XI

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Sintió como el viento fresco acariciaba su piel haciendo que se erizara. Abrió los ojos lentamente logrando ver sobre la cabecera de la cama una ventana que se encontraba abierta. El sol comenzaba a querer salir indicando que tal vez serian las siete de la mañana.

Se quejó cuando sintió un dolor terrible en su cabeza.  Al abrir los ojos pudo ver perfectamente el rostro de Park muy cerca del suyo.
Gritó desesperada mientras se aferraba a la cabecera de la cama y se tapaba con las mantas.

— ¡Pervertido! ¿Qué me hiciste?

— Sigue viva. — oyó una voz detrás del ahora rubio de Jimin.

Jimin se giró dejando ver a HoSeok y SeokJin sentados, mirando a la pelinaranja con una sonrisa burlona.

— ¿Qué me hicieron? — preguntó ahora preocupada y tanteando sus ropas.

No tenia puesta la misma ropa que en la fiesta.

— Más bien que no hiciste tú. — se rió Jin levantándose de su asiento. — Estabas mas loca que una cabra.

— ¡Son unos aprovechados!

Tanto Jin como Hoseok comenzaron a carcajearse, pero terminaron de hacerlo cuando la puerta se abrió dejando ver a un pelirrojo con cara de pocos amigos.

— Ya no la molesten, la niña se pondrá a llorar. — comentó JungKook acercándose a la pelinaranja con un vaso de agua y una pastilla. — Le he puesto bicarbonato de sodio y sal para tu mal estomacal. Bébelo.

Los ojos de Abbigail decían mucho de cómo se sentía en ese momento. Estaba perdida y tenia muchas dudas en su cabeza al igual que miedo.

— Yo...

— Anda bébelo, no tiene nada de malo. — habló por primera vez Jimin sentándose en la cama. — Y no te preocupes que nada te pasó, bueno, estuvo a punto de pasarte hasta que JungKook te salvó.

— ¿JungKook? — la única chica giró su cabeza hacia el pelirrojo quien la miraba fijamente.

— Así es, gracias a mí estás bien. Esta madrugada tuve que salvarte el culo de unos tipos que intentaron aprovecharse de ti. — contestó tosco y rudo. — Y no te preocupes por el cambio de ropa, la hermana de HoSeok te cambió. Aquí nadie te quiere ver y si ya estás bien, vete de mi casa de una puta buena vez.

— JungKook no seas grosero. — dijo una voz femenina quien entraba a la habitación. — Disculpalo, es un grano en el culo pero hasta que te acostumbras.

— JiWoo... — se quejó JungKook.

— Antes tuvieron que hacer una parada en la casa de Jimin ya que el te conoce más.

— ¿Yo? ¿Por qué yo...? — Jimin fue interrumpido por la castaña.

— Estabas muy mal y nos preocupó por un momento, ya que no sabíamos si habías caído en algún coma alcohólico.

Abbigail simplemente bajó la mirada. De verdad que se había pasado de copas ya que no recordaba absolutamente nada. Por lo general ella era una borracha consiente pero no tenia idea de lo que había sucedido.

Subió la mirada para ver a Jimin sorprendiéndose al verlo sin esas ropas ostentosas típico de niño rico y sin esos lentes de Harry Potter.
El rubio vestía unas bermudas de jean junto con una sudadera negra que decía Thrasher.

Definitivamente se veía muy distinto con ese estilo y apuesto, pero eso era algo que nunca jamás en su vida sería capaz de aceptar, primero muerta que orgullo herido.

«La resaca me está haciendo pensar cualquier cosa.»

Se llevó las manos a la cabeza del tan espantoso dolor.

— Ya agarra tu vaso, Jimin no es tu soporta vasos. — dijo JungKook agarrando el vaso de Jimin de mala manera, pasándosela a la pelinaranja. — Toma tu puta agua y vete.

A ese punto el dolor de cabeza de Abbigail era muy fuerte y su humor había desaparecido por completo. Se levantó rápidamente, ignorando al pelirrojo.

— ¡Ay, ya me cansé de ti y tu maldito odio hacía a mí! — gritó Abbigail arrepintiéndose al instante, pues su garganta estaba seca. — ¿Dónde está mi ropa?

— ¡Uy, ya se volvió loca la cabra! — grito SeokJin carcajeándose.

— ¡Cierra la boca imbécil! — se acercó amenazante la pelinaranja al más alto.

— ¿Por qué no me la cierras tu?

Abbigail sonrió para después abalanzarse al mayor, sin embargo Jimin enseguida se interpuso agarrando a su compañera del la cintura.

— ¡Sueltame Jimin, yo lo mato! — la más baja intentaba separarse de los brazos del rubio pero este era jodidamente fuerte. — ¡Jimin!

— ¡Ya dejen de gritar! — ordenó JungKook enojado. — ¡Mierda están en mi casa! ¿¡Podrían tener algo de respeto por favor!?

Todo quedó en silencio, sólo se escuchaba la respiración agitada de Abbigail. Con todo el alboroto la fémina se había olvidado del dolor de cabeza.

— ¿Podrías soltarme Jimin? — pidió entre dientes la más baja, pues el rubio seguía sosteniendo su cintura desde atrás.

— O–Oh... — como si Abbigail fuese  fuego se apartó el rubio bajando la cabeza con un pequeño sonrojo en su rostro.

Todo seguía en silencio. Hasta ese punto Abbigail ya se sentía bastante incómoda.

— JiWoo.

— ¿S–Sí? — preguntó dubitativa las castaña. Al ver como Abbigail había reaccionado, sabía que debía tenerle miedo.

— Prestame tu teléfono. — pidió ahora más calmada.

— S–Sí, acompañame.

Abbigail caminó hasta donde la castaña, de paso chocando su hombro con SeokJin.

Una vez que salió de la habitación de JungKook, Abbigail se dio cuenta de que su casa era de un solo piso.

— Disculpa a los chicos, parecen malos pero en realidad son todo lo contrario. — dijo la castaña agarrando su celular de la mesada de la cocina. — Toma.

— Gracias. — Abbigail decidió mandarle un mensaje de texto a su mejor amigo para informarle que estaba bien, aunque sabiendo de cuentas como era el pelinegro, lo más seguro sería que se estuviera liando con alguna chica.

— Iré a buscar tu ropa, vuelvo enseguida.

La pelinaranja se quejó cuando otro dolor punzante le atacó por lo que se sentó en la mesa y apoyó su cabeza en esta.

— Carajo, ¿Qué hice?

Eso era muy humillante para ella, para colmo el grupito de Park le había visto.

— Toma. — el rubio le extendió el vaso y la pastilla. — Deja tu orgullo de lado al menos por ahora. Tienes que recuperarte.

Abbigail levantó su cabeza para ver el vaso frente a ella. Iba a hacerle caso a Park una vez en su vida, así que agarró la pastilla llevándosela a la boca y continuamente bebió el agua.

Jimin yacía recargado en el marco de la puerta mirándola fijamente.

— ¿Qué tanto miras idiota?

— La cara de imbécil que tienes.

Abbigail se ahogó con el agua ante la contestación del rubio. ¿Jimin le había contestado? ¡Eso sí era raro!

— ¿Qué...?

Jimin se acercó hasta donde estaba la fémina y apoyó sus brazos en la mesa, acercando su rostro al de esta.

— No todo lo que brilla es oro. — le guiñó el ojo y se alejó para perderse nuevamente.

Oh my got... — dijo la fémina en su idioma materno.













ҽՏҽ ղҽɾժ ▪pjm▪  GANADORA DE LOS "BTS AWARDS 2020" [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora