A sus cortos o largos diecinueve años, Jungwon nunca imagino tener seis meses de embarazo, los problemas como dolores y gastos que cubrir se mezclaron con una simple cosa, tan solo una minúscula razón por la cual Yang Jungwon supo que estaría perdid...
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¿Hubieras imaginado un futuro donde eres un universitario común, con una relación bonita, sin obligaciones mayores y pronto a ser de los mejores en tus instalaciones educativas superiores? ¿Te has visto viviendo en la gran casa de tus padres hasta graduarte y ser alguien de quien se sientan orgullosos personas tan soberbias?.
Bueno.
Yang Jungwon estuvo a solo un segundo de tenerlo.
El pequeño rubio estaba seguro que si no fuera por la, claramente, violación que sufrió por su ex novio su mundo entero no se hubiera caído junto a toda una vida llena de éxitos que visualizó después de tanto esfuerzo por años. Su vida era perfecta, un sueño para los demás y común para Jungwon, estudiante de administración en la mejor universidad de su continente el rubio proviniente de una familia de clase alta nunca, ni en sus más íntimos sueños, pudo siquiera imaginarse en una cama dura, llorando por el dolor de su espalda baja mientras acariciaba su panza de seis meses de embarazo mientras trataba de buscar una manera para pagar el alquiler mensual de aquel pequeño departamento que apenas y se podría llamar madera en estado de putrefacción con un baño oliente a caño.
Decir que Jungwon estaba perdido era muy poco para lo que venía.
Tenía que pagar el semestre de su universidad, debía recuperar dos materias, pagar el alquiler junto a los demás servicios, ir con el obstetra, trabajar y, a duras penas, conseguir un poco de más dinero para el parto ya cercano.
La puerta del departamento fue tocada, Jungwon dejo escapar una lágrima, removiendose en la incómoda cama para suspirar, sosteniendo con ambas manos su espalda baja mientras se levantaba con grandes esfuerzos que robaron su respiración en segundos.
-Voy!-exclamo, la cama estaba a tan solo unos metros de la puerta, por lo que su camino sería más corto, al abrir la puerta se encontró con una mujer vestida de un elegante vestido rojo sangre, con un abrigo negro sobre sus hombros y tacones que le ayudaban a ver más intimidante su estatura de maldito poste, sus ojos verdes eran cubiertos por unas costosas gafas negras y Jungwon sintió la vergüenza inmediata- Mamá...
La mujer entro al departamento, aventando su bolso a la pequeña mesa que Jungwon utilizaba para estudiar, y, tan solo algunas veces para hacer deberes o estudiar. El menor cerró la puerta antes de que los hombres a cargo de la seguridad de su madre entrarán, pasando su mano por lo largo de su rostro para mantener la cordura.
-Ten-espeto la mayor, extendiendole un ancho sobre-
Jungwon sintió coraje.
-No gracias-
Sus palabras parecieron sorprender a su madre quien se quitó.las gafas para verlo a los ojos, Jungwon aveces solía intimidarse por su madre, pero sabía muy bien que Mashiro, su hermana, lograría tenerla cuerda hasta que sus hijos nacieran. No obstante, considerando que su padre no quería ni recordar que nació le alegraba que su madre le visitará. Jungwon se quedó viendole a los ojos, Won menor no se retracto, encaminándose a pesares hacia la cama para poder descansar un poco, su embarazo estaba un tanto en riesgo, así que debía cuidarse si es que amaba a sus cachorros.
-Te vez horrible -alago la castaña, acariciando los cabellos rubios de su pequeño hijo- ¿Cómo sigues?
-¡Estupendo!, El día anterior gane el título al estudiante ejemplar y la semana pasada gane dinero en mi decente trabajo y me fui de vacaciones al país de las maravillas.
Sus palabras fueron soltadas con ironía sin lograr entender el contexto de la pregunta tan tonta que le iso la mujer, ¿Qué acaso no veía como se hundía en la miseria y pena?, ¿Tanto daba lástima?. Era claro que no estaba bien y las cosas seguían igual que siempre, en tan solo medio año, Jungwon tuvo que madurar con rapidez, dejar muchas cosas y aferrarse a la idea de afrontar las consecuencias a las que le sometió una persona llena de cobardía.
-Y los cachorros-volvio a hablar su mamá, ignorando su broma sin gracia. Jungwon no supo que responder- Jungwon...no puedes solo y lo sabes...
Lo sabía, claro que lo sabía, el mismo se lo repetía cada segundo desde hace seis meses tan solo un minuto después de la partida del padre de sus hijos.
-¿Por qué no buscas pareja? Podría ayudarte-propuso su mamá, sonriendo- vi tu cartel en la entrada, es intrigante.
Jungwon se sintió pequeño, ¡Por qué diablos su madre era así!, No estaba claramente orgulloso del cartel que había pegado hace tan solo unas horas pero por lo menos era un paso más hacia una pequeña solución momentaria.
-Vete...-ordeno, tapándose con las sábanas con tal de ignorar la presencia contraria- por favor vete mamá...
No obstante, la castaña permanecío ahí unos minutos, sin dejar de mirarle y pareciera que escaneaba su alma.
-Veraz que pronto llegará alguien, Jungwon....-dijo, antes de suspirar entre aires tristes.y dirigiendose a la puerta en mal estado- no pierda las esperanzas!!
Pero el pequeño Won de canellitos rubios nunca imagino que tan solo días después ten dría a un complejo modelo delante de el.
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Una disculpa por el capítulo tan corto, pero originalmente planeo que los capítulos en esta historia sean cortos, no más de mil palabras.
