Capítulo 33: El caserío

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Eva: Estás despierto?

Hugo: Si

Eva: Que te preocupa?

Hugo: Todo

Eva: Si me concretas un poco más?

Hugo: Me preocupa que crezca solo, que crezca en general, me preocupa toda nuestra vida Eva

Eva: Porque amor?

Hugo: Llevo dándole vueltas a la cabeza horas

Eva: A Toledo?

Hugo: Si

Eva: Te lo dije muy enserio Hugo, los hospitales no están tan lejos, y la unidad se puede trasladar allí. La familia puede venir de visita, solo tienes que decirme si quiero mudarme allí y nos vamos

Hugo: Tengo que darle más vueltas es un cambio tan grande

Eva: Dale vueltas en otro momento Hugo, para un ratito que tenemos de dormir no lo estás aprovechando

Hugo: Desea la señora de la casa hacer otra cosa?

Eva: Me estás sugiriendo algo? Tienes unos 45 minutos hasta que se levante Gael y ya nos despierte a todos

Hugo: Me sobran 5

Eva: Pues aprovéchalos que son muy valiosos

*Ratito después*

Eva: Hugui, pásame el chupe, haber si conseguimos no despertar a tu madre

Hugo: Vamos a la ducha

Eva: Los tres?

Hugo: Si, ahí se me ocurren mis mejores planes

Eva: Pues ves calentando el baño que yo voy a desvestir al bicho y me lo voy a comer con papas

Hugo: No te lo comas que solo tenemos uno

Eva: Quién sabe?

Hugo: Que no me has contado?

Eva: Nada nada Hu, solo que como siempre estamos ahí intentándolo quien sabe cuándo vendrá

Hugo: Yo no voy a decir nada que luego me la llevo

Eva: Dilo que no pasa nada

Hugo: Que no sé si la tripita esa es de un posible embarazo o porque no te has recuperado del postparto

Eva: Saldremos de dudas en la próxima revisión

Hugo: Sabes que me pasó anoche Sam?

Eva: Dime

Hugo: Era un artículo que decía que lo mejor era esperar unos 18 meses

Eva: Y eso?

Hugo: Para que el niño no venga bajo de peso y evitar miles de problemas

Eva: Pues que no nos coman la cabeza, porque uno no es cosa suya y dos quedarte embarazado no es fácil, no lo dices y ya lo tienes

Hugo: Me encanta cuando te pones así

Eva: Sal a por las toallas

Hugo: Te has dado cuenta de las pestañas que tiene? Son enormes. Son como las de mamá

Eva: Te quiero

Hugo: Y yo. Te encargas tú del enano?

Eva: Tu mientras desayunos?

Hugo: Si

Huguiti se fue a hacer el desayuno, previo pasar a vestirse y yo me quedé con el enano, le puse cremitas, el pañal y un pijamita corto. Después pasamos por la puerta del cuarto de su abuela, quién ya estaba despierta

Lo que esconde su sonrisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora