CAPÍTULO 03

7 1 0
                                    


Atila

Hacia el final de la noche tengo que salir fuera del recinto. Estoy muy acalorado y el aire viciado del interior no ayuda en nada a disipar mi calor.

Atravieso la puerta trasera del edificio y salgo al callejón solitario, apoyándome en la pared de ladrillos, dejando caer mi peso. Cierro mis ojos y suspiro, oyendo la música de dentro que aquí fuera también se oye. Al poco tiempo oigo el chirrido de la puerta que tengo al lado y a ese sonido le siguen unos pasos de zapato de tacón que se detienen justo a mi lado.

—¿Qué haces aquí? —oigo la vocecilla de Scarlett.

—Tenía calor, el aire de dentro está muy viciado.

—¿Ahora ya no tienes calor?

La miro frunciendo el ceño. ¿No ve que tengo la chaqueta en la mano?

—¿Qué? —pregunta al verme fruncir el ceño.

—Si no tuviera calor tendría puesta la chaqueta, ¿no crees? 

Veo cómo aparta la mirada y suspira, ruborizándose.

—¿Por qué te sonrojas?

—Ha sido una pregunta estúpida, lo siento.

—Todos decimos tonterías, no tienes por qué disculparte.

Sonríe un poco en mi dirección y noto cómo le da un escalofrío.

—¿Has salido sin chaqueta?

—No ha sido buena idea, ¿verdad? Iré a por la mía dentro.

—No hace falta que entres, te dejo la mía, no la voy a necesitar, al menos aún.

—¿Seguro?

Asiento con la cabeza y le tiendo la prenda que sujeto en la mano para que la coja.

Ella con cierta timidez la toma y se la pasa por los hombros, recostándose también en la pared de ladrillo, justo a mi lado. Desde esta distancia puedo oler su perfume y es del tipo dulce. Huele bien pero sin empalagarte.

—Ya veo que no te has dejado sin ver ni uno de mis vídeos.

—Fue casualidad que me saliste y me gustó como te desenvolviste con tanta naturalidad, se nota que te gusta mucho el poledance.

—WoW, eres la primera persona que no cuestiona mi futuro laboral por el deporte que me gusta.

—¿Por qué haría eso?

—Por lo general la gente piensa que el Pole Dance es para strippers y personas así... Hasta mi nov... bueno, mi ex me lo decía.

—Yo soy de las personas que piensa que no tengo ningún tipo de autoridad para juzgar u opinar sobre cosas ajenas que no me conciernen de ninguna manera. Si a ti te gusta el Pole Dance, sigue haciéndolo, se te da muy bien.

Vuelvo a notar cómo se ruboriza, incluso debajo del maquillaje.

—Gracias.

Le doy una pequeña sonrisa a modo de "de nada" y siento mi piel erizarse por la brisa nocturna.

—Voy a entrar, ¿quieres seguir hablando dentro?

—Vale... Aunque puede que no nos oigamos nada por la música.

Abro la puerta y espero dejándola pasar antes que yo y luego la sigo de cerca dirigiéndonos al reservado de Adrien. Un punto a su favor es que está lo suficientemente alejado de los altavoces como para poder mantener una conversación normal.

Sin mi permiso mis ojos recorren la figura de la chica que camina frente a mí, reparando en cada detalle de su cuerpo moldeado por el ejercicio constante que debe hacer.

«Es una chica muy bonita.»

De las más bonitas que he visto.

Cuando llegamos nos sentamos y se quita mi chaqueta de los hombros, dejándome oler de nuevo la fragancia que utiliza. Tomo la prenda y la dejo a mi lado y vuelvo a mirarla para proseguir con la charla que hemos comenzado antes en el callejón.

━━━━━━✧♛✧━━━━━━

Con pesadez encajo la llave en la cerradura de la puerta de mi casa, suspirando. Es raro que tenga tanto sueño de normal.

Scarlett y yo nos hemos pasado el resto de la noche hablando y conociéndonos. Es realmente una chica muy interesante. Hemos hablado sobre nuestras aficiones, nuestros estudios y por qué los estamos estudiando. Hemos hablado tanto que he acabado incluso invitándola a ver uno de mis combates.

He descubierto además que a parte del Pole Dance también le gusta la F1. Ahora ya no me siento tan solo en mi grupo de amigos, al menos sé que puedo comentar con ella las carreras.

Giro la llave accionando los cerrojos que me permiten abrir la puerta e ingresar a mi casa.

La luz tenue de la cocina llama mi atención y me asomo a ver quién está allí. Nathaniel, mi otro hermano mayor y mellizo de Robin dirige su mirada hacia mí.

—Hola —saluda.

—Hola.

—¿Te lo has pasado bien? Ro me había dicho que por una vez en tu vida has salido de fiesta a un club.

—Sí, Adrien me había invitado y no tenía excusas nuevas que darle para que me dejara en paz.

Mi hermano suelta una risita baja ante mi comentario.

—¿Has conocido a alguien nuevo que haya valido la pena salir de tu cueva?

—Sí, a la vecina nueva.

—¿Y cómo es?

—Es una chica muy interesante, hemos estado hablando un buen rato.

—Me alegra que te lo hayas pasado bien.

Asiento y me despido de él para subir hacia mi habitación. Tomo el pomo de la puerta de mi cuarto y la cierro tras de mí. Suspiro pesadamente, en verdad estoy agotado.

Me saco la chaqueta que está impregnada con el olor del perfume de mi vecina y prosigo con el resto de prendas y deslizando sobre mi cuerpo el pijama para poder meterme de una vez bajo mis sábanas para poder cerrar los ojos en paz.

Sigo dándole vueltas a la extensa conversación que he tenido con Scarlett. Hacía tiempo que no mantenía una conversación tan interesante y profunda con alguien y pensar en eso me hace sonreír levemente de lado.

Con mis últimas fuerzas me tiendo sobre mi colchón y por encima me paso las sábanas. Vuelvo a suspirar sonoramente y cierro mis ojos y al hacer eso los ojos verdes esmeraldas de Scarlett aparecen en mi mente, recordándome a una de mis frases favoritas de Charles Bukowski:

«Tuve la sensación de que podía caer dentro de aquellos ojos.»




YOU ARE MY SUNSHINE (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora