Prólogo

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La habitación se llenaba con el brillo dorado que emitía la vela, mientras un niño y su abuelo se acurrucaban. La llama danzaba, el pequeño niño mantenía los ojos cerrados.

- Abre los ojos... - Pidió su abuelo, dirigiendo una mirada amorosa a su nieto - Abre los ojos

Camilo, el niño abrió los ojos y observó como ondeaba el fuego encantado de la maravillosa vela mágica.

- ¿De aquí es de dónde viene nuestra magia? - Pregunto a su abuelo

- Así es. Está vela es la portadora del milagro que le otorgaron a nuestra familia

- ¿Cómo obtuvimos el milagro?

El abuelo rodeo con sus brazos a Camilo y el brillo de la vela se intensificó. Mientras comenzaba a narrar la historia del milagro, el niño podía verlo reflejado en el titileo de la llama: en su humilde hogar, el abuelo Pedro y su esposa, Alma, contemplaban con adoración a sus tres bebés recién nacidos. En su mesa, la misma vela brillaba.

De pronto, un fuerte resplandor estalló afuera de la morada y las sonrisas de adoración se esfumaron del rostro de la joven pareja.

- Hace mucho tiempo, cuando mis tres bebés acababan de nacer, tu abuela Alma y yo nos vimos obligados a huir de casa

Con la vela en la mano, Pedro guío a un grupo de gente asustada que con dificultad cruzaban un hermoso río.

- Y, aunque muchos se unieron a nosotros con al esperanza de encontrar un nuevo hogar, no pudimos escapar de todos los peligros...y perdimos a tu abuela

Iluminados por la luz de la vela, los ojos del abuelo brillaban al recordar la noche en que su joven familia tuvo que huir de la violencia que amenazaba a su pueblo. Muchas familias fueron con ellos en busca de un lugar seguro.

Con ayuda de la vela, Pedro guío a su propia familia y a las demás entre la penumbra de la noche.

Mientras Camilo escuchaba la historia, se acurrucó en los brazos de su abuelo, preocupado por todas esas familias. Podía verlas mientras cruzaban el río juntas. De pronto, Pedro volteo hacia atrás y su mirada esperanzadora se volvió consternada. El peligro los había seguido y no tenía más que enfrentarlo para proteger a los suyos. Miro con amor a su esposa, entrego la vela y justo cuando dió la vuelta, Alma lo detuvo agarrandolo del brazo, le regalo la misma mirada y puso en sus brazos a sus hijos, ella fue a enfrentar la amenaza.

La luz de la vela disminuyó, la oscuridad se cernió entre ellos. El joven abuelo sabía que algo terrible había ocurrido. Alma no regresaría. Abrumado por el dolor, se arrodilló junto al río y oró con la vela frente a el. De pronto, cuando todo parecía perdido, la vela se encendió con un fuerte y deslumbrante resplandor. Entonces, un grupo de mariposas iluminadas se arremolinaron y disiparon la oscuridad. La tierra retumbó, las montañas se elevaron y se formó un valle protector alrededor de las familias.

- La vela se convirtió en una llama mágica que nunca se apagaría y que nos bendijo con un refugio para vivir. Un lugar maravilloso...Un encanto - Siguió contando el abuelo - El milagro creció y nuestro hogar, nuestra Casita, cobro vida para resguardarnos

Las plegarias del joven abuelo habían sido escuchadas. La vela brillo con mayor intensidad y de la tierra surgió una casa magnífica. De pronto, el y sus trillizos estaban parados en el patio de una casa espectacular ¡Que estaba tan viva como ellos! La casa les dió la bienvenida aleteando sus persianas. Los pequeños bebés gritaron de asombro al verla.

- Cuando mis hijos crecieron, el milagro bendijo a cada uno con un don mágico para ayudarnos - Siguió narrando el abuelo - Y cuando sus propios hijos crecieron...

- También obtuvieron un don mágico - lo interrumpió Camilo, sonriendo emocionado

Entonces el nieto vio aquellos tres bebés, ahora de cinco años, cada uno frente a una puerta distinta. La vela mágica los guío para recibir sus dones especiales. Al tocar la perilla, una luz brillante destelló y los llenó con un don mágico. Inmediatamente después, la casa creo habitaciones especiales que combinaban con sus dones.

- Así es; y, juntos sus dones mágicos han convertido a nuestra comunidad en un paraíso

Con ayuda de la magia, la naturaleza que rodeaba a la casa se transformó en una tierra colmada con luz de sol. Había palmas de cera que parecían estirarse hasta tocar el cielo azul, frondosos árboles frutales y flores de colores que brotaban todo el año. Todo empezó con la promesa de la abuela Alma al abuelo de proteger a la familia.

Camilo contemplaba la vela con asombro ¿Cómo algo tan pequeño podía ser tan poderoso?

Su abuelo lo abrazo, lleno de orgullo.

- Está noche, la vela te otorgará un don, hijo. Fortalece a nuestra comunidad y a nuestro hogar. Llena de orgullo a tu familia

- Llenar de orgullo a mi familia - repitió el niño con voz firme

Afuera de la casa se escuchó la explosión de fuegos artificiales, la señal de que había llegado el momento.

- Si, si Casita, ya vamos - Dijo riendo el abuelo

La casa le puso a Camilo los zapatos; estaba tan emocionado como él por el gran momento. El abuelo y Camilo se detuvieron frente a la puerta y se tomaron de las manos.

- ¿Cuál crees que sea mi don? - Pregunto Camilo

Entonces el abuelo se inclinó hacia su nieto.

- Eres toda una maravilla, Camilo - Le dijo lleno de amor y orgullo - Sea cuál sea el don que te espera, estoy seguro de que será tan especial como tú

Camilo sostuvo la vela entre sus manitas. Podía sentir el calor y la sensación de posibilidad. ¡Estaba listo para cumplir la promesa y brillar!

...

¡Hola!

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Nos seguimos leyendo.

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