Capítulo 4

369 80 17
                                    

Cuando la silueta de Jungkook apareció justo fuera de su escuela, fue como una brisa refrescante en un día de verano.

Ver a uno de sus mejores amigos en días tediosos de estudios era justo lo que necesitaba para recargarse de energía.

No habían tenido mucho tiempo para verse últimamente, se acercaba fin de año y los exámenes empezaban a ponerse mucho más difíciles con el pasar de los días.

Tenía un poco de miedo en no saber que carrera estudiar aún, pero trataba de no darle demasiada atención a ello, quería pensar que eso era algo que el Seokjin del futuro resolvería.

Igualmente, la presión por tener buenas calificaciones en tu último año y obtener un examen de ingreso a una buena universidad podría ser el detonante para lo que le espera como adulto.

Su madre le solía decir que dependía mucho de sus calificaciones en la escuela para ingresar a una buena universidad, una que al momento de graduarse se vea bien en su currículum y lo ayude a conseguir un buen trabajo.

Muchos profesionales tenían problemas para obtener buenos puestos o trabajar en empresas reconocidas debido al tipo de universidad del que se graduaron. Eso probablemente era una injusticia social, aunque no terminaba de formar parte del sistema educativo y laboral que tenía Corea del Sur.

Aún así, incluso con algunas complicaciones en el camino, sabía que tenía que estudiar con ímpetu y eso involucra no tener tiempo para ver a sus amigos.

Había días en los que apenas tenía tiempo para sentarse y comer algo sin un libro en la mano. Cuando se duchaba pensaba en fórmulas matemáticas y si estaba desayunando lo hacía con hojas de anotaciones en mano. Luego llegaba a la escuela a respirar más clases hasta las seis de la tarde y en el bus de regreso iba repasando posibles preguntas y respuestas. Cuando la cena estaba servida, comía con un libro en la mesa y al dormir, su último pensamiento siempre era que no había hecho nada.

No había conversado con su madre, no había visto a sus amigos, no había disfrutado su comida, no recordaba ni siquiera qué había comido.

—¿Eres un ángel? — fue lo primero que dijo al acercarse al menor.

Su sonrisa reflejaba la relajación y emoción que él mismo necesitaba en su vida, estaba considerando seriamente convertirse en una esponja y absorber toda esa energía para él.

—¡Hyung! ¿Lo dices por mi linda cara? — respondió riendo y la risa de Jungkook era tranquilamente la única medicina que necesitaba para sentirse mejor.

—Casi Jungkookie, pensé que estaba muriendo y venías a recogerme.

—¿Exámenes muy difíciles, eh?

El mayor solo asintió y se dejó caer en el abrazo de Jungkook. Él era delgado y unos centímetros más bajo que Seokjin, quién había desarrollado hace poco algunos músculos ligeros en sus hombros, lo que lo hacía ver casi como un estudiante universitario en lugar de un escolar. Jungkookie sin embargo, tenía aún las mejillas redondas y los ojos llenos de brillo e ilusiones. Le faltaba un año más para preocuparse por su futuro, Seokjin envidiaba eso un poco.

Despeinó el cabello de Jungkook y luego se separó unos centímetros para mirarlo.

—¿Qué te trae por aquí hoy? Habíamos quedado para reunirnos con todos el domingo.

Jimin había creado un chat grupal para no perder la comunicación aún en temporadas cómo estas y habían coordinado para comer algo en casa de Namjoonie el Domingo que venía, junto con todos los chicos.

—¿Me extrañabas demasiado? ¿Es eso, no es así?

El menor solo rió y asintió para luego empujar a Seokjin haciéndolo trastabillar con los pies.

Second Chances - Jinkook / KookjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora