Estaban mirando algo en el cielo y no pensaron que eso sería el inicio de todo.
Definitivamente, encontrarse no estaba en sus planes y mucho menos imaginaron que aquel sentimiento que experimentaron al verse sin previo aviso se repetiría una y otra...
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Sacaremos una estrella de los cielos, y prenderemos fuego a miles de mundos—. Cordwainer Smith
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El pelivioleta y yo nos encontrábamos viendo los accesorios para fotografías de la clase 1-3. Mi plan era pedirlos prestados hasta que consigamos sacarnos estas esposas, sabía que era difícil, pero tenía mi as bajo la manga.
Shousuke.
Le he pedido que solo haga una cosa, decir "por favor" luego de que yo hable. No tenía pruebas, pero estaba segura de que él solo necesitaba respirar para que todos le dieran lo que pidiese.
Continuando con lo nuestro, estábamos tratando de buscar algo decente que pudiese usar, consideré la opción de buscarle unos lentes, pero, al igual que todos los accesorios de aquí... eran muy raros y extravagantes, siendo las gorras las más normales, así que optamos por ello.
En medio de la búsqueda creí que lo mejor sería platicar para entrar un poco en confianza y más que nada, tenía una duda.
A pesar de que he logrado descifrar algunas de sus emociones a través de su mirada, y eso que son manifestaciones minúsculas que parecían ser limitadas intencionalmente, por lo general mantiene un perfil serio, lo que ocasiona que a primera vista se vea inaccesible, pero gratificante a la vez por su bello rostro.
Como una belleza misteriosa.
—Oye —Articulé, mas él no me hizo caso debido a su concentración en quién sabe qué— Oye, tú, el apático.
Esta vez volteó a verme. Me reí internamente, ya que al parecer se sintió aludido.
—¿Crees que podrás ser feliz si no te comunicas con los demás? Tal vez deberías intentar mejorar en ello, yo podría-
—No me interesa ese tipo de cosas, y tampoco te he pedido ayuda. Sigue con lo tuyo —Aseveró para luego murmurar algo que no entendí bien— Me estás enloqueciendo.
—¿Ah?
«Así que le cuesta aceptarlo. Hace un tiempo yo también solía negar mis problemas... ¡Lo he entendido bien! ¡Amar y a la vez odiar a la mayoría!»
—Como digas, sigamos buscando —Declaré fingiendo darle la razón.
Al hacer esto, la mejor opción que encontramos fue una clásica gorra de beisbol que estaba dividida en varios colores con una hélice de helicóptero en el centro de esta.
—Bien, póntela. Veamos qué tal te queda.
Sabía que rechazaba por completo esa opción, así que tras forcejear un poco, conseguí colocársela.
