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Septiembre de 2010-Gwangju

Hoseok era un hombre de rutina.

Se despertaba todas las mañanas a las seis en punto e inmediatamente salía a correr diez kilómetros. Luego regresaba a su (nuevo) apartamento para hacer series de flexiones, lagartijas y abdominales. Luego se estiraba antes de prepararse un batido y un bagel, que comía mientras veía SportsCenter. Luego se duchaba.

El resto de su día lo dictaba lo que estuviera programado para él. Rara vez tenía un día sin nada planeado.

Había completado su primer entrenamiento de campo de la NHL y se había asegurado un lugar en la lista de los Voyageurs de Gwangju para la temporada 2010-2011. Eso no era una sorpresa, pero todavía estaba muy orgulloso de sí mismo. Al día siguiente comenzaban los juegos de pretemporada. La ciudad de Gwangju ya lo había abrazado calurosamente. Y él estaba emocionado.

En la televisión, los presentadores de SportsCenter hablaban de Min Yoongi .

Hoseok no había visto ni hablado con Yoongi desde su... encuentro... en la habitación del hotel hacía más de dos meses. Le gustaría poder decir que tampoco había pensado en él, pero eso estaría lejos de la verdad.

De repente, el rostro de Yoongi llenó la pantalla. Hoseok sintió que su rostro se sonrojaba un poco, lo cual era ridículo porque estaba solo y no en presencia de esos brillantes ojos o esa sonrisa juguetona y gomosa.

Estaba mirando la televisión, extasiado, pero sin escuchar una palabra de la entrevista. No se soltó hasta que escuchó a Yoongi decir, sin un rastro de ironía:

—Los Bears estarán felices conmigo esta temporada. Marcaré cincuenta goles.

—¿Cincuenta goles? —preguntó el entrevistador atónito.

"¿Es una puta broma?" Hoseok preguntó desde casa.

—Sí. A finales de febrero. —dijo Yoongi .

Hoseok resopló. Estaba asombrado por la audacia de este tipo. ¿Estaba anunciando incluso antes de que comenzara la temporada, sin tener suficiente tiempo en el hielo con los Bears, que estaría anotando cincuenta goles esta temporada? ¿Siendo un novato de diecinueve años?

Hoseok tenía toda la intención de marcar al menos la misma cantidad de goles, pero ciertamente no iba a anunciarlo. Jesucristo, ¿Qué pensarían de él sus nuevos compañeros si hiciera algo así? Pensarían que era un imbécil engreído, eso es. Y si Hoseok no lo cumplía, se vería como un maldito idiota.

Pero ahí estaba Yoongi, sin pena alguna, anunciando con calma su intención de hacer lo que quizás solo cuatro o cinco novatos habían podido hacer antes. En toda la historia.

"Ridículo. Exasperante".

—¿Sientes la presión por superar a Jung Hoseok esta primera temporada? —preguntó el entrevistador.

—¿Quién?

"Vete. Al. Carajo. Min".

Yoongi miró directamente a la cámara y Hoseok se quedó paralizado.

"No puede verte, tonto".

Vio a Yoongi guiñar un ojo a la cámara y los ojos de Hoseok se entrecerraron. Iba a callar a ese hijo de puta cuando sus equipos finalmente se encontraran.





🏑



La oportunidad llegó un mes después.

La exageración previa al primer encuentro entre Jung y Min le pareció a Hoseok un poco excesiva. Ambos tenían solo diecinueve años y sus carreras en la NHL tenían solo unas semanas. No estaba seguro de lo esperaban que sucediera.

RIVALRY [SOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora