Capítulo 4

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- ¿Donde me dijiste que vives?

- Exactamente a una calle de donde estamos ahora, ¿ves esa casa roja de la esquina? - Asenti con la cabeza - Pues exactamente tres casas después. ¿pero porque lo preguntas?

- Tu casa... ¿Tu casa es la numero 114? - No se porque reaccione de esa manera, no es la gran cosa, es solo que me acabo de dar cuenta que este dios griego que esta parado junto a mi es mi vecino. O POR DIOS.

Ahora por alguna razón quiero reírme.

- Exactamente esa ¿como lo sabes?

- Conozco esa casa. -Dije sin mas preámbulos.

- ¿Como? ¿Me estas diciendo que... As estado alli? O que la conoces de vista.

- De vista nada más. Lo único que se es que esa casa estuvo sola durante casi 2 años porque el dueño nunca quiso venderla o alquilarla. Y ahora tu me dices que vives en esa casa, Jaja eso me impresiona. - De inmediato suelto una pequeña sonrisita.

- Es que el dueño... - baja su cabeza y me dice - el dueño es mi padre, y el fue que me dio esa casa.

Seguimos caminando hacia su casa pero aun no le digo que vivo en esa pequeña casa que esta junto a la suya y no se que decir.

La casa en la que el vive es hermosa, al menos así parece desde afuera y es enorme a comparación de la mía, no digo que mi casa sea fea y muy pequeña, de hecho me gusta, solo estoy haciendo comparaciones.

- ¿Y como es que vives aquí desde hace 4 días y no te había visto?

- Pues no lo se, solo no se nos había dado oportunidad de presentarnos, no creas que no se que vives junto a mi - baja su mirada hacia mi y me guiña un ojo.

¿Queeeeeeé? El siempre supo que somos vecinos ¿y todo el tiempo actuó como si no tuviera idea de quien soy yo?.

Me sonrrojo y bajo la mirada muy nerviosa.

-¿Tu supiste desde que me viste en el parque quien soy yo y que soy tu vecina, y actuaste como si jamas en tu vida me hubieras visto? - Le digo reclamándole pero sonrriendo al mismo tiempo.

El no dice nada.

Siento como me empieza a doler mas la cabeza, y aun mas los codos.

Intentar detenerme con los codos definitivamente fue mala idea y ahora sufro las consecuencias.

¡Maldita sea! me duelen mucho la cabeza y los codos.

El parece notar mi expreción de dolor - Tranquila, ya llegamos - y vuelve a tomarme pero esta vez no del brazo, me toma la mano. Dios, que bien se siente, con solo ponerme un dedo ensima logra erisarme toda la piel. Por una milésima de segundo olvido que tengo dolor.

Y ahí esta, la susodicha casa...

Tiene un hermoso jardín en el frente, apresar que estubo vacía durante mucho tiempo, el dueño; en este caso el papa de Caulder, siempre pago para que la cuidaran. Asta la pintura y cada pequeño rincón de esta casa es impecable.

Abre la puerta y se hace a un lado para dejarme pasar.

Su casa es en verdad muy linda, es definitivamente muy grande y moderna. Todo el lugar dice a gritos "SOLTERO".

- ¡Guau! Este lugar es genial- le digo entrando en su enorme sala con unos sofás de cuero y negros, ¡mi color favorito! Este chico en verdad tiene buen gusto, o sus padres o... No lo se, ni siquiera se con quien vive.

- Gracias, se lo diré a mi hermana, ella fue quien diceño este lugar para mi.

- ¿ Tu hermana diseño el lugar? Entonces es diseñadora de interiores... Supongo

- Si, lo es y muy talentosa. Ahora, toma aciento, iré por el botiquín.

- Esta bien - Me siento en su sofá y observo todo a mi alrededor, este lugar esta demasiado limpio para que un hombre viva completamente solo aquí, pero dijo que su hermana lo diseño para el, eso quiere decir que si es suyo...

- Bien, aquí esta todo - Interrumpe mis pensamientos y se sienta junto a mi con un par de gasas, agua oxigenada, algodón y esparagrapo en sus manos.

- Pareces estar bien preparado para todo.

- Es mejor prevenir que lamentar - me dice encojiendose de hombros. - Ahora dame tu braso.

Ni siquiera he levantado mi mano cuando el me toma de la muñeca, sus manos son muy suaves y me toca con mucha delicadeza.

- ¿Vives solo? - pregunto intentando disimular mi nerviosismo.

La pregunta parece incomodarle porque tarda en contestar y no me ve a los ojos - Si.

Y así nada más, ya no dice nada y termina de ponerme la gasa en el primer braso.

Toma mi otra muñeca y hace lo mismo. Ninguno de los dos dice más.

Mi Vida EnteraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora