Después de la muerte ||Shinkami||

Algunos lo llaman: Amor

—Hoy te acompañaré a tu facultad

—¡¿Qué?! Shinso, ya te dije que no le des importancia, realmente estoy bien.

Ya se estaba acercando la hora para que Kaminari vaya a sus clases diarias, se había dado una ducha y ahora se sentía mucho mejor.

En cambio el ángel de la muerte no dejaba de preocuparse por el muchacho de ojos ámbar, no podía dejarlo solo, no quería...

Más que un capricho, Shinso ya tomaba el asunto como algo personal, él sentía la responsabilidad y la necesidad de velar por el bienestar y la felicidad de Denki.

—Dije que no irás —continuó quejándose Kaminari mientras se dirigía a su facultad y Shinso lo seguía.

—Y yo dije que si—respondió el pelivioleta —debo mostrarle a ese tal Bakugo un lección de buenos modales.

—Shinso si vas y lo confrontas , sólo empeorará las cosas para mi.

—Yo me haré cargo, de ahora en adelante, yo te protegeré.

El ángel, apresuró sus pasos llegando a caminar por delante del rubio, tirando suavemente de su muñeca.

Kaminari, sintió un leve calor en el rostro, mientras mantenía una expresión confundida. Nunca nadie le había dicho que lo protegería, por primera ve se sentía seguro de la mano de alguien, así que este era el sentimiento que tanto había estado buscando... Sentirse querido por alguien, sentirse importante para alguien, se sentía bien, tan bien que no quería que acabase jamás.

Pero como toda buena historia, llega a su final y el final de este sentimiento era una clase llamada: "Metodología de la investigación II" y ya se hacía tarde.

La campana que informaba el inicio del primer periodo de clases, se oyó desde donde se encontraban ambos chicos, obligándolos a correr para poder alcanzar a tiempo a esa clase.

Una clase algo aburrida pero muy necesaria para la futura vida profesional de Kaminari, por lo que saltársela no era una opción.

—No puedo... creer que llegamos... — comentó Denki, mientras ambos entraban al salón, jadeando y tratando de recuperar el aire por la mini maratón que acababan de tener.

Pero antes de que Shinso pudiera responder, una cabellera rubia pasó delante de el, dándole un golpe en el hombro, indicando que se quite del camino.

—¡Oye más respeto, enano! —Se quejó el angel, ganándose la atención de toda la clase. Nunca nadie había llamado a Katsuki de esa manera.

Okey, su altura no era la mejor que digamos, ciertamente habían chicos en la clase que eran más altos que él, pero tampoco estaba tan mal...

—¿Cómo me llamaste, idiota? —respondió Bakugo, claramente molesto, mientras volteaba lentamente.

—Ya lo oíste... E-NA-NO.

"Trágame tierra y escúpeme en marte... o mejor ni me escupas, sólo trágame y termina con mi mísera existencia" Repetía mentalmente Kaminari, mientras veía como ambos chicos comenzaban a acercarse mutuamente, listos para una evidente pelea. Él sabía que no debió levantarse de la cama esa mañana, en cuanto sintió esa punzada en la espalda, hubiera sido mejor sólo quedarse a dormir y presentar un reporte medico o algo así. ¡Pero no! Él decidió venir a la facultad y traer a Shinso con él, ahora sólo quedaba atenerse a las consecuencias. Consecuencias que seguramente terminarían con alguien el hospital.

Katsuki, estaba a punto de dar el primer golpe, cuando una voz gruesa y calmada los interrumpió.

—Ustedes dos. Si los veo una ve más queriéndose agarrar a golpes, los expulsaré de mi clase por el resto del año.