CAPÍTULO 9: EL AMANTE SILENCIOSO

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"Pero me he enamorado de un fantasma, y perdí mi equilibrio cuando más lo necesitaba, y esta foto borrosa es la prueba, no estoy seguro de que, pero se siente como la verdad. Estoy atrapado aquí abajo nadando en sombras, ha pasado una eternidad desde que salí por aire, linterna en mano determinado a encontrar una autenticidad".

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La tormenta era completamente arrasadora, afuera había una fuerte lluvia con viento y con un frío que te calaba los huesos. Harry se encontraba en su habitación envuelto en una sábana mirando el techo -desde hace ya horas estaba así- encontrando una forma de parar de pensar en Louis, pero no podía.

Cada que cerraba los ojos veía a Louis, si veía fijamente el techo lo podía ver reflejado, si veía simplemente un punto fijo podía escucharlo reír. ¿Acaso se estaba volviendo loco?

Sabe que Louis está muy tranquilo y entretenido leyendo los libros de magia, y no se estaba torturando a sí mismo como lo estaba haciendo él. No sabía lo que había sucedido, hace un tiempo estaba besándose y dando amor con chicas en las cantinas, todo sin compromisos y sin sentimientos involucrados, solo el supuesto deseo entre medio. Pero ahora, estaba sufriendo por amor, por no saber que estaba sintiendo en ese momento, y también ¿por un hombre?

Pero Louis no era solo un hombre, era Louis y eso hacía una gran diferencia.

¿Cómo empezó? Ni siquiera él sabe, solo es consciente de que siempre le causó una sensación diferente estar con Louis. Al principio era una cuestión de celos, celos de su vida y de que era muy amado, luego de convivir un poco con él y poder conocerlo, no sabe que le estaba empezando a ocurrir. Empezó a verlo de forma diferente, y a llevar mejor con él, sabe que dejó de ignorar sus sentimientos en el desierto, cuando mató a toda la tribu de los Lum, desde ahí todo cambió.

Lo único que anhelaba en lo más profundo de su ser era que en ese momento estén uno al lado del otro, arropados, mientras descansaba su cabeza en el hombro del mago mientras le cuenta sobre el libro que leía y cosas mágicas que probablemente no entendería, mientras hacen pequeños descansos para darse besos.

¿Qué le estaba pasando?

Decidió salir de su triste habitación para distraerse, y bajó en donde se encontraban todos los objetos viejos y los barriles de vino. Paseó por aquel cuarto, y se detuvo en los barriles, con la curiosidad de saber cómo se estaba conservando, y de cuántos años estaría guardado.

Sin pensarlo mucho quitó el tapón y puso su boca en donde salía el vino. Y estaba delicioso, no sabe por cuanto tiempo estuvo conservado, pero era uno de los mejores vinos que había probado en su vida.

Siguió tomando de aquel delicioso líquido hasta que estuvo mareado, pero no podía parar a pesar de su estado. Decidió poner el tapón y salir de la habitación cuando se aburrió un poco de estar sentado.

Se dirigió a la escalera que llevaba a la puerta, se le quedó viendo un rato, y no pudo evitar echarse a reír. ¿Por qué? Ni siquiera él mismo tiene la respuesta a ello. Con pequeñas risas y con su cara completamente roja, subió de vuelta a la casa.

Caminando se encontró a Louis sentado en la pequeña sala de estar de la vieja casa, iluminado por una cuantas velas mientras leía un libro que tenía de título: Postres encantados.

Sin avisar y con una brillante sonrisa, se sentó a su lado, provocando un pequeño salto en el mago por su repentina aparición. Louis dirigió su mirada a la de Harry, que quedó completamente extasiado por la imagen. Definitivamente, Louis con el pelo revuelto y con la luz de las velas era algo extraordinario.

Érase una vez. (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora