RIVALRY [SOPE]

26

Yoongi rebotó sobre las puntas de los pies y sintió cómo el muelle se mecía en el agua bajo él.

—¿Este es el muelle en el que haces yoga? —preguntó.

—No, no hago yoga aquí. Aquí fue donde el equipo de cámaras me pidió que... Espera. ¿Viste eso?

—Sí. Fue genial. Necesitaba ayuda para dormir.

—Eres un idiota.

Observaron en silencio cómo nadaban un par de patos. Esto era lo que pasaba como entretenimiento aquí en medio de la nada.

Era de madrugada y el día ya era caluroso. Hoseok, al igual que Yoongi, sólo llevaba pantalones cortos. Se habían acostado tarde después de haber estado despiertos casi toda la noche.

El sol brillaba en cada centímetro de Hoseok: su piel, su pelo. Se veía tan dolorosamente hermoso y feliz.

Era una pena que Yoongi lo arruinara.

Una pena, pero no había opción: Jung Hoseok estaba de pie al borde de un muelle, y ahora estaba de espaldas a Yoongi. Como un idiota.

—¿Cómo está el agua? —preguntó Yoongi.

—¿Qué?

Esa fue toda la advertencia que recibió Hoseok antes de que Yoongi lo empujara fuera del muelle con ambas manos. Hoseok soltó casi un "hijo de puta" antes de que su cabeza se sumergiera bajo el agua oscura.

Cuando volvió a salir a flote, siguió balbuceando y maldiciendo mientras Yoongi se doblaba de risa.

—¡Vete a la mierda! —gritó Hoseok, y lo acentuó con un poderoso movimiento de su brazo que envió una ola de agua hacia Yoongi. La mayor parte de ella dio en las pantorrillas de Yoongi.

—¡Imbécil! —gritó Hoseok.

Yoongi salió corriendo del extremo del muelle y se sumergió en el agua en una perfecta bala de cañón, justo al lado de Hoseok. En cuanto su cabeza volvió a estar por encima del agua, salpicó a Hoseok justo en la cara, por si acaso.

Hoseok trató de darle un puñetazo en el hombro, pero Yoongi le agarró la muñeca y lo acercó.

Lo besó rápidamente, y Hoseok lo empujó con fuerza en el pecho.

—¿Y si mi teléfono hubiera estado en mi bolsillo? —se quejó Hoseok.

—No estaba. Lo dejaste sobre la mesa. En la cubierta.

—Bueno...

Yoongi volvió a besarlo. Era un poco incómodo hacerlo cuando ambos estaban pisando el agua. Hoseok sabía a agua pura y fresca.

Como para demostrar que seguía estando perfectamente seguro y funcionando, el teléfono de Hoseok comenzó a sonar en la distancia.

—Uh-oh. —Yoongi sonrió.

—No pasa nada. No hace falta que lo conteste.

—No.

Volvió a besar a Hoseok, y esta vez los hizo girar de modo que tenía la espalda de Hoseok clavada contra el extremo del muelle. Probablemente era muy incómodo para Hoseok, pero no parecía importarle. Se besaron con entusiasmo, y Yoongi plantó sus manos contra la madera del muelle a cada lado de los hombros de Hoseok. Hoseok, para sorpresa de Yoongi, rodeó la cintura de Yoongi con las piernas y lo apretó más contra él.

Yoongi adoraba esos raros momentos en los que Hoseok era capaz de salir de su cabeza y dejarse llevar. Le encantaba poder hacer que Hoseok hiciera eso.

Amaba a Hoseok. Dios, amaba a Hoseok.