Erik se ha enamorado de un fantasma, ¿qué podría salir mal?
Charles descubre que Erik puede darle el descanso que su alma necesita, pero quizás no quiera irse del todo.
Juntos descubrirán que el amor va más allá de esta vida.
El tan ansiado viernes llegó y a Erik le costaba trabajo controlar sus emociones y pensamientos. Los días previos no dejaba de crear en su cabeza miles de escenarios posibles, desde que la entidad fuera maligna o amistosa, hasta que se tratara de un producto de su imaginación. No tenía muy claro en que creer, había visto a Charles semanas atrás, siempre a la misma hora y lugar, eso significaba algo.
Respiró hondo antes de entrar a la biblioteca, todo parecía exactamente igual al viernes pasado. Erik permaneció unos minutos en la entrada, no estaba muy convencido de lo que estaba por hacer. Incluso llegó a pensar que no debía estar ahí, tal vez debió aceptar la invitación de Emma y salir a beber algo, en lugar de ir tras un fantasma; o al menos buscar algo de información en internet sobre qué hacer ante un evento paranormal.
Pero un impulso interno le decía que se aventurara, tal vez era la estupidez o lo que a la gente le gusta llamar destino. Sea cual fuera la razón, él ya estaba avanzando hacia la sección donde normalmente veía a Charles. No era una zona muy concurrida, únicamente había una chica sentada en el suelo absorta en un libro y la música de sus audífonos; lo cual Erik agradeció, así si hablaba solo nadie tendría prueba de ello. Erik miraba a su alrededor en busca del portador de preciosos ojos azules sin encontrarlo. Quizás tendría que hacer el primer contacto con él.
El corazón palpitaba como la última vez. "Sé valiente, no tengas miedo", se dijo mentalmente. Tomó un libro para aparentar que estaba ocupado leyendo.
— Hola — dijo en un susurro. — ¿Estás ahí?
Erik esperó unos segundos, que fueron transformándose en minutos. No había más que quietud.
— Me llamo Erik.
Para Charles que vagaba entre los estantes de libros, los susurros lo atraían, despertaban su curiosidad y desconfianza a la vez. Si bien, la primera impresión que causó no fue la mejor, jamás pensó que él volviera y mucho menos que lo buscara.
— No tengo miedo Charles.
Erik se mantenía sereno, esperando una señal. Charles dudaba sobre qué movimiento hacer, hacía años que no hablaba con alguien vivo. La experiencia era nueva para ambos.
Un libro de la parte superior del estante frente a Erik cayó de golpe, él lo levantó y de inmediato reconoció en tal acontecimiento la señal que esperaba.
— Hola.
Charles se acercó tímido a quien tanto lo llamaba.
Fue inevitable para Erik sentir escalofríos y el cuerpo tembloroso. De forma inesperada ambos sonrieron.
— Eres real — quiso estirar la mano para tocarlo, lo pensó un momento y se mantuvo quieto.
En ese momento todo el lado lógico y racional de Erik desapareció. No quería cuestionarse sobre nada, prefería mirar a Charles con total asombro. Dio un vistazo rápido al alma errante frente a él, la piel pálida resaltaba los brillantes ojos azules, la vestimenta era atemporal y desprendía una extraña luminiscencia. Que ilusoria era la situación.
— ¿Qué es lo que buscas?
— Es lo mismo que estaba por preguntarte.
Charles lo miró fijamente, al grado que Erik tuvo que apartar la mirada. No parecía ser un buen comienzo. De no ser por el gran parecido que tenía con la persona que amo tanto en vida, ya habría desaparecido entre los libros.
— Creo que nuestra curiosidad nos ha guiado hasta este preciso momento.
Erik asintió, por fuera parecía sereno pero por dentro estaba al borde del colapso mental y emocional.
— Y espero que haya sido para bien.
Charles seguía dudando, tantos años de soledad y ahora se le presentaba una oportunidad de al menos de intercambiar palabras con alguien, las cosas no eran así de fáciles, pero tendría que confiar.
— Yo también lo espero, Erik.
La luz natural disminuía y Charles se transparentaba ante los ojos de Erik. Él habría querido pronunciar un hasta luego, sin embargo ya había pasado demasiado. Necesitaba salir de ahí y pensar con calma, procesar todo lo que vio y sintió. "Hasta el otro viernes" pensó y avanzó apresurado a la puerta.
— Nos vemos Erik — dijo Charles mientras veía por la ventana el caer de la noche. — Nos vemos, pronto.
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Sigo haciendo mi mejor esfuerzo ;) Todo es para ustedes.
