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Octubre de 2016-Filadelfia

Yoongi tenía a un hombre inmovilizado bajo el peso de su cuerpo.

El hombre era grande, casi tan corpulento como Yoongi, y se apretó contra él agresivamente. Yoongi metió una rodilla entre los muslos del hombre, manteniéndolo firmemente en su lugar.

—Vete a la mierda, idiota. —gruñó el hombre.

Yoongi se apoyó en él con más fuerza.

—Está bien, déjalo ir, Min. —dijo el árbitro—. Llamaré a detención si no retrocedes ahora mismo.

Yoongi soltó la camiseta del otro hombre, levantando las manos inocentemente.

—Hijo de puta. —gruñó el otro hombre.

Empujó a Yoongi antes de alejarse patinando de las tablas donde este lo había atrapado.

—Eso no fue agradable. —dijo Yoongi después de él.

Yoongi podía escuchar los abucheos y burlas de la multitud mientras patinaba hacia el banco.

¡Vete a la mierda, Min!

¡Eres un puto maricón, Min!

¡Vuelve a Daegu, pedazo de mierda! Etcétera...

Yoongi sonrió para sí mismo. Realmente amaba esto. Le encantaba estar en la carretera y decepcionar a las multitudes locales en el extranjero. Le encantaban los insultos, los abucheos y, sobre todo, el sonido de una multitud tan destrozada por la actuación de su equipo que ni siquiera podían molestarse en abuchear. Una multitud humillada y sin aliento. Ese era el sonido favorito de Yoongi.

La multitud seguía ruidosa en Filadelfia. Esta no era una ciudad fácil de silenciar. Tendría que trabajar más duro esta noche para conseguir ese glorioso y devastador silencio que ansiaba.

Se sentó en el banco junto a Brad Hammersmith. Brad era un delantero veterano. Tenía, algo así, como unos cien años.

—¿Haciendo amigos? —preguntó Hammersmith.

—Estoy jugando al hockey.

Hammersmith resopló.

Un defensa de Filadelfia patinó junto al banco cuando la jugada se detuvo.

—Sigue así y verás qué pasa, Min. —amenazó.

—Sé lo que va a pasar. Mi equipo ganará.

—Chúpame el pito, Min.

—Seré la mejor mamada de tu vida, cariño. —Yoongi le guiñó un ojo.

—Maricón. —se quejó el otro jugador.

Yoongi se encogió de hombros. Era verdad a medias. Quizás, como un treinta por ciento cierto.

En ese momento, las pantallas del marcador mostraban lo más destacado del juego. Gwangju esta en la pantalla. Jung acababa de marcar un gol. Por supuesto.

Yoongi vio las imágenes de Hoseok tomando un pase rápido y anotando con la precisión imposible por la que era conocido. Yoongi lo vio abrazar a sus compañeros de equipo, y la forma en que su rostro se iluminó con una amplia sonrisa de júbilo. Yoongi se encontró sonriendo un poco también, en su banco.

Bueno, ahora iba a tener que marcar dos goles esta noche.

Octubre de 2016-Gwangju

—Nara está embarazada.

Hoseok se detuvo en seco.

—¿Otra vez? —él dijo.

Jimin se rió. —Jesús, gracias.

RIVALRY [SOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora