Capitulo 14

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Comenzó a guiar a Camilo hacía la salida.

— Si pudiera ayudarte lo haría pero eh....lo que sigue dependerá solo de tí — llevo a Camilo hasta el espacio vacío entre los muros de la casa y cerró la puerta detrás de él.

Camilo se quedó atónito. Su tío le había dicho que la visión era imposible de leer. Dijo que cambiaba constantemente. No había nada determinado. No había un destino claro. Él se quedó un largo rato pensando seriamente, pero entonces escuchó a través de las paredes, las voces angustiadas de su familia.

— Se suponía que todo sería perfecto ¡Lo odio! — sollozó Dolores

— ¡Luisa está echa un desastre su don ha desaparecido por completo! — exclamó la tía Julieta

— ¿Cómo podemos saber que el Encanto sigue a salvó? — pregunto Agustín

— ¿Creen que me haga perder mi magia?— se quejó Mirabel

— Tiene que haber un motivo por el cuál Camilo aparece en la visión ¿Qué más podría significar?— la voz del abuelo Pedro se alzó por encima de los gritos

Camilo no estaba dispuesto a rendirse todavía ¿Qué más daba si la familia pensaba que quería destruir el milagro? Por estar tan preocupados por él no estaban viendo el panorama completo, aún había forma de salvar el milagro y demostrarle su valor a la familia. De pronto se le ocurrió una idea. Lleno de determinación, volvió a entrar por la puerta y está vez ¡No dejaría que Bruno lo sacará!

— Necesitas tener otra visión — exclamó Camilo al interrumpir en el escondite de Bruno

— ¿Qué? No, no, claro que no ¡Ya no hago visiones! — tartamudeó y sorprendido de que hubiese vuelto tan pronto, se tambaleó hacia atrás

— No puedes decirme <<El peso del mundo descansa sobre tus hombros, punto>> — reclamó él — Si su destino depende de mí, pues yo digo que tengas otra visión y tal vez eso me indique qué hacer

— No, yo ya no tengo visiones — Bruno negó con la cabeza enérgeticamente

— ¿Qué pierdes con intentar? — insistió

— Incluso si quisiera, que no es el caso — dijo él — destruiste mi cueva de visiones... Sí, no creas que no lo sé. Y eso es un problema porque necesito un gran espacio abierto

— ¡Por favor! ¿Los raros de la familia juntos? Tiene que ser el destino — dijo Camilo totalmente decidido

— Sigo sin tener un gran espacio abierto

De pronto el tucán de Antonio aterrizó entre ellos. Camilo y Bruno se dieron la vuelta y vieron a un viejo tapir, un chigüiro aburrido y al feroz jaguar, seguidos por Antonio.

— Podrían usar mi habitación, las ratas ya me contaron todo — dijo Antonio y luego volteó a ver al jaguar — No te lo comas — el jaguar, que ya les había echado el ojo a las ratas de Bruno, retrocedió.

Camilo volteó hacia Bruno; no estaba dispuesto a aceptar un no por respuesta.

— Tío Bruno, nuestra familia necesita ayuda — dijo — Además, tú necesitas salir de aquí

— No me dejarán en paz ¿Verdad? — respondió Bruno

Mientras tanto, sin que Camilo ni el resto de la familia lo supieran, la vela, sobre su repisa especial, parpadeó extrañamente. Unos niños que jugaban fuera de la casa vieron horrorizados como una grieta serpenteaba en el suelo junto a ellos. La casa se estremeció y los niños corrieron asustados.

En el vestíbulo el abuelo Pedro convocó a una reunión familiar de emergencia. Primero se dirigió a Félix.

— ¡Debiste avisarme en cuanto supiste de la visión!

— Estaba pensando en mi hijo ¿O acaso él no cuenta? — respondió abruptamente Félix

— Pepa ¡Cálmate! — exclamó él abuelo mientras comenzaba a caer algo de nieve entre ellos

— Estoy calmada ¡En serio! — respondió ella — Papá siempre haz sido demasiado duró con Camilo — agrego

En ese momento se escuchó un crujido. Se formaron más grietas en la pared del vestíbulo, debido a lo cual el retrato de la abuela Alma cayó al suelo y se estrelló.

— Mira a tu alrededor — comentó él abuelo — Tenemos que proteger a nuestra familia, a nuestro Encanto ¡No podemos perder nuestro hogar!

En ese momento alguien entro por la puerta.

— Señor Pedro, los del pueblo quieren hablar con usted, están bastante alterados

El abuelo dirigió su mirada hacia el pueblo.

— Hablaré con Camilo cuando regrese ¡Encuéntrenlo! — ordenó. La casa se estremeció de nuevo.

Unos instantes más tarde, Camilo y Bruno estaban en la habitación selvática de Antonio. Bruno se puso a trabajar rápidamente y formó un círculo para su visión. Todos los animales de Antonio observaban mientras trabajaba. La habitación retumbaba y se estremecía, como si la casa se estuviera desestabilizando.

— Creo que tenemos que apurarnos — dijo Camilo angustiado

— No se puede apresurar el futuro — respondió Bruno. En cuanto terminó su círculo, quitó de en medio a un chigüiro obstinado que se negaba a moverse y le dirigió una mirada de preocupación a Camilo — ¿Y si te muestro algo peor? Si feo algo malo, es seguro que ocurrirá

— Yo no creo que tú provoques cosas malas. Creo que la gente solo solo las ve de una perspectiva determinada — respondió Camilo. Bruno lo miró pensativo. — Tú puedes

Antonio le entrego el jaguar de madera que Camilo le había regalado. El considerado niño esperaba que le ayudará a su tío a sentirse valiente, tal y como le había ayudado a él cuando recibió su don. Bruno tomo el pequeño jaguar y lo abrazó.

— Para que te dé suerte — dijo Antonio. Le esbozó una sonrisa de confianza a Camilo y se marchó para dejarlos trabajar.

Bruno miró el jaguar de madera que sostenía. Exhaló, metió una mano en su ruana y sacó una cápsula dorada. La abrió y sacó un fósforo.

— Puedo hacerlo, puedo hacerlo, — Bruno encendió el fósforo y lo usó para prenderle fuego a una pila de hojas. De inmediato, una columna de humo se alzó y empezó a girar entre ellos, cerró los ojos entonces la magia llenó la habitación

Sin que Bruno lo supiera, su puerta el el pasillo empezó a brillar otra vez. Llevaba años sin brillar, desde el día en el que dejó la familia.

...

¡Hola!

Se qué me tarde en actualizar, una disculpa, para mañana subo otro capítulo.

¡Nos seguimos leyendo!

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