XLI

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- ¿A dónde vamos? - Le pregunté.

Me sentí nostálgica cuando me subí a un BMW negro. Este no era un automóvil viejo y me pregunté si pertenecía a Jennie o si lo había robado.

- ¿Es este tu auto?

Jennie sonrió mientras se sentaba detrás del volante. - Haces demasiadas preguntas, Lis.

Se estiró detrás de mí, tiró del cinturón de seguridad y lo aseguró en su lugar, su rostro se acercó al mío.

Ella picó mis labios con un beso rápido y pasó su dedo índice sobre mi labio inferior ligeramente.

- Tus labios están hinchados, supongo, en parte soy la culpable de eso.

Me sonrojé y miré por la ventana. - ¿Vas a decirme a dónde vamos?

- Tengo un apartamento que se registró con un alias. Te quedarás allí mientras este asunto se resuelve de una vez por todas.

- No - le dije. - Llévame a casa, a mi apartamento.

- No te estaba dando opciones, Lalisa.

- Sé que no, pero no siempre puedo dejar que tomes decisiones por mí. Esto concierne a mi hermano. Si él es el asesino, encontraré la manera de terminar esto.

Jennie se echó a reír, y luego sus rasgos se pusieron duros. - Ninguna conversación dulce va a impedir que tu hermano haga lo que está haciendo. Si te interpones en su camino, no dudará en matarte. Y si Kook te hace algo, si intenta siquiera hacerte daño, entonces, por Dios, juro que no dudaré en poner una bala en su cabeza.

Sabía que Jennie no estaba mintiendo cuando dijo eso. Me di cuenta por sus expresiones que hablaba muy en serio.

- Sé que correría el riesgo de ir a casa, Jen, pero tengo que hacerlo. Ya no quiero tener miedo y no quiero esconderme. El asesino quiere que hagamos exactamente eso, y no le vamos a dar la satisfacción.

Creo que Jennie estaba lista para responder, pero cerró la boca y se lo pensó mejor, porque sabía que yo estaba diciendo la verdad.

- No quiero huir toda nuestra vida. Si Kook quisiera lastimarme, lo habría hecho hace mucho tiempo.

- Te acusó por los asesinatos y te puso en un centro mental, ¿Qué más prueba necesitas? - Jennie preguntó con furia.

Era mi turno de callar.

Afortunadamente, el teléfono de Jennie comenzó a sonar.

Odiaba discutir con ella.

Miró el teléfono y me dijo que era Ruby.

- ¿Qué está pasando?

- Tenemos un problema, Jen - La voz de Ruby sonó por los parlantes del auto, su voz era muy similar a la de Jennie.

- Estoy escuchando.

Hubo silencio por segundo y luego Ruby dijo. - Lalisa está desaparecida. Recibí una llamada del hospital. Dijeron que encontraron a un enfermero yaciendo allí, casi sin respirar, y Lalisa no estaba en su habitación. ¿Está ella contigo?

Negué con la cabeza a Jennie.

Si ella le decía a Ruby que estaba ahí, entonces Ruby me pediría que volviera al hospital de nuevo. No estaba lista para encerrarme de nuevo en ese horrible lugar otra vez, no cuando había posibilidades de que Jackson regresara por un poco de venganza.

- Ella está conmigo - dijo Jennie. - Ese bastardo intentó violarla. Se merecía lo que recibió y si no fuera por Lisa, yo lo habría hecho peor. Tiene suerte de no estar muerto.

𝐌𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥 𝐀𝐬𝐲𝐥𝐮𝐦 ➙ 𝐽𝑒𝑛𝐿𝑖𝑠𝑎Where stories live. Discover now