Capítulo IX

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Pepper Potts

Todo el lugar estaba bellamente decorado, había flores puestas de manera elegante, delicada y exquisita.

Todo el mundo estaba de negro, las mujeres usaban vestidos muy elegantes y los hombres estaban en trajes impecablemente puestos.

Yo tenía en las piernas a Morgan que jugaba con las placas de Steve. Desde que las vio se adueñó de ellas.

Natasha estaba junto a Happy hablando con varias personas, del otro lado del salón Rhodes hacía lo mismo, Steve hablaba con personas mayores en una esquina y así estaban distribuidos varios de los amigos más cercanos de Tony... Tony aún no bajaba.

En un sillón muy parecido al mío estaba una mujer de edad avanzada, era muy parecida físicamente a Pepper. Supuse que era su madre. Todos mantenían conversaciones cordiales, pero estaban atentos al momento en el que Stark apareciera.

— ¿Dónde está Tony? — Rhodes se acercó a mí y tomó a Morgan en sus brazos.

— Sigue arriba — él asintió.

— ¿Debería de ir por él? — negué.

— Voy yo... Happy intentó hablar con él y no reaccionó de la mejor manera — asintió.

— ¿Qué sucedió? — no había querido preguntar antes, pero estaba bastante intrigada sobre cómo habían sucedido las cosas.

— Un accidente de auto... un camión colisionó contra el automóvil de Pepper. No pudieron hacer nada — lagrimas rodaban por sus mejillas, lo abracé.

— Ve con Tony, él te necesita — me susurró y asentí.

Caminé hacia la habitación y toqué, nadie contestó. Abrí la puerta y Tony estaba sentado en la cama aún en ropa interior.

— Yo tendría que haber ido en el mismo auto, pero decidí ir con ustedes para pasar la navidad juntos... — me vio serio.

— Ella era mi mejor amiga... ella fue mucho tiempo mi única familia — las lágrimas no habían dejado de salir de sus ojos desde que estábamos en casa.

— Ella te amaba Tony, siempre quiso tu bienestar — me vio confundido.

— Creí que no te agradaba — negué.

— Yo no le agradaba a ella... pero entendía que era importante. Aunque en su momento haya creído que se metió en nuestra relación... sé que te quería — Stark caminó hacia su armario.

— Y no, no le agradabas... ella no entendía como es qué en un abrir y cerrar de ojos quería poner el mundo a tus pies — eligió su camisa y comenzó a ponérsela.

— Me lo imaginé... — le ayudé con los botones.

— No me dejes — me susurró.

— Somos familia Tony, voy a estar los días que necesites que esté — asintió y me abrazó.

— No puedo hacer esto sin ti, no puedo hacer esto sin mi hogar — besó mi cuello y luego mi mejilla.

— Morgan y yo siempre vamos a estar para ti Tony — besé su mejilla y limpié sus lágrimas.

Caminé hacia el armario y tomé uno de sus trajes negros, luego tomé unos zapatos a juego y se los pasé.

Lo ultimo que hice fue ayudarlo a peinarse y finalmente le tendí la mano. Así bajamos, tomados de la mano.

Mucha gente se acercó y le dedicó palabras de aliento. Otros decían lo sorprendidos que estaban y otros más preguntaban que cuál era su siguiente movimiento...

— No quiero hablar con ella, debe odiarme — me dijo señalando a la mujer que ahora estaba sentada junto a Natasha que tenía a Morgan.

— Morgan va a hacer el momento menos tenso — traté de animarlo y acaricié el dorso de su mano.

Caminamos hacia ellas y fue evidente el cambio de ánimo de la señora.

— Buenas noches — saludé.

— Tú debes ser la madre de esta preciosura — dijo mientras jugaba con las manos de Morgan. Simplemente asentí.

— ¿Por esta niña fue que dejaste a mi Virginia, Stark? — se dirigió al aludido, ni siquiera lo saludó.

— Lamento que sea así que nos volvamos a ver Madeline — le dice y ella solo asiente.

— Siempre le dije a mi niña que tú le absorbías la vida... nunca tan literal como en estos momentos — le dijo y Tony tragó duro.

— Mi marido y yo lamentamos su pérdida, Pepper era una persona muy querida y valorada en la Familia — dije y la señora solamente asintió.

— Debo agregar que es una pérdida irreparable y nosotros como familia nos sentimos destrozados — finalicé y le tendí la mano.

Ella no aceptó mi gesto, pero simplemente asintió y se despidió cariñosamente de mi hija.

— Si puedo darte un consejo linda, aléjate. Mi hija no pudo hacerlo a tiempo — me dijo y nos dejó.

— Puedo llevarme a Morgan — Nat propuso y yo asentí.

— Gracias Nat — ella se despidió y Morgan se fue feliz con ella.

— No le prestes atención, ella está dolida — dije y Tony me vio.

— Ella tiene razón, hiciste bien en irte — me dijo y se levantó para dejarme sola.

Me levanté y caminé detrás de él. Se dio cuenta y bufó molesto.

— Siempre dejo que te vayas... ahora no va a ser tan fácil — me escuchó y se volteó.

— Es el momento para que me dejes ir — negué.

— Somos familia, ya te lo dije. Estas atado a Morgan y a mí de por vida. Siempre vas a ser el papá de mi hija y el amor de mi vida — listo, lo había dicho.

Me vio asustado, no esperaba escuchar lo que escuchó. Sobre todo, la última parte.

— Si sabes que elijes el peor momento para declararte — me dijo y me encogí de hombros.

— Es que... tú pudiste ir en ese auto — externé lo que pensé desde que Rhodes me contó como habían sucedido las cosas. Me imaginé un final distinto, uno donde Tony no hubiera decidido ir a casa para navidad... uno donde él fuera en ese mismo auto. Uno donde lo hubiera perdido a él también.

— Pero no lo hice, estoy bien — lo abracé, me permití abrazarlo y dejar que él me rodeara con sus brazos. Me permití respirar su aroma y esconderme en su cuello.

— Te amo fierecilla — me dijo antes de besar mi frente.

— Te amo Stark — le contesté, luego le di un suave y tierno beso. Lo que menos quería era dar un espectáculo. 

Fierecilla [Tony Stark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora