XXII

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Los jóvenes encapuchados corrían rápidamente por la ciudad, golpeándose con la gente, quienes les miraban sospechosamente, como si estuviesen huyendo de algo.

La chica no veía muy bien por la capucha, pues esta estropeaba un poco su vista, así que sujetaba la mano de Ezreal, quien le guiaba torpemente indicando el camino.

—¿Cuánto falta? —preguntó.

—No mucho, solo corre.

Lux ya estaba cansada, ya que no había podido dormir en días no solo por lo agotador del viaje, sino por el presentimiento de que algo malo estaba sucediendo en Demacia con su hermano.
La somnolencia hizo que no se fijara en una tubería suelta, la cual no pudo esquivar, causando que se golpeara fuertemente la cabeza y cayera inconsciente al suelo.

—¡Lux! —gritó Ezreal, quien se percató de su golpe.

Rápidamente la cargó en sus brazos y siguió corriendo hacia su destino; su antiguo hogar.

Horas más tarde, la joven despertó un poco desorientada y adolorida por su golpe. Sentía la calidez de una manta y la suave almohada en la que reposaba su cabeza, la cual estaba cubierta de vendajes alrededor de su frente.

—Agh... —se quejó.

Miró su entorno, y se dio cuenta de que el lugar era algo pequeño y lleno de polvo, sin embargo le resultaba acogedor. Por la puerta entró Ezreal, quien se acercó con una sonrisa tierna a acariciar su mejilla.

—Debes descansar, fue un golpe fuerte.

—Lo siento. Es que estaba preocupada y...

—Tranquila. Todo se solucionará, lo prometo.

—¿Y qué haremos para eso? Tengo un mal presentimiento, Ez. Siento que las cosas andan mal en Demacia, que Garen está en problemas. Tal vez debería volver.

—Y lo harás, pero ahora es peligroso. Ambos debemos ocultarnos.

El chico miró su brazo con algo de tristeza.

—Además ahora no tengo mi guantelete, no soy tan fuerte sin él como para combatir. Con suerte pude traerte hasta aquí... pero haré lo que sea con tal de protegerte, aunque no tenga con qué hacerlo.

—Algo se nos ocurrirá...

Ezreal pensó, y entonces se le ocurrió un plan algo alocado.

—Creo que ya se me ocurrió —dijo sonriente.

••••

Los gritos se intensificaban en el campo de batalla, mientras magos exiliados y noxianos combatían en una batalla a muerte.

La peli-roja de ojos verdes luchaba desde los aires impactando sus cuchillos con rapidez, causando una muerte rápida a quienes se atrevían a cruzarse en su camino.

Cuando ya no hubo contrincante alguno a su alrededor, hizo una señal con sus dagas a sus hermanos, Talon y Cassiopeia, para continuar hacia su principal objetivo; Sylas.

Los tres corrieron rápidamente hacia la gran edificación de Noxus que había sido tomada por el mago demaciano.

Katarina sentía angustia en aquel momento, pues tenía el presentimiento de que algo aún más malo iba a ocurrir.  Tragó saliva, y abrió la gran puerta que conducía al salón de Swain. Los tres quedaron impactados al ver el gran desastre de la habitación: escombros por todas partes, sangre esparcida por diferentes secciones del lugar, y una pila de soldados noxianos muertos. Arriba, en la oscuridad, se encontraba Sylas, quien sonrió a sus invitados.

don't leave me(Ezreal x Lux)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora