Fluffy like cotton / TaeKook

11

—¿Tae? —musito—. ¿Puedo pasar?

¿Alguna vez pensó que llamar a la puerta de Taehyung sería tan difícil?

Lo vio encogerse debajo de las sábanas, sin emitir sonido.

Habían pasado un par de horas desde lo sucedido, nadie hablaba al respecto, ni siquiera se movían para probar bocado y a todo adulto que había llegado a la propiedad con sus cachorros se les había pedido de favor que fueran después. Lo único que les devolvió el respirar fue que Eunyoung saliera de la habitación de cierto cachorro, anunciando que ya había despertado. Y aunque Jungkook dudó un poco cuando le dijo que podía entrar a hablar con él, se animó a hacerlo, porque Yeongjae y sus amigos ya se habían ido de ahí, y porque lo que debía decirle era mucho más importante.

—Por favor.

Taehyung suspiró audible, rendido a su petición. Terminó por empujar la puerta del todo, caminando en dirección de la cama sin subirse en ella. El alfita le encara cubriéndose con las sábanas hasta el rostro.

—Necesito decirte algo.

Eso parece ser suficiente para que Taehyung baje las sábanas despacio, mostrándole sus ojitos hinchados y rojos de tanto llorar, al igual que el cansancio producto de haberse desmayado por tanto estrés.

—¿Dónde estabas? —repitió lo mismo que en el bosque, odiando el dolor en su pecho—. ¿Por qué no lo cuidaste?

Aunque la acusación tenía toda razón de ser y que le dolía profundamente, no se dejó llorar otra vez, manteniéndose firme.

—¿Crees en mí? Porque necesito que sepas que todo lo que hago es por bien. Porque quiero que todo esté bien.

Y a pesar de que los últimos acontecimientos eran dolorosos, Taehyung asintió porque una parte de él quería seguir creyendo en que se trataba de un sueño y que el Jungkook que tenía en frente lo ayudaría a salir de él.

—¿Puedes venir conmigo? —ésta vez dudó cuando le extendió la mano, mirándolo en silencio, a lo que él cachorro omega se mordió el labio inferior, musitando un—: Por favor, puedes seguir confiando en mí. S-Soy Jungkookie Kookie Koo ¿no?

Y porque exactamente era ese personaje el que se lo pedía, Taehyung aceptó su mano, y se dejó guiar escaleras abajo hacia la salida, más específicamente al gallinero. Ahí se encontraron con Jimin en cuclillas frente a uno de los nidos, en sus brazos sostenía una gorda gallina que parecía muy cómoda con él.

—Mira ahí —le indicó el pequeño omega sosteniendo su mano, alentándolo a agacharse donde se resguardaban los huevos de la gallina.

Aún era de día, las cuatro de la tarde con veinte minutos para ser exactos, por lo que sería imposible no haberlo visto con toda la luz del sol sobre sus cabezas.

Una parte de su corazón se rearmo bombeando más sangre de la que antes podía cuando notó el distinguido huevo de colores entre todos los demás albinos. Se dejó caer de rodillas, arrastrándose hasta que lo tuvo tan cerca como si temiera que fuera a desaparecer también. Jungkook se agachó a su lado con el canasto nido de Cooky en las manos, sonriéndole con pequeñas lágrimas retenidas en las pestañas al igual que él.

—Jimin escuchó a Yeongjae con sus amigos cuando los salones estaban vacíos.

—Dijeron que iban a romper el huevo para que te enojaras con Jungkook y te alejaras de él —completó el tercer cachorro.

—Creemos que nos escucharon alguna vez cuando hablábamos de eso y que quizá así supieron que yo lo llevaba al bosque sin ti. Jimin y yo llegamos a pintar otro huevo antes de que ellos aparecieran. Estábamos escondiendo a Cooky cuando llegaron —la sonrisa de Jungkook decayó levemente—. No podíamos decírtelo ahí porque si no ellos sabrían y volverían a buscarlo. El huevo que rompieron tenía una franja naranja extra para diferenciarlos.

Cooky sólo tenía una, se repitió para sus adentros, recogiendo el precioso huevo con las manos y recordando que en aquel entonces ni siquiera había mirado hacia abajo para darse cuenta de que el huevo roto era uno sencillo con la clara y la yema crudas.

Las lágrimas brotaron calientes, dejando a Cooky de vuelta en el nido con los que no eran sus hermanos realmente, y se lanzó a envolver a su mejor amigo en un necesitado abrazo.

—Perdón —sollozo en su cuello, siendo correspondido—. No debí hablarte así. Debí saberlo.

—Está bien. Aún estás sensible por tu lobo.

—No fue muy Taehyungie Hyungie Hyung de mi parte —dijo, sorbiendo su nariz, escuchando la tierna risita de Jungkook tan cerca de su oído que le ayudó a terminar de sanar su corazón.

—Chicos, el huevo.

Ante el llamado en voz baja, el par se separó, mirando donde el cascarón crujía bajito.

—Se está estrellando —murmuró Jungkook abriendo los ojos como el resto.

Inadvertidamente el cachorro alfa tomó el huevo, colocándolo en el canasto y corriendo con él en las manos, directo al bosque. A gritos llamaba al resto de su familia, quienes salieron corriendo de la casa y el granero al oírlo de esa manera. Detrás de él el par de cachorros omegas le siguen el paso, uno riendo agudo y el otro sonriendo en grande.

Una vez unos metros dentro del bosque, se detuvo, dejando el canasto en el suelo con cuidado y esperando de rodillas. Sólo entonces alcanzó a escuchar a su madre decirle por qué era el alboroto, mientras sus amigos se sientan junto a él a la espera de lo que iba a pasar.

Eunyoung dejó de hablar en el instante en que el cascarón fue empujado desde el interior. Tanto el par de adultos como los infantes se inclinaron cada vez más cerca, prestando absoluta atención al movimiento del cascarón siendo partido por lo que vivía dentro de él.

Se habían vuelto locos o habían logrado lo imposible, como decía el abuelo Kim. El pequeño conejo de pelaje blanco y manchas oscuras en la pequeñas orejas afirmaban que era lo segundo.

Ese mismo día todos se percataron de que el invierno oficialmente se había ido, las flores les saludaron con sus bellos tintes y quince minutos más tarde los niños que regresaron con sus padres a buscar en el bosque encontraron huevos coloridos con chocolate en su interior.

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muchas gracias por leer ;^;

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