✩Me cambiaste la vida✩ Lectora×Kirishima.•*¨*•. [Editando]

(17) ♡Tensión♡

    T/N no dejaba de pensar en lo que su alumno le había dicho, pero no quería preguntar más sobre el tema, aún así, le intrigaba.

   —Bueno, hoy tienen su clase de heroísmo. El maestro Aizawa no asistió, por lo que yo se las daré.

     Uno de los alumnos levanta la mano:

   —¿Si, Iida?
   —Profesora, tengo una pregunta, ¿usted puede darnos la clase de heroísmo? Es que como ya nos había dicho que no podría darnos ésa clase pensé que...
   —No la daré en sí. Más bien, seguirán practicando lo anterior, no puedo darles una clase nueva.
   —¡Entiendo, gracias! —dice con una voz fuerte.
   —¿Alguna otra duda? Muy bien, pueden ir por sus trajes de héroe.

     Todos se ponen de pié y toman su vestimenta para irse a cambiar, como siempre, Kirishima sale al último.

   —Lo harás muy bien, Kirishima —le sonríe su maestra antes de salir del salón.
   —...Am... Gracias —responde extrañado pero con el mismo gesto.
   —«¿Por qué siempre sale al último?» —piensa T/N una una leve risa.

     La mujer observa el entrenamiento de los chicos detenidamente por curiosidad de sus movimientos y estrategias.

   —Usted debe ser T/A T/N... —pregunta uno de los maestros.
   —¿All Might? ¿Es usted?
   —El mismo. Mucho gusto, debe ser la profesora suplente.
   —Así es. El gusto es todo mío —saluda con una reverencia.
   —¿Cómo observa a los jóvenes?
   —Son muy buenos, encerio. La mayoría muy aplicados, y por lo que veo, bastante fuertes.
   —Me alegra escuchar eso.

     T/N solo sonríe y vuelve a mirar el entrenamiento, o eso es lo que quiere pensar mientras vé a un alumno en particular.

   —«El don de Kirishima es fuerza pura, le queda perfecto a como es él. ¿Por qué me sigo sintiendo así? ¿Ya quedamos en buenos términos, no? Siento como... un vacío... que raro» —repite en su mente.

     Entonces, de un momento a otro, Eijiro voltea hacía donde T/N, y ambos caen víctimas nuevamente de un choque de miradas, de inmediato es desviado hacía otro lado.

   —«¿Por qué siempre nuestros ojos se cruzan?».

     Ella se mantiene viendo a los alumnos enfrentarse y realizar sus fuertes técnicas, pero una extraña sensación la impulsa a ver el sexi traje de Kirishima que atraería la atención de cualquier mujer.

   —«No puede ser posible... ¡Ésto es pedofilia! ¡¿Acosó?! Solo... mira hacía otro lado, T/N», se dice así misma en su mente.

     El ejercicio llega a su fin y es hora de que los chicos se duchen y regresen a sus dormitorios.

     Cuando T/N está por irse a casa:

   —Oye, Kirishima.
   —¿Si, maestra?
   —¿Quisieras ir a mi casa a comer galletas? Eran para unos amigos, pero no pueden venir, y sí alguien no se las come se van a echar a perder.
   —Pues... yo...
   —Si no puedes no hay problema...
   —¡No! ¡Me encantaría, gracias!
   —Muy bien. Vamos entonces...

     Ambos suben al auto, lo mejor es que ya no hay tanta tensión en el ambiente, por lo que T/N comienza a hablar:

   —Por cierto... ¡Estuviste genial en el entrenamiento, te felicito!
   —¡Muchas gracias! Eh tratado de mejorar  mis técnicas.
   —Se nota. Has estado mejorando mucho desde la última vez que te ví.

     Antes ésto último, ambos se ponen un poco incómodos.

   —«¡Vamos! Sigue inventando excusas para que él chico Kirishima venga a tu casa sólo para que no te sientas sóla... cállate» —se dice a sí misma.

     Siguen hablando sobre las clases y los planes de Kirishima una vez que se gradué.

     Llegan al departamento y entran.

   —Y pues... después puede que me vaya a otro lugar a ser un héroe profesional, no lo sé. El tiempo lo dirá, supongo.
   —Pues si. Es bueno que sepas lo que quieres hacer de tu vida. Creo que ya te lo había dicho...
   —Es bonito volverlo a escuchar.
   —Bueno... voy por las galletas, están en el refrigerador.
   —Claro, gracias. ¿Le ayudo con algo?
   —¿Podrías arrimar vasos a la mesa para servir la leche? Están en ése mueble de por allá...
   —¿Éste?
   —Si.
   —Muy bien.

     Los dos se sientan en la mesa y comienzan a comer.

   —¿Le gustan las chispas de chocolate?
   —Si, aunque prefiero el blanco.
   —Es delicioso.
   —¡Aja!
   —¿Con sus amigos se refería al profesor Mic y el profesor Aizawa? —pregunta Eijiro mientras come una galleta.
   —Ahh... ¡Si! Justo ellos.
   —Entiendo.
   —Gracias por acompañarme.
   —Gracias por invitarme. No sería un caballero si la rechazara —expresa con una sonrisa de dientes—. Maestra...
   —Dime...
   —Es que...
    
     Se oye un automóvil apagándose justo afuera del apartamento y T/N se levanta de golpe, sorprendiendo a Kirishima.

   —¿Qué sucede?
   —¡Ay no...
   —¿Le pasa algo, profesora?
   —¡Debés irte ahora!
   —¿Qué? ¿Por qué? Está muy nerviosa, ¿qué le ocurre?
   —¡Kirishima, sal!

     La puerta se abre de golpe y Darior se encuentra al otro lado.

   —¡T/N, escucha-

     Darior se percata de Kirishima y su ira se hace presente.

   —¿Quién eres tú y que hacés en mi casa? —cuestiona el hombre.
   —Él no es nadie... —responde temerosa la mujer.
   —¡A ti no te pregunté!
   —¡Oye! ¿No te enseñaron que no se le grita a una mujer? —interrumpe Eijiro.
   —¿Ósea que té metes a mi casa, con mi mujer, y ahora te atreves a levantarme la voz, mocoso?
   —¿Cómo te-
   —¡Kirishima, te ordeno que salgas en este mismo instante! —dice T/N con su don.

     El joven obedece en contra de su voluntad y salé de ahí.

   —Darior, créeme, él es mi alumno de la escuela... ¡Ahh! —deja salir un grito de dolor al sentir que la toman del cabello.
   —¿Un alumno de la escuela? ¡Yo te voy a dar tu alumno de la escuela! —exclama aproximando su puño cerrado.

     Antes de que pueda lastimar a T/N, Eijiro aparece por detrás y detiene su brazo para evitarlo.