VI

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A la mañana siguiente, cuando desperté, tenia un fuerte dolor de cabeza. A pesar de que me las arreglé para vomitar todo, algunos medicamentos permanecieron en mi cuerpo.

Miré por la ventana de mi habitación y noté que todavía estaba lloviznando. El reloj marcaba las nueve de la mañana, tenia unas horas antes de que comenzara mi turno.

Tenia que hacer un turno de doce horas porque Taehyung literalmente me había suplicando el otro día, ya que estaban cortos de personal.

La mayoría de las enfermeras preferían alejarse de Jennie y ni siquiera podía culparlas.

Debido a mis inusuales horarias de turnos, nunca estaba en casa, por lo que era raro que Kook y yo teníamos tiempo para pasar juntos como familia. Las notas garabateadas, los mensajes de textos y las llamadas telefónicas fueron la única comunicación que hacemos durante unos días y lo atribuí a traslado a la sección de salud mental.

Me levante de la cama a regañadientes, y me fui directamente al baño.

Veinte minutos más tarde, estaba vestida con mi uniforme habitual de enfermera, sentada en mi pequeña mesa del comedo, devorándola pan con Nutella  (mi desayuno cuando me sentía demasiado perezosa para cocinar).

Llené el termómetro con café humeante, recogí las llaves de mi auto y bajé las escaleras.

- Buenos días, señora Rossi - la saludé a la señora italiana, mientras hacia una reverencia.

Miró su muñeca izquierda - Hora del almuerzo.

- Buenas tardes entonces - dije. Usualmente ignoraba sus comentarios inteligentes.

Por lo general, era muy malhumorada, pero me invitó a tomar el té durante sus días Buenos y también hizo deliciosos pan de plátano.

La mujer tenía más de una docena de gatos en su casa que descansaban en cada superficie plana. Los gatos eran super gordos y lindos, pero odiaban mis entrañas por alguna razón.

Cuando me acerqué al estacionamiento, recordé que había dejado mi auto en el estacionamiento del hospital. Estaba de pie junto a la carretera con un paraguas en la mano, tratando de detener un taxi.

Ese día no tenia ganas de ver a Jennie.

Sabía que era mi trabajo, pero también era diferente a otros pacientes con los que había tratado.

Jennie era un psicópata de alta funcionamientos e inteligente.

Parecía una persona mortal un minuto, y nunca sabes cuando se le girarían las ruedas en su cabeza y estaría tramando algo que amenace tu vida.

Esa es la parte que me asusta de ella.

Era un hecho que ni siquiera podía leer su mente.

Durante todo el día evité ir a su habitación decidí atender a otros pacientes.

Le había dicho a otra enfermera que sirviera el desayuno y el almuerzo de Jennie, advirtiéndole sobre sus técnicas manipuladoras y coquetas. Le dí tapones para los oídos.

Llegó la tarde y me senté en la cafetería con mi mejor amiga y compañera de trabajo Kim Jisoo. Ella estaba hablando de una pelea que tuvo con una compañera de enfermería, y se quejaba más de como iba a romper con su novio porque él no le prestaba el tiempo suficiente.

Continúe asintiendo con la cabeza durante la conversación,  empujando la ensalada de mi plato.

- ¡No estás prestando atención a lo digo! - señaló Jisoo.

- ¿ComoCómo van las cosas con Jennie?, no pareces muy feliz con el trabajo.

- No, sabes, Jisoo, he sido buena en manejar a personas como Jennie en el pasado, pero siento se que no está funcionando. Es muy difil de entender.

𝐌𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥 𝐀𝐬𝐲𝐥𝐮𝐦 ➙ 𝐽𝑒𝑛𝐿𝑖𝑠𝑎Where stories live. Discover now