Capitulo 4

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Observa como la luz desaparece lentamente de su vista, así como el frio va en aumento mientras esperan pacientemente por un milagro, ocultos entre matorrales y árboles, mirando a cualquier lado esperando no ser descubierto y rezando, porque el corazón siga el camino correcto, que espera, sea uno a su lado.

Es un romántico de primera, se nota a la distancia, pero en su defensa, aquella forma de ser parece ser algo hereditario. Viene de lejos, de un pueblo algo escondido entre los altos cinco picos, y no es el único de aquel lugar que se ha ido para buscar a su alma gemela, negándose por completo a quedarse solo con una marca en negro en la palma de su mano, su padre, por supuesto, solía contarle como el mismo se había marchado cuando tuvo la edad y las cosas suficientes para hacerlo, abordando un barco hasta dar con alguna tierra que tuviera un oráculo y pudiera iluminarlo para encontrar al amor de su vida, el alma gemela que lograría hacer que el corazón en la palma de su mano pasara de negro a ser rojo pasión.

Durante mucho tiempo se había reído de aquella historia, sobre todo en la parte de los oráculos, él tenía esa pequeña esperanza de tener la oportunidad de crecer junto a su alma gemela y poder reír juntos ante la simpleza de un amor de niños.

Pero el destino no lo quiso así. Por lo que, ante la mirada orgullosa de sus padres, tomo sus cosas y se marchó, porque la marca de corazón en la palma de su mano le daba una incómoda picazón, no importaba cuantas amables y lindas señorita se sonrojaran ante su presencia y le confesaran su amor, sus sentimientos estaban lejos, aferrados a cumplir una fantasía que la mayoría ya había realizado y podían vivir llenos de satisfacción el resto de sus vidas, él quería eso, ser extremadamente feliz con la persona con la cual debía estar destinado encontrarse.

Lamentablemente, no tenía ninguna pista o idea sobre donde buscar, su padre, obviamente, le había dicho que buscara la ayuda de alguna pitonisa, aunque el viaje hacia el oráculo era demasiado largo, estaba demasiado lejos y aunque podría darle información útil, como guiarlo más fácilmente hacia el camino que debía seguir, podría ser también una pérdida de tiempo si su alma gemela se encontraba en el pueblo de al lado.

Se encontraba a las orillas del mar, disfrutando del sonido de las olas mientras pensaba hacia donde debía dirigirse a continuación, si al norte o al sur o tal vez, incluso dar vuelta y regresar a casa, derrotado.

—Oye, ¿Quieres que te ayude a encontrar tu destino?

Fue ahí cuando se encontró con aquel desconocido, aparentemente de su edad, extrañamente silencioso y con una sonrisa que no inspiraba mucha confianza, igual que su sola presencia.

—¿Eh?

—Si sigues el camino por el cual avanzas, no llegaras a ningún lado.

Entrecierra los ojos ante aquellas palabras, claramente desconfiando del extraño antes de mirar a su alrededor, están solos a las orillas del mar, no hay gente cerca así que, es más que obvio que se está dirigiendo a él. La opción de ignorarlo e irse de ahí obviamente cruza por su mente, suena a lo más lógico por hacer, pero la curiosidad le llama.

—... ¿Y tú eres?

—Solo un desconocido, que busca tu ayuda y que, a cambio, te daré la mía.

Se cruza de brazos, aun no tenía nada en claro de aquel desconocido, ni mucho menos le daba razones específicas para confiar en él, su constante sonrisa comenzaba a ser abrumadora, aunque empezaba a suponer, solo sonreía para agradarle al momento, no se veía como si fuera alguien amable por naturaleza.

—Exactamente, ¿Cómo piensas ayudarme?

—De la misma manera en que tú me ayudaras a mí, consiguiendo a nuestras almas gemelas.

La marca del amor [Dohko&Shion]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora