Te amo

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El resto del día Shinso había acompañado a Denki, compartieron un chocolate caliente juntos y además se quedaron a ver una película de dibujos animados, ya que al pequeño rubio no le gustaban las películas de terror y el ángel detestaba las películas de superheroes.

—¿Puedo saber el porqué te demoraste tanto en volver?— Pero como todo, ese maravilloso día llegó a su final, obligando al pelivioleta a volver a su reino y enfrentarse con su compañero, quien lo había estado supliendo todo el día —Dijiste que sólo te irías por unas horas.

—Lo sé Monoma, lo siento —se excuso de la forma más cortante posible.

La verdad era que Shinso, ya se había cansado de la cantidad de rubios que últimamente rodeaban su vida, estaba el rubio brillante que aceleraba y volvía loco a su corazón, el rubio cenizo que no aguantaba ver ni en pintura y este otro rubio platinado que lo regañaba por incumplir sus deberes.

—Te debo una...— se disculpó con el mismo tono de antes, sin mirarlo a los ojos —Pero antes de eso, tengo que pedirte otro favor.

—¡¿Otro favor?! Esa no es una buena forma de disculparse, por si no lo sabías.

—Sólo escúchame...—Shinso, volteo para verlo a los ojos, demostrando así la sinceridad de su palabras —¿Recuerdas lo que te pregunté la otra vez? Sobre el estar enamorado.

—Si...— dijo vacilante el rubio, hasta que captó la dirección que estaba tomando la conversación —No me digas que te enamoraste.

El ojeroso sólo se limito a asentir, con algo de vergüenza en su rostro, lo que causó que su compañero comience a dar brincos por el entusiasmo.

—¡¿De verdad?! Hubieras comenzado por ahí, claro que te ayudaré si es así —La emoción con que Monoma expresada cada palabra era similar a la de un niño en noche buena, que se queda a esperar a Santa —Dime: ¿Cómo es ella?¿Es también un ángel de la muerte?¿En que distrito trabaja?

—Oye cálmate, no puedo responder si no dejas de hacer tantas preguntas — Monoma entendió, y se quedó callado, esperando a Shinso a que responda todas sus preguntas —En primer lugar, no es ella, es él...

—¿Él?¿Un chico?— Poco a poco la emoción de Neito comenzó a opacarse.

—Sí, y además...—Shinso hizo una pausa, pensando en las palabras correctas para no sorprender a su compañero, aunque no había forma linda de decirlo —Él... es un mortal.

La pequeña sonrisa que quedaba en el rostro de Monoma, desapareció completamente, mientras intentaba asimilar todo lo que su compañero le acababa de decir. Eso estaba mal, estaba muy mal, no había forma en la que un ángel de la muerte salga con un mortal, era completamente prohibido, además de ser antinatural.

—Entonces...— las palabras de Shinso lo trajeron a la realidad —¿Me ayudarás?

—Lo siento... —Logró decir el rubio, aunque lo que en realidad tenía muchas ganas de gritarle para que su compañero reaccionara —Escúchame bien, Shinso. Todo esto está mal, tu no puedes enamorarte de un humano, esa relación no podrá ira ningún lado.

—Créeme Monoma, estoy muy consciente de las reglas que tenemos, y me fue muy difícil aceptarlo, pero...

—¡Si eres consciente de reglas ¿Porqué no las cumples?! No es muy difícil, sabes.

—Cumplí las reglas por mas de 900 años, y estuvo bien para mí todo ese tiempo... Pero...Por primera vez en esos 900 años me siento libre, me siento bien, siento que ahora tengo un nuevo propósito, ahora siento que puedo hacer muchas mas cosas que las que hacia siempre y dejar de estar esclavizado a la monotonía de siempre.

Después de la muerte ||Shinkami||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora