Estaban mirando algo en el cielo y no pensaron que eso sería el inicio de todo.
Definitivamente, encontrarse no estaba en sus planes y mucho menos imaginaron que aquel sentimiento que experimentaron al verse sin previo aviso se repetiría una y otra...
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Capítulo 198 del manga
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"Cada vez que miro al cielo, siento que las estrellas están al alcance, pero solo cuando estás a mi lado parecen verdaderamente mías."
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El grupo había decidido pasar por una cafetería antes de que la película Out & Law comenzara. ___________ se sentó en medio de Hitomi y Shousuke, mientras Ai y Sanju estaban en los asientos del frente. Aunque intentaba mantenerse tranquila, sentía que el simple hecho de estar sentada junto a Shousuke le hacía el corazón palpitar más rápido de lo normal.
Shousuke, fiel a su carácter, se mantenía en silencio, observando el menú con aparente desinterés. Sin embargo, __________ no tardó en enternecerse al notar los pequeños gestos en él. La forma en que mantenía su mirada fija en las opciones, el movimiento casi imperceptible de sus dedos rozando el borde del menú... Todo parecía tan sencillo, pero a sus ojos, había algo en esos pequeños detalles que la hacía sonreír sin razón aparente.
«Qué estúpida, solo está leyendo el menú», se reprendió a sí misma por comenzar a fantasear. Sabía que no debía dejar que su imaginación volara tan fácilmente, pero estar tan cerca de él no ayudaba a mantener la calma.
Intentando desviar un poco su nerviosismo, decidió romper el silencio entre ellos.
—¿Qué vas a pedir? —preguntó, girándose hacia él con una sonrisa nerviosa, tratando de sonar casual.
Shousuke alzó la mirada, su expresión indiferente de siempre, pero esta vez había algo diferente en sus ojos, como si estuviera más receptivo. Tal vez por la cercanía, o simplemente porque él también estaba haciendo un esfuerzo.
—Un café mediano... —respondió, su tono bajo, pero firme, aunque sin apartar la vista de ella, como si estuviera esperando algo más de la conversación.
«Claro, un café, tan típico de él», pensó ella, reprimiendo una sonrisa. Era tan predecible en ciertas cosas, pero, al mismo tiempo, esa simplicidad la atraía aún más.
—Pensé que pedirías algo más... no sé, tal vez algo dulce —bromeó, intentando seguir la conversación mientras lo veía fruncir apenas el ceño, como si no comprendiera del todo su comentario.
Shousuke dejó el menú a un lado y la miró de reojo, con ese aire relajado pero observador que tanto lo caracterizaba.
—No me gustan mucho las cosas dulces —respondió, aunque por un segundo, sus ojos parecieron suavizarse, como si en realidad disfrutara el hecho de que ella intentara conocerlo mejor.
