CAPÍTULO 1: ANUNCIO

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"Mientras la gente habla de amor, crea la historia. Sigo sin poder convertirme en algún dios, pero viviré. La premisa del ángel cruel pronto volará por la ventana con un sentimiento ardiente y enfermizo si traicionas tus recuerdos, abrazando este cielo resplandecerás. Chico, conviértete en leyenda".

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Su caballo iba galopando por toda la ciudad, sonando según el terreno que atravesaba. Gaudium era conocido por tener uno de los mejores climas y paisajes de todo Citia, ya que era bendecido por el sol.

En aquel caballo, un joven iba sentado en la montura, con su capa roja ondeando por el viento y su cabello era un desorden de rizos. El clásico príncipe encantador, Harry Evenson, el heredero al trono.

Su caballo, Kira, un animal blanco con su crin bien limpia y suave, llevaba al príncipe a la costa para encontrarse con su viejo amigo. Pasaba por un camino de tierra, alrededor había árboles y arbustos de todos los tamaños y colores. El aire puro se percibía con solo mencionar el reino, Gaudium era vida, alegría y paz.

El príncipe llegó a la costa, encontrándose con Liam, amigo que tenía desde que era un pequeño príncipe, desde años en los que ambos solo podían balbucear cosas, hasta el presente, donde Harry le daba consejos amorosos que Liam nunca seguía. Era como un hermano para él.

Gaudium tenía la playa más hermosa que alguien pudiera ver. Con la arena blanca, llena de conchas, y su inmenso mar, tan cristalino que te podías reflejar en él. Su amigo estaba sentado en la arena, descalzo y su caballo a un lado, ambos viendo las olas.

-¿Estás reflexionando amigo mío, o solo te quedaste hipnotizado por unas olas? -Bromeó Harry cuando se acercó.

Liam miró al príncipe que le hablaba y bufó. —¡Pero si ha llegado el príncipe! Disculpe majestad, ¿quiere que me quite la capa para que no se ensucie su trasero real?

Harry se carcajeó ante lo que había dicho su amigo. —Ay Liam, eres todo un caso. —Se sentó a su lado después de dejar a su caballo amarrado donde su amigo puso el suyo—. Yo vine a pasar el tiempo en la playa con mi mejor amigo, saliendo rápido de todas mis obligaciones, para que me vengas a tratar como mis sirvientes.

El castaño se puso una mano en su pecho, fingiendo pesar. —Oh, pero, que impertinente de mi parte. Faltarle el respeto a su mayor agonía, soy un insensible.

Harry lo miró con los ojos entrecerrados, un poco fastidiado. —Muy gracioso estás hoy. —Volteó los ojos—. Mejor dime, ¿tienes algo para contarme?

—Mmm nada importante... tal vez que Marta accedió a dar un paseo en caballo conmigo...

—¿De verdad? —Dijo el príncipe, un tanto asombrado— Vaya que esas son buenas noticias.

Marta era una joven que cautivó a Liam desde el primer momento en que la vio. No sabía bien como acercársele, siempre fallando los consejos que le daba su buen amigo Harry, que nunca se cansaba de presumir que "era el maestro del amor". Pero, aun así, se las arregló con su carisma, y a ella pareció agradarle.

—Sí, tú sabes lo que me costó hablarle, ¡y ahora tendremos una cita! —Dijo, contento.

—¿Y a dónde irán?

—Daremos un paseo por la costa, hasta llegar al bosque. Espero que algún Tomlinson me ayude a que sea un paseo mágico.

Harry se quejó en voz alta, luciendo exasperado de un pronto a otro. —¿Por qué todos están obsesionados con los Tomlinson? Se tratan de unos magos de cuarta, y se creen lo mejor del universo.

Érase una vez. (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora