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Jungwon se encontraba nervioso, jugando con sus manos y mordiendo su labio inferior, delante de el se encontraba de pie el apuesto sujeto, con sus facciones masculinas y mirada serena, con tan solo una camisa azul acompañada por aquellos jeans neg...

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Jungwon se encontraba nervioso, jugando con sus manos y mordiendo su labio inferior, delante de el se encontraba de pie el apuesto sujeto, con sus facciones masculinas y mirada serena, con tan solo una camisa azul acompañada por aquellos jeans negros, sus músculos un tanto visibles y sonrisa asesina.

Con sus piernas temblando se hacerco tan solo un paso, sus mejillas calientes mientras se inclinaba un poco como un intento para hacer una reverencia ante el aparente mayor. Sin embargo, una grande y calida mano se poso en su hombro suavemente, impidiendo que sus movimientos continuarán y cerrará los ojos con fuerza, suspirando aliviado puesto que su panza había empezado a doler un poco por las acciones que llevo a cabo hace unos segundos.

-No hace falta, debes tener cuidado a partir de ahora, tu caída fue muy fuerte hacia que nuestra prioridad ahora debe ser cuidarte a ti y a tu cachorro -Solto Soobin, mirandole a los ojos en lo que soltaba cada palabra y le sonreía una vez más, acción la cual logro acelerar el corazón de Jungwon que miro los labios del hombre, asintiendo con su cabezita para alejarse y darle paso al pequeño departamento- Gracias... -respondio Soobin, ya adentrado en el pequeño hogar que Jungwon hasta ahora apenas y lograba pagar una cuarta parte-

El Rubio estuvo por cerrar la puerta, suspirando en una mezcla de vergüenza, nervios y felicidad, pero también un tanto emocionado al sentir tan conocido al sujeto que ahora mismo se encontraba de pie, mirandole fijamente cómo si buscará algo, como si Jungwon tuviera algo inusual, pro-perfecto o simplemente analizaba cada una de sus acciones para convencer a su persona de que el menor no era alguien peligroso.

Posiblemente tal vez solo veía su físico.

Bueno, no era como si Jungwon no tuviera en cuenta que rara vez se encontraba a una persona de cabello Rubio y ojos azules como dos granates azules, de piel tan clara como la nueve y unos labios de un rosa sutil que acompañaba bien a sus demás facciones. El menor no era tonto, su físico natural parecía ser algo que mucha gente deseaba y buscaba en remedios estéticos o efectos artificiales como pupilentes y tintes, rara vez pelucas.
Sin embargo, Jungwon poseia cada detalle de su físico desde que nació.

Soobin se mantuvo mirandolo segundos, minutos en los cuales Jungwon no pudo apartar la mirada del apuesto sujeto que ahora mismo podía convertirse más que un desconocido con muy buena apariencia. Si no el padre de sus futuros cachorros prontos a llegar.

Los labios de corazón que poseía el mayor se abrieron.

-Disculpa...¿Podríamos hablar sobre el trabajo?... -pregunto suavemente Soobin, sus ojos avellana un tanto confundidos, analizando un poco el rostro del Rubio-

-¿Eh?

Jungwon parpadeo, confundído. Después de unos segundos sus ojos de abrieron grandemente, jadeando al recordar que la razón por la cual un hombre tan guapo se encontraba en su miserable e sucio departamento era por qué había hecho un cartel dejando en letras llamativas un trabajo demasiado extraño para ser cierto. Básicamente demostrado su poca estabilidad económica y la urgencia por encontrar alguien capaz de suplir el papel de padre hasta que dejarse de ser tan cobarde y poder decirles a sus cachorros la verdad acompañada de una vida decente.

Se busca papá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora