Extra 1 [Oneiros&Aspros]

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Sus dientes castañean por el frio mientras observa el pequeño y austero apartamento que le pertenece, no hay ninguna clase de objeto decorativo, ni siquiera tiene el dinero suficiente como para comprarse un espejo a su gusto, debe conformarse con el que está en el baño, un recordatorio que instintivamente lo hace gruñir y cuestionarse, una vez más, si sus dientes realmente están reaccionando por el frio o simplemente es la ira que tiene atorada en el pecho ante su condición de vida.

Odia todo esto, detesta la carencia que hay a su alrededor, la pobreza de la que intenta escapar como puede, pero de la que nunca logra ir demasiado lejos.

Respira profundo, tragándose el berrinche que desea hacer pero que prefiere abstenerse de soltarlo, ciertamente el frio aletarga sus sentidos y un poco su carácter, pero lo que realmente lo mantiene en silencio y tranquilo en el horrible sillón, es el silencio que lentamente lo está tragando, la soledad que cala más fuerte que el frio que tiene sintiendo desde que llego.

Ha pasado toda una vida sobreponiéndose a lo que sea que se enfrente, pero nunca solo, su hermano gemelo había sido ese apoyo incondicional que urgentemente necesitaba de vez en cuando para saber porque hacia ciertas cosas y no simplemente se dejaba llevar por la corriente que quisiera arrastrarlo, siempre era fácil querer dejarse caer, pero tan complicado el poder hacerlo, no estar solo siempre fue un alivio, buscar superar las carencias, durante mucho tiempo, había sido el simple deseo de conseguir una mejor calidad de vida para los dos, que se merecían.

Y entonces el corazón en la mano de su hermano se tornó de color rojo, discutieron sobre la necesidad de uno de seguir hasta salir de las carencias que aun tenían, contra el deseo de simplemente asentarse junto al amor que había encontrado.

Aún hay cierta envidia cuando rasca su propio corazón de color negro en la palma de su mano, pero solo dura unos segundos antes de enojarse y arañar con el odio la marca que aún no cambia de color, ¿De qué le servía una pareja incapaz de proveer? ¿Su hermano realmente había esperado que se olvidara de su deseo de salir de la miseria por algo tan banal como el amor?

Todavía puede recordar todos los ahorros que habían perdido por la boda, nada demasiado extravagante, sencilla y solo rodeados de amigos, una fiesta que lo llevo a tener sentimientos encontrados, entre la ira por perder dinero como la ira por no poder gastar en algo más lujoso, sin tener que depender de nadie para poder pagar todo. Lo más lamentable, tal vez, era que Defteros y el simplemente no eran capaces de entenderse en ese punto, su gemelo probablemente había pensado que estaba enojado por solo el dinero, estaba consciente de que toda la gente a su alrededor creía y lo veía como alguien a quien solo le importaba el dinero, y mira que realmente no le importaba porque en parte era verdad, pero... Pero el dinero era tan solo el medio con el cual quería ser feliz, no podía concebir la idea de ser feliz teniendo cuentas atrasadas, deudas por todas partes, deseaba dejar de observar ropa en los aparadores, ¡simplemente quería comprarla sin tener que preocuparse porque ni siquiera el crédito puede pagarlo a tiempo!

—Entonces, ¿Has pensado en ser el siguiente?

—¿Qué?

—Sobre encontrar a alguien, ya sabes, aunque no sea tu alma gemela...

Algo en su estómago se revuelve cuando recuerda las "dulces" palabras de Sisyphus, aún no está seguro si lo decía refiriéndose a que podría comenzar a considerarlo a él como un pretendiente o a Hasgard, las dos personas que había decidido jamás ver como tal cosa ya que estaban en situaciones, similares. No estaban en el borde de la pobreza que a Defteros y a él les había tocado superar, pero tampoco estaban en la abundancia.

Y el, quería, abundancia.

Con o sin la estúpida marca en la palma de su mano, quería alguien con dinero, con un trabajo eficiente que generara mucha más capital de lo que él podía, quería disfrutar su vida, no volver al ciclo de preocuparse por tener suficiente comida en el refrigerador para dos personas o peor, tres, tomando en cuenta que el sobrino de Sisyphus vivía con él, el horror, otra boca que alimentar, más dinero que gastar.

La marca del amor [Dohko&Shion]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora