Capitulo 10: Sanando un lastimado corazón

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Ya que fui yo














Quien mato a tu hermano.

Tan pronto esas palabras fueron escuchadas, el tiempo se congelo para las allí presentes. Esto por diferentes motivos para las 2 partes que se encontraban allí. Por su parte, la castaña solo pudo lamentarse en su interior mientras sentía que su corazón no podría aguantar más ver al chico que ahora la estaba abrazando en ese estado tan lamentable.

Y por partes de las 5 hermanas, las cuales estaban ocultas, no sabían cómo reaccionar. Goku acaba de decir que mato a alguien. Aquel sonriente chico del cual todos en el salón se llevan bien con él. El cual parecía tener un corazón de oro por como cuidaba a todos los que para el fueran importantes. ¿En verdad había matado a alguien? ¿Deberían sentir miedo? ¿Asco? ¿Repulsión al saber que su supuesto amigo había matado a alguien? ¿Deberían huir de ahí? Podrían seguir haciéndose estas y otras infinidades de preguntas a sí mismas y aun así jamás podrían llegar a una respuesta por ellas mismas. Pero todas preguntas se irían como si el viento se las llevara, tal cual invierno llevándose el calor. Ya que solo hizo falto un sonido para que volvieran a la realidad para observar a los 2 jóvenes enfrente suyo.

*¡PLAF!*

Era el sonido que se producía por el brusco y rápido contacto de la mano de aquella bella castaña con la mejilla del rubio. El cual ahora se encontraba con sus ojos completamente abiertos mientras una expresión de completa incredulidad y confusión se reflejaba en su rostro. Las quintillizas por su parte se sorprendieron por aquella acción. Pero antes de siquiera poder pensar en algo, la voz de Kioko bramo con fuerza.

-¡¡YA BASTA!!. NO VUELVAS A DECIR ESO JAMÁS. ¡¡TU NO MATASTE A ARIMA-NIICHAN!!. ¡¡TU NO PROVOCASTE SU MUERTE!!. Y SOBRETODO, ¡¡TU NO TIENES LA CULPA DE NADA DE LO QUE PASO AQUEL DÍA!!- gritaba con furia y dolor la castaña mientras lagrimas brotaban de sus hermosos ojos.

Ella estaba llorando y lamentándose. ¿Cuántos años ya ha tenido que vivir con eso? ¿Cuántos años Goku se la paso culpándose de aquellas muertes? ¿Cuánto dolor y sufrimiento se ha estado ocultando en su corazón solo porque ella no pudo controlar sus emociones aquel fatídico día en el cual le culpo de todo? Le gritó, le golpeó, e incluso le maldijo. Ahora era ella quien se maldecía a sí misma. Le causo tanto dolor a la única persona a la que realmente puede llegar a amar. Aquella persona que de niños le sacaba tantas sonrisas, tantas alegrías. Que la cuidaba, la apoyaba y la ayudaba con todos sus problemas. Esto era demasiado para ella. Pensar que le causo todo ese dolor le provocaba un sentimiento de asco hacia su persona.

-Pe-pero Kioko. Yo de verd- trataría de decir nuevamente el rubio. Pero este seria callado por un fuerte abrazo que envolvía su cabeza y le atraía hacia los atributos de la chica, la cual apoyaba su mentón en la cabeza del chico con suma delicadeza.

-Ya te dije que tú no tienes la culpa de nada. Si quieres, luego podemos hablar de las cosas del pasado. Y yo tengo muchas cosas que explicarte. Cosas que de seguro no estas enterado. Pero por favor, ya no sigas culpándote. Ya no tienes que cargar con ese peso en tus hombros. Todo es mi culpa. Aquel día estaba mal emocionalmente por todo lo que paso. Estaba desequilibrada, estaba triste, estaba furiosa. Y lamentablemente desquite todas esas emociones contigo-diría Kioko con un suave y triste tono de voz. Mientras sentía como los brazos de Goku se empezaban a envolver a través de su espalda y la empezaban a envolver ligeramente con un poco de fuerza

-Te dije cosas que no debería haber dicho. Te traté peor que basura y solo porque aún era una niña estúpida que no sabía en esos momentos el enorme peso que puse sobre tus hombros, y el enorme dolor que debí provocarte. Ya no debes seguir cargando con eso encima de ti. Y si aún piensas hacerlo, yo te apoyare para que la carga sea más ligera y poco a poco la dejes por completo- terminaba de hablar la ojiverde para que, en un suave movimiento, besar la frente del chico y volverlo a abrazar con una cariñosa sonrisa. Mientras ambos sentían el calor corporal del otro y empezaban a lagrimear nuevamente. Pero estas lagrimas no eran de tristeza. Ya que no siempre las lágrimas provienen de una desgracia. Estas eran lágrimas de felicidad, por volverse a ver de nuevo, volver a abrasarse como alguna vez, hace ya tantos años lo hacían de niños junto a un niño más que siempre estaba con ellos

Confusión o verdadero amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora