Capítulo 2

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Aleksandre Avila

Ciudad de México,

10 de octubre de 2013.

Suspiro. Mis ojos se mantienen muy atentos a la pared donde se proyecta la nueva estrategia de negocios que estaremos desarrollando en la empresa para la cual trabajo, Iron Code, la gigante industrial y multinacional  finlandesa  en materia de tecnología y maquinaria para la minería.

La reunión se me hace un poco aburrida y juego con los gemelos en la camisa blanca bajo mi traje, son las 2:00 p.m.  de la tarde y mi estómago gruñe, tendré que bajarle un poco a las ensaladas si quiero no morir en el intento de tener una vida más saludable y en lugar de una vida, sea la muerte lo que consiga por un desmayo- mie estómago gruñe- pues sólo había comido una ensalada en todo el día.

Me distraigo observando las diapositivas pasar, formulo las preguntas necesarias, hago mi presentación con un plan de negocios que incluye visitas a potenciales países donde aún no nos hemos extendido- nuestro director parece prestar interés en esto último y me mira con atención-

La reunión que parecía eterna al fin acaba, todos se marchan de la sala de juntas, recojo mi portátil, mi celular, y me dispongo a hacer lo mismo, cuando la voz del director me detiene, Aleksandre- dice entusiasmado- me ha encantado tu propuesta de la expansión a nuevos países, y ya tengo tu próximo destino: irás a República Dominicana – me palmea el hombro con un entusiasmo notable- lo miro un tanto confuso, pues pensaba más en la expansión a otros países europeos o a Norte América.

Irás allá por una semana, cubriremos todo, te encargarás de dictar unas conferencias a las empresas potenciales y visitarás las instalaciones de las mismas, ya veníamos tratando un acuerdo previo y estarán encantados de recibirte- sonrío- aunque soy ingeniero industrial, también me encargo de dictar conferencias y capacitaciones sobre el uso de nuestra tecnología en diferentes partes del mundo, y aunque no me emociona mucho la idea de viajar a un país tercermundista como lo es la República Dominicana, lo cierto es que soy un amante de conocer nuevos destinos, de la  naturaleza, el arte y la cultura y he escuchado que allá hay mucho de eso.

De acuerdo- confirmo- ¿Cuándo debo partir? Te irás mañana mismo Alek- A veces me llama así de cariño- Muy bien, pues me marcho y ahorita llegando a casa veo con calma todo lo del viaje, buenas tardes Rogelio, buenas tardes Aleksandre, será un gran viaje- lo será- confirmo y me marcho.

Llego a casa exhausto, los niños no están ya que les toca estar con su madre esta semana, fue parte del acuerdo que hicimos al separarnos. – Suspiro- me aflojo la corbata, me quito el saco y tomo un vaso de agua, termino de desvestirme, me quedo en shorts y me siento en mi escritorio para ver lo del viaje, debo escoger el hotel donde me quedaré y confirmar la hora del vuelo, veo el reflejo de mis ojos verdes cansados en la pantalla, pero no puedo permitirme descansar ahora, porque el viaje es en apenas en unas horas- suspiro otra vez-  pos ni modo güey , te toca ir hasta el culo del mundo gracias a tu plan de expansión, -lo que te ganas por estar de cabrón innovador- ruedo los ojos- reviso el correo, la  asistente de Rogelio por suerte me ha enviado todo lo referente al viaje, ejecuto todo, cierro el portátil y me dispongo a hacer mi equipaje, no empaco mucho, no estaré mucho tiempo y no creo que vaya a traer nada de allá. –pienso-

Pero estaba equivocado respecto a eso, pues de ese lejano país traería algo que no cabría en mi pequeña maleta, más bien necesitaría de todo el especio en mi corazón, para alojar esa  pequeña chica de espíritu alborotado con cabello a medio hacer, que lo cambiaría todo.  


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¡Holaaaaa otra vez! 

Ya conocimos un poco del segundo personaje en esta historia: nuestro apuesto y enigmático empresario mexicano Aleksandre Ávila, sin duda un personaje demasiado contrastante con nuestra chica de invierno favorita, ¿no les parece?

¡Nos leemos pronto, besos, Ysh!

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