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Mientras caminaba por las calles de Seúl el alto joven perdía las esperanzas lentamente, no había trabajo en ningún lugar y la gente le rechazaba en cuando veía las fallas en su Coreano

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Mientras caminaba por las calles de Seúl el alto joven perdía las esperanzas lentamente, no había trabajo en ningún lugar y la gente le rechazaba en cuando veía las fallas en su Coreano.

No era su culpa, simplemente para el mudarse a Seúl, unas de las ciudades más grandes desde Okinawa donde estuvo toda su vida era algo difícil de acostumbrarse con tan solo dos meses. Odiaba Coreana con toda su alma, de eso no había dudas no obstante al mismo tiempo agradecía lo que pareció un milagro con destino a su prometido.

-Soobin -llamo HyunJin en cuanto lo vio llegar al quinto piso del hospital, hacercandose a el con una tabla en manos- Agradezco que llegues...

El menor asintió con la cabeza sin muchas ganas, sus pies empezaron a moverse y solo había un destino, la habitación de Riki. Ignoro los llamados del oncólogo a cargo del tratamiento de su prometido e tomo el prestillo de la puerta.

Cuando la abrió, ahí estaba el, mirándo su reflejo en el mediano espejo que le había dado una enfermera, no obstante, lo que llamó la atención de Soobin fueron los nuevos líquidos inyectados a los brazos esqueleticos de su pareja, junto aquellos ojos hundidos a causa de las lágrimas. Yacia dos años, Niki había sido diagnósticado con cáncer pulmonar, su pequeño melocotón había sido atendido en su lugar de origen durante todo el tiempo, no obstante, la enfermedad avanzaba y cuando Félix, su psicólogo le recomendó a su esposo la luz de esperanza lleno todo de Soobin.
Muy de largo, al pasar los tres meses en Corea bajo el tratamiento de HyunJin Soobin pudo notar que su novio no iba en el comienzo, su novio estaba Enmedio del camino y ningún maldito doctor de Okinawa se atrevió a decirlo, nadie le ayudo y dejaron a Niki con la suerte que ni existía.

Soobin no sabía que haría sin Niki, pero si de algo estaba seguro es que si fuera posible el daría su vida entera por su pequeño amor.

-Bin...-

Aquel murmuró le iso despertar, manteniéndo el contacto visual con su prometido que sonrió ante su distracción, aveces, Niki parecía seguir siendo un niño pequeño. El menor extendió sus brazos, pidiendo un abrazo del hombre y Soobin no pudo negarse a poder sentir el calor que poseia el amor de su vida.
Por varios años Soobin siempre amo el calor que entregaba su pequeño de cabellera dorada y saber que en un futuro tal vez Riki no se encuentre daba miedo, le aterraba no poder seguir sin el.

Tsuki, la prima de Riki se encontraba ahí, pelando fruta para que el pequeño la pudiera comer sin problemas, Soobin la saludo con una sonrisa.

-¿Cómo ha ido tu día?-pregunto, sentándose en el borde de la cama para abrazar los hombros de su pareja, quitándole el espejo, sabía que Riki en algún punto ya se rompió a llorar, así que no deseaba verlo otra vez- Supongo que Tsuki te ha hecho reír mucho.

Niki sonrió, asintiendo con la cabeza mientras dejaba que la chica presente le alimentará.

Soobin no quiso obligarlo a hablar, logro suponer que tal vez Riki no estaba de ánimos y solamente quería concentrarse en disfrutar su merienda. Con cariño beso su nuca, alejándose para hablar con HyunJin.

-No es fácil para el, Soobin -espeto el mayor, empezando a caminar lejos de la habitación- el...el no puede seguir temiendo de lo que pasará.

-¿Por qué lloró?.

Hwang paro, mirándole a los ojos en cuanto calculaba las posibilidades reacciones que tendría Soobin en cuanto lo dijera. Sabía era difícil para la pareja, pero tampoco tenía intención de dejar morir quien parecía ser casi un niño.

-Sus cuerdas vocales están siendo dañadas con otro tumor, necesito atenderlo si no quieres que pierda las posibilidades de hablar-explico, tomando un suspiro en cuanto notó los ojos cristalizados de Choi- es posible que en estos días le cueste hablar y tan solo articular una palabra cause un dolor que extimpe el tumor.

Soobin se sintió desmayar, su respiración faltó de pronto y no supo que decir en cuanto calló al suelo del dolor que llegó a su corazón. No, joder no, no tenía dinero y los gastos del tratamiento anterior aún no estaban cubridos por completo.
Pero no quería que Riki perdiera su dulce voz, que dejara de ser ese pequeño chico palarchín, el sabía, desde que vio a Niki nacer y empezar a hablar, ese pequeño rubio siempre amaría platicar sobre cosas lejanas a la maldad.

Deseaba poder ayudarlo por completo y poderle decir que pronto estaría en casa, sano y sonriente, ha días de su anhelada boda.

Pero poco a poco todo empezaba a caer.

-Lo lamento....pero necesito el dinero, no puedo seguir esperando -murmuro HyunJin, ayudándole a mantenerse de pie-

-N-no tengo trabajo y-y....y...-

-Entonces no puedo hacer nada-

Soobin se dijo a si mismo que estaba perdido, si no fuera por el cartel que encontró en el poste que fue la víctima donde desahogo sus lágrimas. Con delicadeza lo tomó, mirando el número telefónico y la dirección, empezando a caminar a dirección de su departamento, pensando en la posibilidad de ganar dinero en el extraño trabajo.

-Se busca papá... -se dijo a si mismo,haciendo una pequeña mueca con los labios- no es tan difícil, ¿o si?

Vaya que es difícil aceptar la verdad proviniente del corazón.

Vaya que es difícil aceptar la verdad proviniente del corazón

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Se busca papá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora