—¿Está segura? No quisiéramos causar algún inconveniente.
¿Inconveniente? A las dos de la tarde, sin haber enviado un mensaje previo, llegando justo cuando tenía mini pays de queso en el horno esperando a salir.
¿Le generaba algún inconveniente?
—Para nada —respondió con una sonrisa sincera debido a la razón de su visita—. Él siempre es bienvenido aquí. ¿Por cuánto dice que será?
La señora Jeon suspiró aliviada, enfundada en su bonito traje entallado gris y camisa blanca debajo, sosteniéndose el pecho con una mano de dónde colgaba un fino reloj de muñeca.
—No estamos seguros. El juicio será en dos días por lo que debemos partir ya para estar preparados —le ofreció otra venia avergonzada—. Lamentamos que fuera tan repentino.
Oh, sí. Repentino.
Tan repentino que sólo bastó con abrir la puerta hacia diez minutos, cuando recibió a su hijo y a Jungkook junto a la madre del segundo, descubriendo entonces el auto estacionado en su propiedad. Y si al inicio estuvo agradecida de que la mujer se hubiera tomado la molestia de llevar a ambos niños a la granja, cuando vio la pequeña maleta del cachorro omega y la nerviosa sonrisa de su madre, causó un impacto distinto.
Bien sabía ella de su trabajo a tiempo completo representando junto a su alfa a una de las empresas de cosméticos más imperiosas de la ciudad, por lo que no debía sorprenderle que le pidiera tal favor en nombre de ella y el señor Jeon. Después de todo, trabajar como oficinista desde casa le daba la escena perfecta para pedirle cuidar a su cachorro durante su ausencia.
No mentía al decir que Jungkook siempre era bien recibido en su hogar, incluso que debía cuidar de él durante algunas semanas en ausencia de sus padres y con un hermano mayor tan ocupado en sus propios asuntos de la universidad. Si sus padres debían salir de emergencia no era culpa de ellos, mucho menos de Jungkook. Y si debía ser honesta, que le estuvieran pidiendo tal favor alimentaba su ego de madre omega. Una que parecía demostrar a todo el mundo lo bien que cuidaba de su propio cachorro sola como para poder hacerlo con uno ajeno.
—Jungkookie sabe todos sus horarios medicinales y alimenticios, y verificamos que tuviera suplemento suficiente para cuando volvamos. De cualquier modo su padre estará enviándole dinero. Le daré nuestros horarios para recibir llamadas en caso de ser necesario. Permítame apuntárselo.
Mientras la madre de Jungkook sacaba una de sus agendas personales para escribirle dicha información, en otro lado de la casa el cachorro omega terminaba de revisar que hubiera llevado todo en su mochila y maleta -aunque ya lo había hecho en casa muy temprano en la mañana-. Para cuando el señor Jeon llamó a su esposa informándole que el equipaje estaba listo y la reservación de los vuelos también, llegó el momento de despedirse, siendo una de las pocas muestras de afecto que Eunyoung veía entre ambos como un pegajoso beso de labial rojo en la frente y mejillas de Jungkook de parte de su madre. Todo antes, durante y después de que le repitiera que debía portarse bien y que lo amaban.
Cerca de tres horas después, justo cuando la señora Kim le informó que su madre había llamado diciendo que ya iban a tomar otro vuelo, se encontraban encerrados en la habitación de Taehyung con éste último sentado en su escritorio terminando lo que les habían pedido de tarea ese día. Jungkook ya había terminado, pero Taehyung se negaba rotundamente a que lo ayudara porque quería hacerlo por su cuenta. Colorear el aparato digestivo no era tan complicado. Eso dejaba al cachorro omega sentado en el suelo junto a la jaula abierta donde un animado conejo deambula con cuidado y come algunas hierbas cortadas en el suelo del lugar.
Dio un sorbo al envase de jugo de limón que sostenía en una mano, nunca dejando de leer lo que aquel libro recién sacado de la biblioteca decía. El día anterior Taehyung descubrió que el huevo ahora tenía círculos azules, y Jungkook confiaba en que no los había pintado él en su ausencia, lo que lo llevó a buscar algún libro respecto a cómo era el embarazo de los conejos y el desarrollo de las aves dentro de los huevos. Para su mala suerte esos libros ya estaban ocupados, lo que lo dejó con un libro de embriología humana. Era mejor que nada.
—¿Qué crees que signifiquen? —cuestionó de pronto Taehyung sin dejar de colorear el interino delgado, consiguiendo la atención de Jungkook sentado en el suelo con la espalda apoyada en el borde la cama—. De algún lado deben venir, y si no somos nosotros ¿de dónde?
Con el conejo recostado en el suelo de madera junto a sus piernas, podía ver el huevo en el interior de la jaula con su franja rosada y los nuevos adhesivos.
Eran pequeños círculos azules de un tono tan claro como el cielo despejado, ubicados debajo de la franja. Jungkook dijo lo primero que se le ocurrió y que había leído hacía unas páginas.
—Aquí dice que en las fases del embarazo suelen haber cambios físicos externos como internos —explicó mirando las ilustraciones en las páginas—. La piel puede cambiar de color, pueden aparecer manchas en la cara, estrías rojas por el estiramiento de la piel, una raya morena atravesando el abdomen y el ombligo.
Ambos viraron hacia el huevo en el nido dentro de la jaula, donde el conejo se encargaba de entibiarlo cuando volvía al interior.
—Podría ser eso —dijo Jungkook luego de analizarlo.
—¿Le pasara así a los conejos?
—¿Quién sabe? Éste fue el único que encontré —sus dedos apretaron los bordes del libro, abultando el labio inferior en un puchero debido a que no podía ofrecer más que eso—. Tal vez signifique que está avanzando. Los colores deben intentar decirnos si algo crece ahí dentro.
Porque el huevo no olía mal, y su consistencia seguía perfecta. A ojos del abuelo Kim todo estaba bien, salvo los nuevos colores, pero ¿por qué círculos y una franja? ¿Por qué de colores? ¿Por qué esos colores?
—Aquí dice que cuando aparece la línea morena ya llegó el tiempo en que el cachorro puede escuchar de acuerdo a la cantidad de meses de gestación —repitió lo que recordaba de su lectura.
Esa noche, juntos improvisaron un cuento para el conejo herido y el huevo colorido si es que podía escucharlos ya, sobre un árbol de manzanas. Al día siguiente ya no sabían si sorprenderse de que el cascarón tuviera una nueva franja carmín.
🐇🐇🐇
gracias por leer ywy
💚✨
ESTÁS LEYENDO
Fluffy like cotton / TaeKook
Short Story"Y la fantasía puede hacerse realidad" Segundo fragmento de "Cuentos de Temporada", una colección de cuentos cortos dedicada a mis cinco temporadas favoritas. 🌸San Valentín 🐇Pascua🐇 Halloween Día de Muertos Noche buena/Navidad Omegaverse Alfa! Ta...