Fierecilla [Tony Stark]

Capítulo VIII

— ¡Feliz cumpleaños a ti! — todos terminamos de cantarle a la pequeña hadita que estaba en brazos de su papá.

El tiempo pasaba volando y como si nada Morgan estaba en su primer cumpleaños. Todos estaban ahí, Clint y su familia, Nat y el Cap, que por cierto vinieron juntos.

Pepper y Happy, Rhodes, Thor. Lea con quien había entablado comunicación de nuevo después de un tiempo.

Bruce que venía con la Dra. Cho y Tony.

Mi hija reía y aplaudía en todo momento, también estaba muy cómoda jugando con los hijos de Clint y teniendo la atención de su papá.

Tony no estaba siempre, pero venía seguido. Entonces cuando estaba acá Morgan se volvía loca, quería su atención todo el tiempo y él se la daba feliz.

— ¡Maguna es hora de los regalos! — Se dirigieron a la gran mesa que habíamos dispuesto para los regalos y ella estaba eufórica.

— Yo sé que te encanta, veamos este — tomó uno y leyó la tarjetita.

— Okey, no te asustes si es algo anticuado... te lo regaló el abuelito de América — le dijo y todos rieron.

Morgan quitó el papel y la moña y se dedicó a jugar con eso, poco le importó el verdadero regalo.

— Cap tu regalo es tan malo, que mi hija prefiere jugar con la moña — negué divertida.

— No es cierto, gracias Cap es muy lindo. Es solo que Morgan ama los colores brillantes — mostré el lindo vestido que Steve le regaló.

— Veamos, este es del tío Brucie — le dije y ella aplaudió feliz. Era un juego de legos gigantes, rápidamente tomó uno y se lo metió a la boca.

— ¡Gracias tío Bruce! — dijo Tony y así abrimos uno a uno los regalos de Morgan.

Antes de las 10 ya todos se habían ido.

— Oficialmente está dormida — Tony bajaba con un peluche de Iron Man en la mano.

— ¿Se durmió sin el peluche de Iron Man? — vio al peluche y sonrió.

— Me cambió por el peluche de su tío Thor... dice que es "mas grande" — bufó y me reí.

— ¿Celoso Stark? — negó.

— Es porque tiene luces... el martillo, eso la impactó — me reí.

— A todos les gustó el pastel... Laura me pidió la receta — caminó hacia la mesa y cortó una rebanada.

— Mi madre solía hacerlo para mis cumpleaños, gracias por prepararlo — le sonreí.

— Es delicioso, en realidad toda la comida de ese recetario es deliciosa — asintió.

— Me alegra que Maguna crezca probando esas recetas... a veces pienso en la grandiosa abuela que mi madre hubiera sido, incluso Howard hubiera sido un abuelo divertido — tomé un trozo de pastel.

— La hubieran amado — me vio y me sonrió.

— ¿Tu madre aún no te habla? — negué.

— Dudo que algún día lo haga... ella dice que arruiné mi vida relacionándome contigo — me sonrió.

— Algo de razón tiene — negué.

— No, en absoluto. Tenemos una hija hermosa y somos buenos amigos, no cambiaría el hecho de haberme enamorado de ti — y era cierto... a pesar de todo, teníamos a Morgan. Ella era el constante recuerdo de lo importante que Stark era en mi vida.