Capítulo II

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2013

— ¡Estas demente Tony! No hay manera de que lo haga — Stark me miraba con cara de pocos amigos.

— ¡SOLO PONLO AHÍ! — me gritó exasperado.

— La energía es inestable, si lo pongo vamos a apagar toda la torre y Pepper nos va a matar — Stark seguía viéndome enojado.

— Tu jefe soy yo, no Pepper... ¡Ponlo ahí! — a regaña dientes hice lo que me pidió.

Y entonces ¡PUM! Toda la torre se apagó.

— ¡Te lo dije Tony! ¡Pepper va a matarnos! — en ese momento una enojada Potts bajaba las gradas.

— ¡Esto es increíble! Una sola cosa te pedí Tony, una sola... ¿Sabes lo importante que es la videoconferencia que acabas de interrumpir? — Tony se encogió de hombros y me señaló descaradamente.

— Fue la fierecilla... ella insistió en que funcionaría — ¡Maldito mentiroso!

Pepper ignoró olímpicamente el comentario, ni siquiera me vio.

— ¡Tu fuiste el de la idea que algunos nos trasladáramos a la torre! Dijiste que este lugar era le mejor para trabajar y mira... acabas de dejar a unos futuros inversores hablando solos. Preferiría seguir trabajando en la central. ¡Quiero de vuelta mi antigua oficina! — salió del taller furiosa y ambos nos vimos a los ojos.

— ¿Querías inculparme Tony? ¡Qué bajo caíste Stark! — Tony negó riéndose.

— Todo es tu culpa, me desconcentras... tenerte aquí y vestida me provoca unas ganas increíbles de quitarte todo lo que traes puesto — dijo acercándose.

— ¡Alto Stark! Primero arregla esto, no quiero que Potts vuelva a bajar — le dije y entonces bufó frustrado.

— Le quitas lo divertido a la vida cielo — dijo viendo como arreglar lo que habíamos causado.

Más rápido de lo esperado la energía había regresado a la torre.

— Ahora sí... déjame quitarte esa sucia playera de ACDC, que te queda estupenda, por cierto — me dijo mientras me ayudaba a sentarme en una de "nuestras" mesas de trabajo. Y es que luego de lo de Nueva York... simplemente ya no pude salir de este laboratorio, cuando lo vi llevar ese misil al espacio y creí que eso era todo...

— Stark alguien puede venir — le susurré, aunque sabía que era imposible detenerlo.

— ¡Jarvis! — le habló a su querido amigo.

— Señor, déjeme adivinar... ¿protocolo fierecilla? — comencé a reírme.

— ¡Exacto! — entonces los vidrios del laboratorio se obscurecieron y sabía que este lugar comenzaría a insonorizarse.

— ¡Jarvis! No me ayudes compañero — le dije y la voz no contestó... ¡Genial!

— Bueno fierecilla, ven acá preciosa — se acercó y dejó suabes besos en mi cuello y clavícula, sus manos se metieron dentro de la camiseta, que por cierto era suya, y comenzaron a buscar el broche del sujetador.

— ¡Bingo! — dijo mientras mordía el lóbulo de mi oreja, pequeñas descargas eléctricas se sintieron por toda mi espalda.

— Anthony... sabes lo sensible que soy en esa área — dije cuando lo siguiente que sentí fueron unas curiosas manos en mis senos recientemente liberados.

— María, sabes lo mucho que me gusta que seas tan sensible — dijo besándome entre palabras... adoraba los besos tiernos y sensuales de Tony Stark.

Fierecilla [Tony Stark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora