ҽՏҽ ղҽɾժ ▪pjm▪ GANADORA DE LOS "BTS AWARDS 2020" [PAUSADA]

XXVII

Al final, Abbigail había conseguido que la profesora le dejara salir y no, no fue porque nuestra protagonista se lo haya pedido, sino porque la mujer que impartía las clases había observado como la rubia se parecía a la niña del Aro con los ojos llenos de rímel corrido, sin inmutarse en su entorno, por lo que antes de que comenzara alguna posible burla hacia su persona, Jehová le había tocado el corazón con el espiritu santo y se había apiadado de su pobre alma, dejándole el pase libre para los sanitarios y así deshacerse de aquél maquillaje desastroso, por lo que ahí se encontraba la rubia, mirándose en el espejo con una perfecta expresión de poker face.

- Definitivamente apesto... - se dijo al ver lo horrible que se encontraba. Sin dilaciones ni distracciones, lavó su cara deshaciéndose de ese patético maquillaje. Al levantar su cara, casi grita al ver a una mujer pelinegra detrás suyo. El insulto que tenía preparado se le metió para adentro. - Wow.

La mujer rió al darse cuenta del pequeño susto que le dio a la más baja.

- ¡Lo siento, no fue mi intencion! Pero al ver con la fuerza que lavabas tu rostro, no pude evitar sentir pena por tu pobre piel. - se disculpó, sin embargo al ver la cara de pocos amigos que le estaba dedicando la rubia, supo que había malentendido todo. - ¡No, no me expliqué bien, no lo hice a propósito! Quiero decir que tienes un cutis muy bonito y quería saber si podría maquillarte. - la ultima palabra de la pelinegra salió más como una pregunta que otra cosa. Se había puesto nerviosa.

- ¿Ah? Bueno, si... Supongo que no hay problema.

Abbigail no supo cómo reaccionar ante eso. Aquella situación había resultado tan random que no pudo evitar que Abby.exe dejara de funcionar y se le reiniciara el windows, microsoft, linux y el mundo entero.

La fémina festejó llevando sus manos juntas a su mentón. Esa mujer emanaba mucha felicidad, arcoiris y estrellitas, en cualquier caso, a nuestra protagonista le hubiese resultado asqueroso incitándola al vómito, pero en ese caso nada de eso pasó. Le estaba cayendo muy bien, demasiado. Posiblemente Hyuna desataria el Armageddon y la tercera guerra mundial juntos.

- Bien, primeramente dejame hacerte una leve exfoliación.

- ¿Tienes...? - al ver que la pelinegra sacaba varias cosas de su bolso quedó callada. - Olvidalo.

- Disculpa que esto haya salido de la nada, pero qué puedo decirte, así soy. - se disculpó lavándose las manos para después aplicar en sus dedos una espuma facial que salia como florecitas. Con un pequeño broche alzó el flequillo de la menor y comenzó a pasar la espuma por su rostro con suavidad.

Así siguió hasta enjuagarle, aplicarle un tónico, un serum y una crema facial para nada oleosa.
Se había encargado perfectamente de preparar la piel de la rubia para comenzar a maquillarla - antes que nada le aplicó un primer para que la base quedara con un acabado natural- entre bases y polvos compactos, sombras de tonos durazno y delineados, el maquillaje de Abbigail estuvo listo.

En ese momento la pelinegra le estaba aplicando una tinta de labios también de color durazno.

Había quedado encantada con la mujer que había maquillado. Sin duda era hermosa, ahora entendía el por qué Jimin había caído rendido por ella.

- ¡Oh, por Dios! ¿¡Esa chica sexy con rostro de angel soy yo!? - preguntó impactada la joven viéndose al espejo sin creerlo. ¡Esa mujer había hecho un gran trabajo con ella!

La pelinegra rió y avergonzada se acercó a la rubia.

- Esto no fue nada, puedo hacer maravillas con mis manos. ¿A que soy genial?

- ¡Eres la puta ama! ¡Me haría lesbiana por tí!

La pelinegra tapó su boca y una pequeña risita salieron de sus labios.