Cap. 4

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El frío se hizo presente en mi piel, me encontraba parada justo delante de la puerta de mi casa, estaba haciendo frío afuera por lo que trataba de darme calor con mis propias manos, frotandome en mis brazos, podría pasar fácilmente y no estarme muriéndo de frío pero justamente me encontraba con los nervios de punta.

¿Como se suponía que le daría la noticia a mi mamá?, ¿Cómo es que reaccionaría?, me estoy cuestionando demasiado ¿Está será en realidad la mejor decisión que tomaría?, aún estoy a tiempo de retractarme y seguir con mi vida con total normalidad, pero a la vez tengo el presentimiento que este podría ser un gran cambio para ambas.

¿Qué sería lo correcto papá? Dios... Me haces tanta falta - alzo la cabeza, contemplando el cielo estrellado.

¿Qué es lo que debería hacer? Esto es tan difícil para mí, pero supongo que ya había tomado una decisión desde un comienzo... Tal vez debería arriesgarme a lo que tenga que pasar, no pierdo nada intentando, a parte es mi única oportunidad que quizás se me presentará en la vida.

Así que voy a interlo...

Me armo de fuerzas y abro la puerta de mi casa para así pasar y cerrar la puerta detrás de mi, el golpe del cambio de temperatura se hizo presente, se sentía tan cálido y acogedor, no tardó en llegar el olor a comida casera que estába haciendo mi madre desde la cocina.

Caminé hasta llegar al living el cual me topé con mi madre quien estaba acomodando los platos sobre la mesa para la cena, de inmediato mi mamá notó mi presencia y se aproximó hasta mi.

- ¡¡Cariño!! Que bueno que llegas - me estrecha entre sus brazos - me estaba comenzando a preocupar por ti, llegaste más tarde de lo normal - dice mientras acuna sus manos en mi rostro.

- Lo siento mamá, pero tuve que hacer un tiempo extra en el trabajo y no me dió tiempo de llamarte.

- Bueno, lo importante es que ya estás aquí, ven siéntate, ya voy a servir la comida.

Asiento con la cabeza y me dirijo hasta el comedor sin antes dejar mis cosas a un lado del sofá, veo como mi madre se dirige a la cocina y mis nervios se hacen presentes de nuevo.

No tarda en llegar mi madre con dos platos de comida para después colocarlos sobre la mesa y sentarse a mi lado.

- Tu padre me llamó, dijo que vendría más tarde así que no hay necesidad de esperarlo - dice mientras se acomoda en la silla con una sonrisa en sus labios.

- Claro, no hay problema mamá - sonrió sin muchos ánimos.

- Y bien... ¿Como te fue en la universidad? ¿Algo interesante? - lleva una cucharada de sopa a su boca.

- Ah... pues... Me fue bien, normal como siempre - miro mi plato.

- ¿Estas segura Hazel? Te noto muy apagada - me mira analitica.

- No es nada, solo... Estoy un poco cansada por el trabajo - le dedico una leve sonrisa.

- Ay mi niña, te esfuerzas demasiado - coloca su mano en mi brazo sovandolo de forma comprensiva.

- Pero no te preocupes, estoy bien solo necesito descansar un poco después de comer.

Mi madre asiente y comenzamos a comer en silencio, el ambiente no era incómodo entre nosotras pero con mis nervios al no saber cómo decirle la noticia, lo hacia tenzo para mi.

Los minutos pasaron, mamá ya había terminado de comer y yo a penas había tocado mi comida, todo este tiempo estaba tratando de reunir fuerzas para no entrar en nervios, mi madre se removió de su lugar con la intención de levantarse del comedor.

El silencio de un secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora