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Una semana después

Win espero que la culpa lo abordara pero no fue así. Se sentía desahogado como si el estorbo que le impedía ser él mismo ya no estaba.

Despertó viendo al pelicafe a su lado en la cama, tenía un semblante muy pacífico y a la vez atractivo. Dormían juntos, porque no le gustaba dormir solo y al pelicafe no le molestaba.

Se daban besos tiernos y besos llenos de pasión. Descubrió que al pelicafe le encantaban sus besos porque siempre le señalaba los labios para que le diera uno. También besar al pelicafe ayudaba a calmar su repentina ansiedad de darse golpes en la cabeza. Win creía que era por la falta que le hacía Melish, en efecto así era. Melish era parte de su vida diaria y como el dolor era un sentimiento que no manejaba bien, se frustraba lastimándose así mismo para no lastimar a otros.

Desde esa vez en el sótano, no habían tenido otro tipo de cercanía más que besos y abrazos cuando dormían, le gustaba ser rodeado por los brazos del pelicafe, lo hacían sentir seguro y estimado.

Win subió encima del pelicafe, cuidando de no lastimar la herida que estaba cerrando poco a poco, queriendo jugar un rato con él, puesto que sentía muchas mariposas en su estómago y un deseo sexual que no había sentido antes. Sintió el bulto mañanero en los pantalones del pelicafe, se movió en círculos, disfrutando de la sensación placentera en su libido. Cerró los ojos para subir la intensidad en su sentidos. No sabía por qué le gustaba su verdugo pero él le enseñó a no tener miedo, no podrá tener sentido pero para él significa mucho. Lo salvó cuando más lo necesitaba.

Abrió los ojos cuando sintió las manos del contrario en sus caderas, Bright tenía un poco separados los labios, sus ojos decían que lo estaba disfrutando. Win se quitó la camisa llevando las manos de Bright hacía sus pezones, enseñándole a redondear los botoncitos marrones, mientras él seguía balanceando sus caderas sintiendo cada vez más duro el miembro del contrario. Se cirnió sobre el pelicafe para besarlo con necesidad, separó su cuerpo y desabrochó el pantalón para quitárselo al igual que los suyos junto al boxer, dejando a la vista la extensión del pelicafe, Win se mordió el labio, se sentía tan espontáneo, tan atractivo, que quería al pelicafe dentro de él. Win se colocó de nuevo a horcajadas juntando sus erecciones frotando de arriba hacia abajo sacando gemidos al pelicafe.

Bright sujetaba fuerte al menor con todos sus sentidos volviéndose loco, lo que le estaba haciendo el menor era algo diferente, jamás había tenido este tipo de contacto, escuchando los gemidos del menor y emitiendo los suyos las fricciones se hicieron más rápidas, llevándolo a un lugar que de seguro era el mismo cielo. Al sentir el orgasmo los dos dejaron salir el espeso líquido blanco. Llegando a ser una de las mejores mañanas para los dos.

Eran las dos de la tarde, Win estaba sentado entre las piernas de Bright siendo secado del cabello, los dos se habían bañado cada quien por su cuenta

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Eran las dos de la tarde, Win estaba sentado entre las piernas de Bright siendo secado del cabello, los dos se habían bañado cada quien por su cuenta. Aunque el pelicafe demostraba muy poco afecto le gustaba mucho los pocos momentos que era dulce para el menor.

-Bright, ¿Puedo irme?- se atrevió a preguntar para poner a prueba al pelicafe.

Bright dejó de secar al menor, dándole la vuelta para subirlo encima de sus muslos y besarlo con bastante urgencia, dejó un último beso para morder el labio inferior sacándole un gemido de dolor.

-Mio- pronunció Bright, estableciendo con voz gruesa e intimidante.

Win se sorprendió por lo bien que pronunció las palabras, observando los ojos color chocolate del pelicafe sonrió, le gustó que se mostrará posesivo, jamás había sentido este tipo de sensación tan plena por alguien.

-No me iré, soy tuyo- dijo para darle un pequeño beso en la mejilla. Ahora que lo piensa de qué vivirían la única que trabajaba era Melish y el pelicafe no trabaja.

Bright debo conseguir un trabajo, necesitamos dinero y también hacer las compras de la despensa.

Bright solo gruño llevando del brazo al menor hacia la habitación de Melish, lo dejó parado en la puerta y movió la cama hacia un lado, se acercó al suelo quitando un tablilla dónde se encontraba un cajón, lo abrió mostrándolo al menor.

-No puede ser de quién es- preguntó el menor viendo varios rollos de billetes.

-Mel- contestó Bright costandole un poco la pronunciación. En realidad en la caja estaban los ahorros de Melish y Bright, hubo un tiempo en que el pelicafe trabajo en una carpintería, pero el dueño murió y cerraron, no pudo trabajar en otra parte porque no lo aceptaban.

-Eso es bastante, pero aún así no tardará toda la eternidad. Debo trabajar.

Bright gruño negando con la cabeza.

-No me gruñas, es para que sobrevivamos- Bright lo miró mal dándole la espalda, guardando la caja en su lugar.

Win pensaba que el niño era él pero ya veía que Bright también hacía berrinches, se acercó para abrazarlo de espaldas sintiendo la rigidez del pelicafe.

-Puedes ir conmigo- alentó el menor con dulce voz.

Bright no está acostumbrado a las muestras de afecto, él que abrace al menor no quiere decir que es lo mismo cuando es abrazado, pero si pudo relajarse. Le gustaba la idea de vigilar al menor todo el tiempo.

Win se alejo sabiendo que el pelicafe estaba más tranquilo, se movieron hacia la cocina para cocinar, Win no sabía del todo cocinar pero Bright si, así que lo ayudaba. El menor estaba consiente de que este ambiente era similar a una pareja, no sabía si el pelicafe conocía sobre ser un novio, pero con gusto le enseñaría.

Después de cenar, siempre veían la televisión, al pelicafe no le gustaba verla pero hacía compañía a Win, el menor solo buscaba caricaturas, no le gustaban las películas ni los dramas, mucho menos el terror, que más terror del que vivió.

Después de mirar un poco de televisión se dirigian a la habitación del pelicafe dejando encendidas las luces de la cocina y la pequeña lámpara de la habitación Win se dió cuenta que a Bright no le gustaba quedar en completa oscuridad. Dormía de lado izquierdo siempre viéndolo a él, en algunas ocasiones el menor escuchaba al pelicafe susurrar su nombre en el sueño.




Me cambiaste [BrightWin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora