El Camino A Su Casa

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El solo me observa sin decir nada, esto esta empezando a ser incomodo y no se que mas decir, tiene una mirada muy intensa que tengo que admitir que me pone muy nerviosa.

– Bueno, supongo que tendrás que curarte y ponerte gasas en esas heridas, no se ven nada bien – me dice rompiendo el silencio después de un momento.

Tengo que dejar de ser tan pesada con las personas, después de todo también fue mi culpa, yo no tenia mi vista al frente.

– Eso es cierto, creo – contesto mucho mas calmada, el enojo ya se me esta pasando, estaba furiosa con el al principio pero ver su rostro me hizo tranquilizarse supongo, no se que fue con exactitud pero el tiene algo que me hace querer sonrreir y por alguna razón estoy queriendo ser amigable con el.

– ¿Crees? – pregunta intentando comprenderme. Honestamente ni yo se por que lo dije.

– Bueno supongo que porque no tengo gasas y no soy de las personas que suele tener un botiquín de primeros auxilios ni nada de eso.

– Escucha no se si te parecerá bien esto pero yo tengo en mi casa, vivo cerca. Después de todo fue mi culpa que te golpearas, podemos ir, te curo y volveremos rápido, lo prometo.

Jaja este chico esta invitandome a ir a su casa y no tiene ni dos minutos de conocerme. Me agrada, realmente me agrada.

– Estaré bien, no te preocupes por mi, sólo son raspones y ya.

– No, no lo creo, estas sangrando, y te advierto que eso se te puede infestar. Insisto, dejame ayudarte.

Bueno, pensandolo bien, tiene razón, una vez Bonnie se callo y se raspó practicando Parkour¹ y decidió dejarse así la herida, y bueno en conclusión se le infestó y tuvo que ir al hospital dos semanas enteras durante todos los días para que la curaran. Se que no siempre pasa eso pero por experiencia propia se que definitivamente las excepciones si existen, especialmente cuando se trata de mi.

Este chico no parece tener malas intenciones y es atractivo, solo imagino la cara que pondrán Joss y Bonnie cuando les cuente que fui a la casa de un completo desconocido y dios griego.

– Bueno, supongo que esta bien entonces.

Ahora tiene una sonrisa de oreja a oreja, lo que hace que me sonroje. Me señala con la cabeza que lo siga y así lo hago.

–  Por cierto, mi nombre es Caulder y el tuyo?

– Tara, soy tara.

– Lindo nombre Tara – me dice, aun sonriendome, así que le dedico una pequeña y tímida sonrisa.

Seguimos caminando asta la salida del parque. Debe vivir muy cerca de mi porque seguimos el mismo camino hacia mi casa.
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Ahora estoy muy cerca de mi casa y la curiosidad me esta matando, aun que se que de todas formas voy a estar ahí en un momento no me Contengo por preguntarle – ¿Donde vives?

– A dos calles de aquí – se refiere al lugar donde vamos caminando justo ahora. – me mude hace cuatro días – continua – aun estoy conociendo el lugar, tal vez quieras ser mi guía turística – me dice guiñandome un ojo.

¿acaso esta coqueteandome? No puede ser.

–  Claro, cuando quieras – contesto sin pensar. No puedo creer en lo que acaba de salir de mi boca, me escuche como una zorra, una fácil.

Un momento, pero solo estamos siendo amables uno con el otro, el no me esta coqueteando y yo solo accedí a enseñarle el lugar por ser amistosa con el.

Ya hemos caminado una cuadra – espera un momento – digo y me detengo a media calle un poco desconcertada.

– ¿Qué sucede? ¿estas bien? – me pregunta asustado tomandome del Braso.

En cuanto me toca me siento helada, y una honda de escalofríos cubre todo mi cuerpo.  Ahora no se que decir ni que pensar, estoy un poco confundida.

El sigue mirándome esperando a que yo reaccione.

   ***********************************Parkour¹: deporte extremo que consiste en desplazarse por cualquier entorno, usando las habilidades del propio cuerpo.

Mi Vida EnteraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora