que estuvieras solo.
Era sabido, lo que fue inesperado fue el chabón.
¿Quién es el que se fuma un pucho a las 6:00 am desde tu ventana? ¿se quedó a dormir? ¿Es un amigo? ¿también se besan en la boca o solo en el cuello? ¿También lo vas a traer los domingos?¿También te lo descorchas como al vino después de tocar jazz? HDP.
ESTÁS LEYENDO
ß⊕hεmïαη レαß (?
PoezieUn poco de escritura experimental para el que guste. Prosa grumosa, poesía melancólica, haikus sin sentido y un poco de Borges ¿Por qué no? Deguste sin compromiso, la casa invita.