IX Pesadillas de sangre

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El padre de Charles respiraba con dificultad, estaba agotado física y emocionalmente. Creyó que descargar su ira en aquel muchacho que tenía enfrente le ayudaría a sentirse mejor. Sin embargo, nada le devolvería la vida a Charles.

— Todo fue mi culpa. Debí estar al pendiente de Charles, debí protegerlo de ti...

El cuerpo golpeado e inconsciente yacía en el piso, seguía vivo, pero quizás no por mucho tiempo.

— Fui un imbécil — dijo y bebió whisky directamente de la botella hasta dejarla casi a la mitad — Todo el tiempo que pasaron juntos lo usaste para pervertirlo, lo dañaste. Charles era un hombre.

El señor Xavier se arrodilló, lloraba de rabia. No concebía y jamás había esperado que su único hijo varón se sintiera atraído por otros hombres. Era un golpe en el orgullo de Frederick Xavier, quien tanto alardeaba sobre su hombría y la de su heredero.

— Yo te traje a esta casa. Te di la oportunidad de retratar mi familia a un completo don nadie... y así me pagaste. — Volvió a beber y aventó la botella vacía — Pero, si tanto decías querer a mi hijo, te haré un favor al mandarte con él.

Ambas manos se fueron contra el cuello del pintor, quien se retorció un poco.

Se escucharon voces fuera del estudio, alguien forcejeaba para entrar, y después de un golpe las puertas se abrieron. Caroline Xavier entró para detener a su padre, y detrás de ella siguió su esposo, Philip. Ambos apartaron a Frederick del moribundo.

—Padre, mira lo que has hecho— sollozó Caroline, enseguida su padre estalló en llanto.

— Aún vive, pero necesita atención urgente — aseguró Philip mientras evaluaba las heridas del joven.

— Llévenselo, que nunca vuelva — exclamó con rabia el padre de Charles — Si vuelvo a verlo, no dudaré en matarlo.

Actualidad

El camino hacia la cafetería no fue tan silencioso como Erik habría esperado. Emma había conocido a un tal Andrew el fin de semana, y desde entonces no podía sacárselo de la cabeza.

— De verdad tienes que conocerlo, creo que podrían llevarse bien. A ambos les gusta pintar.

Erik solo asintió sin apartar la vista del menú. Todavía seguía conmocionado por toda la sangre que vio del cuerpo de Charles, y cómo eso parecía tan real.

— Erik — Emma agitó una mano frente al rostro de su amigo — ¿Qué pasa?

Él sacudió su cabeza, tratando de regresar su mente a la realidad.

— Es una tontería, me preocupan los exámenes, es todo. — mintió.

Emma se levantó de su asiento para sentarse junto a su amigo, lo abrazó y luego miró a los ojos a Erik. Ella sabía que algo andaba mal con Erik, y no era precisamente algo académico. Con tal solo ver la apariencia cansada y lo absorto que estaba en sus pensamientos, cualquiera podía deducir que algo serio le pasaba a Erik.

— Por más que quiera saber qué diablos te pasa, no voy a forzarte a decírmelo. — Hizo una pausa— Como cuando te obligué a decirme quien te gustaba, y espero que lo que tengas no esté relacionado con ese alguien— Me contarás cuando sea conveniente para ti. Sabes que puedes confiar en mí, ¿o no?

— Siempre he confiado en ti — abrazó a Emma con más fuerza y le revolvió el cabello — Ahora cuéntame más sobre ese maravilloso, atractivo e inteligente Andrew — pidió fingiendo la voz de Emma.

*

Por la noche, Erik se dispuso a dormir esperando no tener pesadillas. Había pasado la tarde estudiando y haciendo tareas por lo que mentalmente se sentía cansado. Durmió algunas horas, hasta que sus sueños se tornaron oscuros. En el sueño, Erik corría desesperado aunque nadie lo perseguía. El paisaje se tornaba boscoso, y la desesperación por llegar a un lugar que desconocía se volvía mayor. De pronto, él ya se encontraba dentro de una casa y le parecía ver a Charles caminando por el jardín. Erik gritaba desesperado el nombre del otro joven, por alguna razón no podía moverse, como si sus pies estuvieran fundidos con el piso.

La pesadilla empeoró cuando una sombra extraña se acercaba a Charles; lo envolvía en humo espeso y al dejarlo, él ya estaba en el piso con un creciente charco de sangre debajo de su cuerpo. Erik sintió dolor, y al tocarse el costado la sangre empapó su mano. Luego cayó al piso y al fin despertó. Respiró con dificultad, procesando lo que había soñado. Estaba profundamente afectado por la pesadilla, se permitió llorar un poco para luego optar por levantarse.

Recién serían las siete de la mañana, y aunque sentía pesadez en los ojos decidió abrir su laptop. Quizás en internet encontraría información sobre Charles Xavier y su familia, con suerte hallaría algo útil. De lo contrario, tendría que esperar a que su amigo fantasma le contara todo; y en el peor de los casos, buscaría ayuda profesional. Unas pastillas para dormir le harían bien para sobrellevar mejor su aventura paranormal.




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🖤Hola, perdón por no actualizar la historia por más de un mes.☹️
Peeeero... aquí seguimos.
Espero sus comentarios sobre este capítulo.

Muchas gracias por leer, en especial a Guadisvilla 💖

Más allá de esta vida CHERIKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora