TRES CHICOS EN BUSCA DE DIVERSIÓN

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A las 18:30 hs del viernes comienza el fin de semana para los trabajadores de la cartonera de Amanda. Sam y Pedro ya visten de raperos y tocan el timbre de la casa de Jota. Como es habitual en ellos, están deseosos de prostitutas, marihuana y alcohol.

Jota abre la puerta de su casa y ve a sus amigos expectantes.

–¿Salió la onda? –Le pregunta Sam con impaciencia sin siquiera saludarlo.

–¡Salió re piola! –Grita Jota y se tira encima de ellos.

–¡Vamos Dios! –Se alegra Pedro dándole un abrazo a su amigo.

–Rajemos de acá y empecemos nuestro finde muchachos. –Les dice Jota mientras abre el camino.

Cuando cae la tarde en Amanda, las calles recobran un tanto la vida que pierden pasada la mañana; ellos, caminando entre ancianos, jóvenes, niños y padres, están en su mundo, no disimulan para nada que su gran felicidad se debe a los 25 gramos de marihuana que compraron.

–A ver, mostrame como salió ¿Es piedra? –Le pregunta Sam contento e impaciente.

–Sí –le responde Jota y saca de su bolsillo la bolsa blanca que contiene la marihuana prensada–. Mirá.

–¡Chau loco, mirá lo piola que salió! –Dice Sam asombrado.

–A ver, pasámela –le dice Pedro.

–¿La vamos a dividir? –Les pregunta Sam.

–Yo diría que no –le responde jota.

–¡Más vale que no! Mirá si la vamos a dividir, si hoy la vamos a hacer pelota. –Dice enfático Pedro.

–Eh bueno, podrían quedar aunque sea dos finitos para mañana. –dice jota.

–Si de una, vamos a guardar algo para mañana, aunque sea para la tarde, para no empezar el sábado careta. –Agrega Sam.

–¿Le pegaste a Felipe? –le pregunta Pedro.

–Sí, te da un poco menos que el perro, pero el porro es mucho mejor.

–Sí, la del perro es muy ramosa. –Acota Pedro.

–¿Y esta? –Pregunta Sam.

–Un pinito mediano... –dice Jota mirando con risa cómplice mientras sacude sus cejas hacia abajo y hacia arriba una y otra vez. –No te lo puedo creer ¡que piola chabón! –Dice Sam contento.

–¿Vamos a la plaza eh? –Les pregunta jota.

–Sí, de una. –Dice Sam.

–Que empiece el viaje entonces. –Dice Pedro y se sube arriba del lomo de Sam.

–¡Arre maldito equino desgraciado; arre! –Les dice jota mientras a ambos les da cachetadas en sus nalgas.

Sam corre lo más ligero que puede y Jota desde atrás continua a los cachetazos.

–¡Vamos caballo hijo de puta! Corré más rápido ¿Eso solo podés? –Grita.

Sam ahogado en risa busca correr más rápido pero no resiste y se va a pique, cae como podrido al suelo de la plaza con el peso aplastante de su amigo. Los tres ríen, Jota no aguanta, se agarra el estómago y después se tira al suelo con ellos. Las carcajadas retumban por todo el lugar.

–¡Che me hice mierda la mano! –dice Sam agarrándose la mano izquierda; Jota y Pedro ríen ahora más fuerte.

–Ah de en serio manga de virgos, me raspé la mano, ármense un porro...

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